Por Rosendo Fraga.
La política argentina se va estructurando en tres espacios: el Frente de Todos, Juntos por el Cambio y Libertad Avanza. La encuesta que publica Infobae el domingo 1° de mayo otorga una intención de voto a la principal fuerza de la oposición (Juntos por el Cambio) de 33%, 23% al oficialismo y 21% al espacio que lidera Javier Milei. A su vez, la que publica el diario Clarín el lunes 2 da un escenario más parejo: 27% al oficialismo, otro 27% a Juntos por el Cambio y 23% a Libertad Avanza. Faltan 18 meses para la elección presidencial y 15 para las PASO. Muchas cosas pueden cambiar hasta entonces en términos electorales, con una economía inestable y crisis en las dos coaliciones que dominan el Congreso y las gobernaciones. Pero el cambio que se registra es el crecimiento de Milei como un tercer espacio competitivo para la segunda vuelta. No permite un pronóstico pero sí una posibilidad impensada hasta semanas atrás. En lo ideológico, confirma un giro hacia la derecha en el electorado argentino. Muestra que el rechazo a la política supera al antagonismo hacia los ricos y poderosos. Por eso la izquierda no registra crecimiento en su intención de voto en este momento. Con la elección presidencial se renueva la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Pero Milei cuenta hoy con una representación parlamentaria mínima y no ocupa la presidencia de ninguna de las 40 Comisiones de la Cámara Baja. Su problema, hacia futuro, no es electoral, sino la gobernabilidad, ya que no tendrá el control de ninguna de las Cámaras del Congreso y estará lejos de alcanzarlo.
En la oposición se ha precipitado una crisis que combina la falta de liderazgo y la lucha por las candidaturas. Milei ha sido el detonante de esta crisis. La negativa a incorporarlo a la coalición -que él no pide ni quiere- tuvo una oposición formal homogénea, pero horas después Patricia Bullrich rechazó esa definición. A ello se agrega que las divergencias ideológicas se han profundizado con la llegada de Gerardo Morales a la Presidencia de la UCR, quien tiene una postura abiertamente antagónica con el ex Presidente Mauricio Macri. Hacia adelante, el PRO está presentando tres precandidatos para la Presidencia: Rodríguez Larreta, Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Durante la semana pasada, María Eugenia Vidal ha anunciado que también competirá por la Presidencia. En el radicalismo, Morales ha dicho que hará lo propio, al igual que Facundo Manes. Por su parte, Martín Lousteau manifiesta intenciones de ser candidato a la Presidencia y a la Jefatura de Gobierno porteña. Elisa Carrió da señales de apoyo a Rodríguez Larreta, y el sector del peronismo que integra Juntos por el Cambio, liderado por Miguel Ángel Pichetto, lo hace a favor de Macri. La evidencia de la crisis que existe en la coalición opositora lo confirma la demora en designar los Presidentes de las 40 Comisiones de la Cámara de Diputados, lo que lleva más de 4 meses de retraso. El surgimiento de Milei como un tercer espacio ahonda las diferencias en la principal expresión de la oposición, y él propone competir contra Macri en unas PASO por la candidatura presidencial, lo que implicaría la ruptura de Juntos por el Cambio.
Al mismo tiempo, la pugna entre el Presidente y la Vicepresidenta por el liderazgo oficialista se acelera e intensifica. La Vicepresidenta, que el 2 de abril, en el aniversario de Malvinas, se manifestó públicamente con críticas al Presidente, y que 11 días después las reiteró en su discurso ante el Eurolat, hablaría nuevamente el 6 de mayo en el Chaco -cuyo gobernador es el más próximo a ella en términos políticos-, donde recibirá un honoris causa. Se espera un discurso con manifestaciones de fuerte contenido político, que sería el tercero en 34 días. Cabe recordar que en 2020 y 2021 ella se expresaba mediante cartas en Facebook cada 4 meses. Paralelamente, La Cámpora redobla su ofensiva contra el ministro de Economía, Martín Guzmán. En una semana, el Secretario General de La Cámpora y ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires, Andrés “Cuervo” Larroque, atacó frontalmente a Guzmán en tres oportunidades, y Máximo Kirchner también lo hizo en otras dos. Pero fue la consulta sobre la economía que realizó el Presidente Alberto Fernández al ex ministro Roberto Lavagna, lo que puso de manifiesto que en la misma Casa Rosada han comenzado a analizarse alternativas. Al mismo tiempo, el kirchnerismo, que controla el Senado a través de la Vicepresidenta, impulsará esta semana el proyecto de aumento de la cantidad de miembros de la Corte (a 9 ó 15), buscando diluir la actual mayoría y negociar un acuerdo con el radicalismo para cubrir las vacantes. El kirchnerismo, el viernes 6 de mayo realizaría una marcha exigiendo la renuncia de la Corte, de la cual participarían sus sectores más extremos, como Hebe de Bonafini.
Paralelamente, la “calle” incrementa su relevancia como ámbito de presión política y de pugna por el poder. Las concentraciones realizadas con motivo del 1° de mayo lo pusieron de manifiesto. Los movimientos sociales alineados con el oficialismo -UTEP, Movimiento Evita y otros- se concentraron en la 9 de Julio y marcharon a la Plaza de Mayo. Reclamaron la sanción del proyecto de gravar la “renta inesperada”, exigieron la creación de un Ministerio para la economía popular, y controles de precios, entre otras demandas. Estuvo implícita la crítica al ministro Martín Guzmán. Por su parte, Máximo Kirchner presidió en Baradero, provincia de Buenos Aires, el acto del sindicalismo peronista bonaerense. Aprovechó para reiterar sus críticas al ministro, rechazando que recibiera antes a los empresarios que a los trabajadores. A su vez, la CGT, que hasta hace pocas semanas era el aliado más firme del Presidente en el campo social, no se movilizó e hizo sólo un acto puertas adentro que evidencia la toma de distancia respecto a la Casa Rosada. Con horas de diferencia, la izquierda, con eje en el trotskismo, también realizó su acto en la Plaza de Mayo, cuestionando abiertamente la política económica, pero centrándose en el acuerdo con el FMI, a diferencia de los movimientos sociales oficialistas. La tasa de inflación de abril que se espera, y en particular la de la canasta básica alimentaria, confirmará el deterioro del poder adquisitivo de los planes sociales, que hasta ahora han funcionado como una suerte de “seguro antisaqueo”. En este marco, los gremios negocian salarios con actualización trimestral.
En conclusión: el crecimiento de Milei lo hace competitivo para llegar a la segunda vuelta y ello transforma la política argentina en tres espacios, aunque falten 18 meses para la elección presidencial; Milei ha precipitado una crisis en la coalición opositora, donde mientras algunos promovieron una declaración contraria a su incorporación, otros no compartieron la decisión; en el oficialismo se intensifica y acelera la ofensiva del kirchnerismo contra el ministro Martín Guzmán, lo que implica una crítica al Presidente, que da señales de debilitar su apoyo al ministro; la “calle” se transforma cada día más en expresión de protesta social y reclamo político: los tres actos realizados por el 1° de mayo así lo demuestran, siendo relevante el repliegue de la CGT.