Estados Unidos: escala la guerra de Ucrania y la tensión en torno a Taiwán

Por Rosendo Fraga.

Mientras escala la guerra de Ucrania, también lo hace la creciente tensión militar entre China y Estados Unidos. Al finalizar 2022, se planteaban dos escenarios: la guerra crónica o la escalada militar entre Rusia y la OTAN. La decisión de entregar tanques modernos a Ucrania significó la opción occidental por la escalada, aunque gradual, como lo muestra la discusión respecto a la entrega de cazas de cuarta generación por parte de la alianza occidental. Pero al mismo tiempo escala la tensión militar entre Washington y Beijing. Esta se inició en agosto del año pasado, cuando la entonces presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelossi, visitó Taiwán, originando una respuesta china con ejercicios militares en torno a Taipei. Desde entonces, los episodios de tensión militar con el despliegue de buques y aviones han sido intermitentes pero constantes. Paralelamente, China mantuvo su apoyo a Rusia, especialmente manteniendo el comercio y las relaciones económicas, pero sin involucrarse en la guerra con Ucrania. Durante enero de 2023, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, visitó Corea del Sur, ampliando los acuerdos y los ejercicios militares con este país. A su vez, el Secretario de Defensa, el general Lloyd Austin, viajó a Manila para firmar acuerdos de defensa trascendentes en materia militar. Corea del Sur, así, avanza en la alianza militar preexistente, mientras que Filipinas transforma la autorización para que fuerzas estadounidenses puedan estar en el país en una alianza militar.

China percibe que Estados Unidos amplía un cerco militar en torno a ella y no sólo en previsión de un conflicto militar con Taiwán. El Comandante del Comando de Movilidad Aérea (AMC) de Estados Unidos, el general Mike Minihan, dijo públicamente en enero que un conflicto militar entre Estados Unidos y China en torno a Taiwán podría suceder en 2025, porque en 2024 tiene lugar la elección presidencial en ese país y ello escalará el conflicto a partir de un probable triunfo de los independentistas. Es inusual una manifestación pública de esta entidad por parte de un general en actividad en este tipo de comando, que argumentó que esta es la orientación que está dando para la instrucción de sus subordinados. Al mismo tiempo, los ejercicios militares de China con decenas de aviones y media docena de buques realizados en torno a Taiwán, fueron una respuesta concreta. Esta escalada es peligrosa para Estados Unidos frente a la simultaneidad de la guerra de Ucrania. Cabe señalar que gran parte de las reservas de munición que Estados Unidos tenía en Corea del Sur -para ser usadas por tropas estadounidenses que tuvieran que actuar desde ella por un eventual conflicto en Taiwán-, ya han sido entregadas a Ucrania. Pero el globo blanco chino que sobrevoló el territorio estadounidense, y en particular una de las tres bases misilísticas más importantes que está en Montana, también es una muestra de que la tensión escala. No está claro qué ha sucedido, si se trata de un instrumento de la inteligencia china, como dice Washington, o un error de Beijing. Pero la decisión estadounidense de derribarlo sobre el mar fue una respuesta contundente y el vuelo de un segundo globo por América Latina confirma que el tema no está cerrado.

Para los Estados Unidos, China es su mayor desafío, mientras que considera a Rusia su amenaza más importante. Si bien esta caracterización define una prioridad en términos temporales -la amenaza es concreta y el desafío se proyecta-, el hecho es que los dos frentes corren el riesgo de articularse al mismo tiempo. Al cumplirse el 24 de febrero de 2023 el año de la invasión rusa a Ucrania, la relación de Washington con Beijing es más tensa y conflictiva que la que existía un año atrás. La advertencia hecha por Henry Kissinger en mayo ante el Foro de Davos de que había que evitar empujar a Rusia a una alianza militar con China, muestra que sus palabras no fueron escuchadas. El presidente Biden, en su discurso sobre el “Estado de la Unión” del 7 de febrero -el más importante que realiza anualmente el presidente-, destacó que Estados Unidos no iba a tolerar ninguna violación de su soberanía por parte de China. Fue un mensaje en relación al globo blanco chino que concentró la atención de los estadounidenses en los primeros días de febrero. En Estados Unidos hay pensadores que sostienen que el tiempo juega en contra de su país frente a China. Si bien el gasto militar chino es menos de la mitad que el estadounidense, su incremento anual permite proyectar que se equilibrarán hacia fines de la década del 30. De acuerdo a ello, a Estados Unidos le convendría acelerar la confrontación militar con Beijing. No es la doctrina prevaleciente en Washington, donde se asume que el desafío de China es cada vez más relevante en el plano militar. Pero en el corto plazo, el conflicto por Taiwán involucra a los de los microchips, insumo clave para las industrias tecnológicas más avanzadas. Taiwán es el productor más destacado, China también lo es, aunque en menor medida, y Estados Unidos desarrolla planes para una urgente producción en su propio territorio ante la posibilidad de que el conflicto se adelante.

Pero entre Estados Unidos y China no sólo juega Taiwán como un eventual desencadenante del conflicto bélico, sino que también lo hace Corea del Norte. Se trata de un país muy particular, gobernado por tres generaciones de una misma familia de dictadores, con características y personalidades singulares. Tiene una economía muy pequeña y altos niveles de pobreza, pero ha adquirido una capacidad en el campo nuclear-militar que le permite ser una amenaza regional por el alcance y capacidad de sus misiles, que pueden llevar carga nuclear. Las estimaciones internacionales le adjudican a este país la posesión de decenas de ojivas. Corea del Norte es una amenaza directa para los dos aliados clave de Estados Unidos en Asia: Japón y Corea del Sur. Los lanzamientos norcoreanos han alcanzado las aguas próximas a ambos países, los que sin abandonar el “paraguas nuclear” estadounidense, empiezan a pensar en tener una capacidad propia. Corea del Norte se ubica claramente bajo la hegemonía de China, pero mantiene cierta autonomía. En la guerra de Ucrania ha asumido el rol de aliado de Rusia, a la que ha provisto de misiles y drones. Hay quienes consideran a Kim Jong-un como un actor irracional, y por ello, extremadamente peligroso. Pero en realidad es un jugador preciso que toma riesgos calculados y que suele sorprender. 

En conclusión: al cumplirse un año de la invasión rusa a Ucrania, el conflicto escala al mismo tiempo que lo hace la tensión entre Washington y Beijing; pero China percibe que Estados Unidos no sólo busca previsiones en función de un conflicto con Taiwán, sino que está ampliando un cerco militar en torno a la potencia asiática; para Estados Unidos, Rusia es su mayor amenaza en el corto plazo, pero China es el desafío más importante hacia el futuro; por último, Corea del Norte es una amenaza regional que juega en la órbita de China y preocupa tanto a Japón como a Corea del Sur, los aliados más importantes de Estados Unidos en Asia.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s