La nueva doctrina de la Armada Rusa

Por Rosendo Fraga.

El 31 de julio, desde San Petersburgo (la vieja capital zarista), Putin presentó la nueva Doctrina Naval Rusa, en la que califica a Estados Unidos como la mayor amenaza. Destaca la voluntad del gobierno ruso de trazar “líneas rojas” en el Ártico y los mares Negro y Báltico. Para Rusia, Estados Unidos es el “enemigo número uno” debido a su aspiración de dominar los océanos, lo que incluye lograr la hegemonía incontestable de su Armada y restringir el acceso a los recursos y las comunicaciones oceánicas. Pero también son un desafío los acercamientos de la infraestructura de la OTAN a “nuestras fronteras, el aumento de las maniobras navales occidentales y las pretensiones territoriales de islas y zonas costeras que nos pertenecen”. En particular, Putin dijo tener especial preocupación por la táctica occidental de “debilitar nuestro control de la ruta ártica” que propone como alternativa al Canal de Suez. Por lo expuesto, “aceleraremos y diversificaremos las actividades en aguas desde los archipiélagos de Nueva Zembla, Francisco José y Svalbard (de soberanía noruega), a la isla de Wrangel”. Una de las prioridades de Rusia es convertirse en uno de los líderes en exploración y explotación de los recursos del territorio ártico, especialmente de la plataforma continental, a lo que aspiran también otros países, como Estados Unidos, Canadá y los escandinavos. 

El planteo ruso contiene la creación de bases navales en diversos lugares del mundo para asegurar así la navegación como potencia global. Las bases y puntos de abastecimiento se establecerán desde el Mediterráneo Oriental a la región del Asia-Pacífico, el Océano Índico y el Golfo Pérsico. También se contempla avanzar con la construcción de portaaviones, un sistema de armas en el cual Estados Unidos tiene clara ventaja (tiene 13 en servicio). En el caso del Mediterráneo, se considera como principal riesgo la falta de suficientes bases fuera de las fronteras de Rusia, que puedan recibir y abastecer a sus buques y realizar labores de reparación y mantenimiento técnico. Rusia ratificó su presencia permanente en el puerto de Tartus, en Siria, a la vez que abrirá centros de mantenimiento en “territorios de otros países de la región, incluidos África y Medio Oriente”. En concreto, apunta a incrementar la cooperación con India, Irán, Arabia Saudita e Irak, con vistas a tener alternativas estratégicas a sus tradicionales socios del continente europeo. Cabe señalar que Rusia es el país más extenso del mundo y que tiene aproximadamente 40.000 kilómetros de costa. En este marco, la movilización de recursos de la Armada incluye los barcos civiles, sus tripulaciones y el empleo de instalaciones marítimas civiles en tiempo de guerra. Cabe recordar que la Armada Rusa en 2001 abandonó su base en Cuba y en 2004 la que tenía en Vietnam. Pero una vez afirmado Putin en el poder, la Armada Rusa reanudó sus patrullas por todo el mundo a partir de 2008, incluidas zonas bajo responsabilidad de la OTAN.

En materia armamentística, la gran novedad fue el misil hipersónico Zircon, que da a la Armada Rusa una capacidad ofensiva global. Este misil permite responder a cualquier ataque naval. Tienen un alcance de 1.000 kilómetros y pertenecen a una nueva familia de armas que Putin califica de “invencibles” y que se han venido desarrollando desde octubre de 2020. Según el presidente ruso, la fragata Armiral Gorchkov será el primer buque de la flota en recibir estos misiles. Dijo que “el área de despliegue de este buque se elegirá de acuerdo a los intereses de seguridad de Rusia”. En San Petersburgo, Putin presidió un desfile naval en el Golfo de Finlandia (país que recientemente ha pedido incorporarse a la OTAN), del que participaron 40 buques (submarinos y lanchas), 42 aviones navales y más de 3.500 efectivos. Putin fue acompañado por el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe de la Armada, el almirante Nikolai Yevmenov. En otros puertos también se realizaron desfiles por la fecha y adquirió especial significación el de Kaliningrado, el enclave ruso sobre el Báltico. Pero el mismo 31 de julio, un dron ucraniano cayó en el Comando Naval Ruso de la base de Sebastopol en Crimea, donde está el Comando del Mar Negro, obligando a suspender los actos en esta ciudad. Desde el inicio de la invasión del 24 de febrero, la flota rusa ha desempeñado un papel activo en los ataques con misiles a territorio ucraniano, pero ha tenido pérdidas significativas, como la del buque más importante de la flota del Mar Negro.

En gran medida, la nueva doctrina es una actualización de la que planteó el Zar Pedro el Grande a comienzos del siglo XVIII, cuando Rusia comenzó su avance hacia Occidente. Para este Zar, Rusia era la potencia de los Cinco Mares: Negro, Azov, Caspio, Báltico y Ártico. Tres siglos más tarde, el decreto firmado por el Presidente en San Petersburgo en ocasión del Día de la Armada asevera que “nuestros intereses se extienden a todos los océanos y al Mar Caspio”. También advierte que Moscú no acepta injerencias en sus asuntos en las zonas mencionadas ni tampoco “en el mar de Ojotsk (Pacífico), Azov (arrebatado a Ucrania), las islas Kuriles (cuya soberanía reclama Japón) y los estrechos que llevan a Asia y África”. La nueva doctrina puntualiza que “hemos marcado las fronteras, tanto las económicas como las estratégicas. Garantizaremos su defensa de manera firme y por todos los medios”. Al mismo tiempo, advierte que “la clave es la capacidad de nuestra Marina de responder como un rayo a todos aquellos que decidan amenazarnos”. Según el decreto, el Kremlin apuesta por instrumentos diplomáticos para resolver los diferendos, pero avisó que puede recurrir a la fuerza “en caso de necesidad”. Putin no mencionó la guerra de Ucrania en su breve discurso, pero dijo que la nueva doctrina aboga por un “reforzamiento completo de la posición geopolítica de Rusia en los mares Negro y Azov”.

En conclusión: en la nueva visión para la Armada Rusa, anunciada por Putin el 31 de julio, Estados Unidos es considerada la principal amenaza junto con la extensión de la infraestructura de la OTAN; el documento plantea que Rusia necesita contar con bases de abastecimiento y mantenimiento técnico en todos los océanos: el Pacífico, el Atlántico, el Índico, el Golfo Pérsico y el Ártico; la novedad en materia de armamento fue el anuncio sobre el misil hipersónico Zircon, que amplía considerablemente la capacidad ofensiva de la Armada Rusa; por último, en alguna medida, la nueva doctrina tiene como base la que estableció tres siglos atrás el Zar Pedro el Grande, que planteaba que Rusia era la potencia de los “cinco mares”: Negro, Azov, Caspio, Báltico y Ártico.

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