¿Gira la región a la derecha?

Por Rosendo Fraga.

El triunfo del Partido Colorado en la elección presidencial de Paraguay podría ser el inicio en la región de un giro electoral hacia el centroderecha. El candidato oficialista Santiago Peña ganó con el 47% de los votos (en Paraguay no hay segunda vuelta). El segundo lugar, con sólo 27% y muy por debajo de las expectativas generadas por las encuestas de que sería una elección “cabeza a cabeza”, lo obtuvo una alianza de opositores liberales con el progresismo, representado por el ex obispo y presidente Fernando Lugo. El tercer lugar, con el 23% de los votos, lo alcanzó Paraguayo Cubas, un populista de derecha. Es decir, los votos de centroderecha del Partido Colorado y los del populismo de derecha del Partido Cruzada Nacional, suman el 70%, mientras que la alianza de liberales y progresistas no llega al 30%. El sostén político de Peña es el ex presidente Horacio Cartes, uno de los empresarios más poderosos del país y líder del partido oficialista. La Administración Biden ha denunciado a Cartes por corrupción y exige a Peña que tome distancia de él, lo que difícilmente haga. Los candidatos opositores han acusado al ganador de haber realizado fraude, buscando invalidar la elección, lo que es poco probable que consigan. Washington tiene como prioridad en la región frenar la influencia china, pero paradójicamente, mientras el principal candidato opositor, Efraín Alegre, proponía romper relaciones con Taiwán -Paraguay es uno de los 13 países de mundo que lo reconocen como país independiente-, el candidato oficialista ha anunciado que las mantendrá. El Partido Colorado queda con mayoría en las dos Cámaras del Congreso.

El 7 de mayo se realiza la nueva elección de constituyentes en Chile, la que tendrá voto obligatorio. El fracaso de la constitución redactada por la Asamblea electa anteriormente, donde predominaban la izquierda y el indigenismo, ha llevado al Gobierno de Gabriel Boric a hacer un segundo intento. Los constituyentes a elegir son sólo cincuenta y los partidos han propuesto candidatos con antecedentes en derecho constitucional. La constitución que propongan ellos será sometida a referéndum en diciembre, también con voto obligatorio. Se presentan cinco fuerzas políticas. Por un lado, el centroderecha que sigue liderando el ex presidente Sebastián Piñera. Por el otro, la extrema derecha que lidera el ex candidato presidencial José Antonio Kast. La izquierda se presenta con una coalición que responde al presidente Boric, integrada por el Frente Amplio, el socialismo y el comunismo. Una cuarta fuerza de centroizquierda está encabezada por el ex Partido Demócrata Cristiano y la quinta es el populismo independiente del empresario Franco Parisi, quien vive en Estados Unidos. Sondeos y proyecciones dan un triunfo de las dos fuerzas de derecha, que sumadas podrían alcanzar la mayoría calificada para proponer el nuevo texto constitucional. El padrón está integrado por 15 millones de personas y no se espera una concurrencia masiva. Regionalmente, sería el segundo triunfo consecutivo de la derecha en una semana, tras la elección paraguaya.

El 25 de junio tendrá lugar la elección presidencial de Guatemala, la segunda de las tres que se realizan este año en América Latina. El sistema es el de balotaje con 50% más uno para ganar en primera vuelta. Este sistema rige desde 1996 y todas las veces hubo segunda vuelta. El periodo presidencial en Guatemala es de cuatro años y se vota además del presidente, 160 legisladores del Parlamento Unicameral y 20 miembros del Parlamento Centroamericano. Están inscriptos 9.400.000 electores (aproximadamente el 90% de la población mayor de edad). El padrón tiene 17% más mujeres que hombres, de las cuales el 23% son analfabetas. El voto es obligatorio, pese a lo cual la participación ha sido históricamente baja. La principal candidata es Zury Ríos de Valor-Unionista, hija del general Efraín Ríos Montt, un ex dictador guatemalteco. Ocupa el  primer lugar en la mayoría de las encuestas. Su principal propuesta es emular el modelo de seguridad de El Salvador, que se ha hecho popular en toda América Central. La segunda candidata es Sandra Torres, ex esposa del presidente Álvaro Colom y tres veces aspirante a la presidencia. Está segunda en las encuestas, muy cerca de la anterior. Completa su fórmula con Romero Guerra, un pastor evangelista. Propone medidas para mejorar la educación y la productividad del agro. En tercer lugar se encuentra Edmund Mulet, un periodista y ex diputado y diplomático conservador. Entre sus propuestas se encuentra la jubilación universal para mayores de 65 años, medicinas gratuitas y reforma del Código Penal para endurecer las penas. Ninguno de los tres candidatos se identifica con la izquierda. Thelma Cabrera es la candidata indigenista, que se presenta por el Movimiento para la Liberación de los Pueblos. Aunque en el país un 42% se autodefine como indígena maya y un 56% como mestizo, tiene muy pocas posibilidades de ganar. La segunda vuelta es el 20 de agosto y podría ser un tercer triunfo electoral de la derecha o centroderecha.

El 22 de octubre tiene lugar la primera vuelta de la elección presidencial de Argentina, el tercer país de los tres que las realizan este año. La alta inflación y la recesión hacen difícil que gane el candidato del oficialismo, que liderado por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, todavía no ha elegido candidato. La política argentina, por primera vez en décadas, se presenta dividida en tres espacios competitivos: el Frente de Todos, que integra el tradicional partido peronista de orientación populista; Juntos por el Cambio, una coalición de centroderecha que integra al partido radical; y Avanza Libertad, una fuerza de extrema derecha liberal, que lleva como candidato a presidente al economista Javier Milei, que se presenta como candidato alineado con Trump y Bolsonaro. El 13 de agosto se realizan las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, que darán una primera impresión sobre las tendencias electorales. Es probable el triunfo del centroderecha o de la extrema derecha liberal. De ser así, podría confirmarse una cuarta victoria de las fuerzas de derecha en sus diversos matices y variantes en América Latina. Estas cuatro elecciones (las presidenciales de Paraguay, Guatemala y Argentina, y la constituyente de Chile) ya constituirían un cambio de tendencia y no un hecho aislado. El último triunfo del progresismo en la región fue en febrero de este año, cuando una coalición liderada por el ex presidente Rafael Correa rechazó, en un referéndum, las propuestas del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso. 

En conclusión: el triunfo del candidato del Partido Colorado, Santiago Peña, en Paraguay, implica la continuidad en el poder de un partido que lleva décadas en él, pero regionalmente es un triunfo del centroderecha; las fuerzas de centroderecha y ultraderecha se impondrían en la elección de constituyentes que se realiza en Chile el 7 de mayo; en la elección presidencial de Guatemala, cuya primera vuelta tiene lugar el 25 de junio, ganaría también un candidato de centroderecha, expresión que ha dominado la política guatemalteca durante décadas; por último, la primera vuelta de la elección presidencial argentina es el 22 de octubre y la crisis económico-social hace probable la derrota del oficialismo de centroizquierda y el triunfo de fuerzas de derecha o ultraderecha liberal.

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