Por Rosendo Fraga.
La renuncia de Matías Kulfas al Ministerio de Desarrollo Productivo generó una crisis política. Lo hizo porque ha generado un fuerte impacto que en su balance ha acentuado el debilitamiento del Presidente Alberto Fernández, dado que se trataba de uno de los dos ministros más allegados políticamente a la Casa Rosada, junto con el de Economía y Finanzas, Martín Guzmán. El marco de este impacto se da porque se inscribe en la pugna entre el Presidente y la Vicepresidenta por el liderazgo, el poder y la orientación del Gobierno. Cuando la foto conjunta de los dos tras tres meses de no verse ni hablarse, en el escenario del 100° aniversario de YPF iba a ser interpretada como una “tregua” entre ambos, las circunstancias la transformaron en un capítulo más del conflicto que ha sido central durante más de dos años de gobierno. La Vicepresidenta habló en la misma línea que lo hizo en abril en el aniversario de Malvinas y en el Eurolat, y durante mayo en Chaco, con duros mensajes hacia el Presidente. En este caso, el de “Alberto usá la lapicera” fue elocuente. La crítica de Cristina Kirchner al rol del Grupo Techint en la licitación del gasoducto Néstor Kirchner estuvo dirigida al Presidente, quien considera que esta obra es clave en su gestión de gobierno. Minutos después, en un reportaje radial, el ministro Kulfas, en un confuso intento de diferenciarse de ella, también criticó la licitación de la obra, reiterándolo a la mañana siguiente en un whatsapp de su Ministerio. Se creó así una situación confusa. El reemplazo en realidad fue consecuencia tanto de la crítica del hoy ex ministro a una medida de gobierno, como del reclamo de la Vicepresidenta por las críticas de éste.
La entrada en el Gabinete de Daniel Scioli crea un nuevo equilibrio en el oficialismo en la dura confrontación entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. En el acto conmemorativo por la creación de YPF, Scioli se encontraba sentado en primera fila, en un lugar de privilegio. La imagen es clara. Antes de ser designado, era un funcionario con llegada al máximo nivel de Gobierno, y en especial al Presidente. Ya en Semana Santa, con sus doce años de experiencia con Cristina, primero como Presidente del Senado y después como gobernador de Buenos Aires, le aconsejó no confrontar. Sergio Massa intentó sin éxito impedir la llegada de Scioli al Gabinete. Se trata de un político componedor y que logra sobrevivir entre los opuestos. En su reciente gestión como embajador en Brasil, logró mantener abiertos los canales de comunicación con el Presidente Bolsonaro y sus hijos, aun en momentos en que el Presidente argentino cuestionaba duramente a su colega. Probablemente Scioli tenga ahora la posibilidad de gestar una tregua entre el Presidente y la Vicepresidenta, objetivo en el cual han fracasado todos los que lo han intentado. Pero el nuevo ministro de Desarrollo Productivo es, al mismo tiempo, un proyecto presidencial para 2023. Intentará ocupar esa posición, buscando un acuerdo entre Alberto y Cristina. Políticamente, el peronismo podría competir así con un candidato de centro, en momentos en que la sociedad argentina está girando a la derecha y el kirchnerismo -que el sábado realizó una asamblea en el Gran Buenos Aires donde Máximo Kirchner habló durante más de una hora- se encuentra desprestigiado en la opinión pública.
Al mismo tiempo, se profundiza la división en la oposición, que tiene al enfrentamiento entre el Presidente del radicalismo, Gerardo Morales, y el ex Presidente Mauricio Macri, como los dos contendientes principales. La diferencia entre ambos es más ideológica que política. Justo al cumplirse los 100 años de la creación de YPF por parte del Presidente Hipólito Yrigoyen, líder histórico del radicalismo, Macri atacó su figura histórica, calificándola de “populista”. Este tipo de situación genera una sobre-reacción en los radicales, que fue expresada por Morales, quien bajó su crítica a la coyuntura de hoy, acusando a Macri de buscar deliberadamente la división de Juntos por el Cambio. Hoy no se ve fácil que el año que viene formen parte de un mismo espacio político Macri y el gobernador de Jujuy, que suele coincidir en algunas oportunidades con la Casa Rosada, y que se manifiesta enemigo del “neoliberalismo”. Pero Morales también fue explícito al cuestionar el diálogo de sectores del PRO con Javier Milei, al que calificó de “extrema derecha” sin nombrarlo. Mientras tanto, Facundo Manes se presenta hoy como el candidato mejor posicionado dentro del radicalismo. Al mismo tiempo avanza la candidatura de Macri, que ya apoya formalmente el intendente de Lanús, Néstor Grindetti. Rodríguez Larreta da señales de proximidad al radicalismo y Patricia Bullrich endurece su discurso, para disputarle votos a Milei. Las candidaturas para Jefe de Gobierno porteño se multiplican. En el PRO, a las de Jorge Macri y María Eugenia Vidal, Larreta ha sumado a Fernán Quiróz, su ministro de Salud Pública, y el radicalismo se muestra unificado detrás de Martín Lousteau. En el Congreso, la oposición parece haber logrado los votos para aprobar el proyecto de boleta única y el oficialismo lo tratará frenar en la Cámara Alta.
El proyecto de ampliación de la Corte a 25 miembros en lo institucional y la IX Cumbre de las Américas en política exterior, serán temas centrales en la semana que se inicia. Presidente, Vicepresidenta y gobernadores (16 de ellos, todos oficialistas) coinciden en sumar 20 miembros más a los 5 que actualmente integran el Máximo Tribunal. El argumento es que la de Chile tiene 21, la de Colombia 23, la de Costa Rica 22 y la de Brasil 11. El oficialismo tendría mayoría en Diputados para aprobar el proyecto e incluso en el Senado. Pero los dos tercios para designar los nuevos miembros hoy están lejanos. Los estrategas del oficialismo creen que los 21 miembros que habría que designar -actualmente ya hay una vacante- permitirían negociar con sectores de la oposición. Sectores empresarios (AEA e IDEA) se han pronunciado contra el proyecto y los dos gobernadores de origen peronista más importantes -Schiaretti de Córdoba y Perotti de Santa Fe- no lo acompañan. Simultáneamente, el oficialismo acelera el tratamiento del proyecto para gravar la “renta inesperada” que genera diferencias con el empresariado, en el cual el Presidente intenta respaldarse en su conflicto con la Vicepresidenta. Esta semana el Presidente viaja a los Estados Unidos para participar en la Cumbre de Presidentes del continente que se realiza en Los Ángeles. Llega en una situación confusa. Cuestiona la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero igual asiste. La relación con el Presidente mexicano, Andrés López Obrador -su aliado más importante en la región-, se ha deteriorado por esta circunstancia. El Presidente de Brasil concurre porque será recibido por el Presidente Biden en forma personal. La posición argentina parece ambigua y en algún punto contradictoria.
En conclusión: el reemplazo de Matías Kulfas en el Ministerio de Desarrollo Productivo debilita al Presidente, confirmando el poder político de la Vicepresidenta; la llegada de Scioli al Gabinete implica la de un político experimentado en sobrevivir en gobiernos kirchneristas, quien intentará gestar una tregua entre Alberto y Cristina; en la oposición se profundiza la división ideológica, personificada en Morales y Macri, y se multiplican las candidaturas para la Presidencia y la Jefatura de Gobierno porteño; por último, el proyecto de ampliar la Corte a 25 miembros tiene el respaldo del Presidente, la Vicepresidenta y la mayoría de los gobernadores, pero fuerte cuestionamiento del sector empresario y la oposición.