Por Rosendo Fraga.
Las tensiones dentro del Ejecutivo entre el Presidente y la Vicepresidenta parecen intensificarse. Las críticas a la falta de una política anti inflacionaria planteadas por el Secretario de Comercio, Roberto Feletti -que en realidad es el ejecutor-, la de los funcionarios del área energética que responden al kirchnerismo (Basualdo y Bernal) en relación al aumento de tarifas, y los cuestionamientos al ministro de Economía, Martín Guzmán, son algunas de las manifestaciones. El Presidente ha adoptado una actitud defensiva, eludiendo la respuesta directa a las críticas que podría transformarse en una confrontación abierta. El “albertismo” realizó un acto en Rosario intentando mantener su cohesión. El organizador fue el ex ministro de Defensa, Agustín Rossi, el político que hoy parece estar más cerca del Presidente. En realidad, fue una suerte de catarsis de los militantes y funcionarios que responden a Alberto Fernández. Pero no participó ningún gobernador, intendente del conurbano o dirigente de la CGT. De los ministros del Poder Ejecutivo fueron pocos. Predominó un clima de no ruptura de un reclamo de acuerdo entre el Presidente y la Vicepresidenta, que en varias oportunidades fue vivada. Más que un gesto para retomar la iniciativa política, pareció un intento de buscar la postergada “tregua frágil”, que es posible, pero hasta ahora se aleja. La posibilidad de un cambio de Gabinete es intensamente discutida en el círculo íntimo del Presidente, pero de concretarse, no sería una ruptura. Sería un gesto más en función de una tregua frágil, que para retomar la iniciativa política.
En el Congreso, Cristina ha tenido éxito en mostrar que sigue controlando la Cámara Alta, con la media sanción de su proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura. La totalidad de los 35 senadores oficialistas, que lograron sumar a los dos independientes necesarios para sancionar el proyecto, lo demostró. Ahora volcará sus esfuerzos en lograr la media sanción de la iniciativa para detectar fortunas de argentinos sin declarar en el exterior y destinar lo que se recaude por esta vía al pago de la deuda con el FMI. En este caso se repetirían los 37 senadores necesarios para la aprobación. La Vicepresidenta ha tenido un éxito al enmarcar su proyecto en recomendaciones de la Unión Europea y una serie de ONGs del mundo occidental, que coinciden con el mismo. Pero ninguno de los dos proyectos tiene demasiadas chances de ser aprobado en Diputados si la oposición logra alinear con disciplina sus 116 legisladores y obtener los 13 independientes que le faltan. Pero hasta ahora sólo ha decidido no dar quórum. Por su parte, el Frente de Todos necesita 8 más para alcanzar los 129 necesarios para el quórum. Cristina Kirchner presidirá esta semana un encuentro de un centenar de legisladores de la Unión Europea y América Latina que se reúnen anualmente. La apertura del acto -que será por Zoom- estará a cargo de la Presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y el encargado de Relaciones Exteriores de la UE, Josep Borrell. Es una oportunidad que no va a desperdiciar políticamente Cristina Kirchner. La percepción de que los intentos de “tregua frágil” en el oficialismo pueden derivar en una confrontación, ha llevado a un grupo de dirigentes políticos opositores a gestar un instrumento que pueda jugar un rol intermedio en esta crisis. Lo integran los gobernadores de Córdoba y Jujuy, Juan Schiaretti y Gerardo Morales; del Justicialismo participan también Juan Manuel Urtubey y Florencio Randazzo; del PRO lo hacen Rogelio Frigerio y Emilio Monzo.
En cuanto a la Justicia, las diferencias en la coalición oficialista se desvanecen y la oposición está en este ámbito más unida. El 15 de abril vence el plazo que dio la Suprema Corte al Congreso para implementar, mediante ley, su fallo que retrotrae la composición del Consejo de la Magistratura, que propone la nominación de los jueces, a la ley original, que limitaba la influencia del sector político. El senador Oscar Parilli, vicepresidente del Instituto Patria, ha caracterizado como una suerte de “golpe de estado” el fallo de la Corte. Leopoldo Moreau se ha referido al Presidente de la Suprema Corte, Horacio Rosatti, como “Napoleón de pacotilla”. La Casa Rosada mantiene la misma postura, pero elude la pirotecnia verbal de los voceros del kirchnerismo. El próximo jueves no hay posibilidad de que esté sancionada esta ley, y de hecho la Corte pasará a formar parte del Consejo. Esta semana el kirchnerismo hará un último intento de designar medio centenar de camaristas, jueces y fiscales del fuero federal -muchos de los cuales inciden en causas de corrupción del kirchnerismo-, para lo que le falta un voto en el Consejo de la Magistratura. Paralelamente se van realizando elecciones para designar nuevos consejeros en representación de abogados, académicos y jueces, donde el oficialismo viene siendo derrotado.
Pero la tensión social, en sus diversas manifestaciones, crece en las calles. La inflación de marzo que se conocerá en los próximos días, rondará el 6% mensual, con un incremento en alimentos que podría ser mayor nuevamente. Esta situación está deteriorando el poder adquisitivo de los planes sociales, que la mayor parte de su monto va destinado a alimentos. Los movimientos sociales opositores autodenominados “Bloque de Unidad Piquetera”, cuyo eje es el Partido Obrero (PO), amenazan con hacer un acampe más largo en la 9 de Julio este mes de abril si no se satisfacen sus reclamos de aumentar los planes sociales en monto y cantidad. Una dirigente del sector dijo públicamente y en tono amenazante que “si nos sacan de la calle, va a haber muertos”. El gobierno nacional, a través del ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, es posible que logre un acuerdo para evitar nuevas protestas en este campo, aunque sólo dure algunas semanas. La discusión de los salarios se complica por la inflación, que en la mayoría de los casos se realiza en forma trimestral. En la calle también muestra más agresividad el sindicato de Camioneros, que al ser detenidos sus dirigentes en San Nicolás, provincia de Buenos Aires, sitió el municipio. Al mismo tiempo, el Presidente se reunía con Pablo Moyano, generando malestar en sus aliados sindicales liderados por Rodolfo Daer. Por su parte, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, reitera sus advertencias sobre el riesgo de un estallido en el Gran Buenos Aires y resiste los ajustes que le tocan, derivados del acuerdo con el FMI. En el campo, los transportistas de cereales han iniciado una medida de fuerza por el aumento en el costo y el racionamiento de gasoil y productores autoconvocados inician protestas sin el aval de la Comisión de Enlace del sector.
En conclusión: las diferencias dentro del Ejecutivo se mantienen y manifiestan, alejándose de la “tregua frágil” que la situación política permite; la Vicepresidenta logró la sanción de su proyecto sobre reforma del Consejo de la Magistratura y tendría éxito con el referido a las fortunas no declaradas, pero ambos enfrentan escollos en Diputados; el ámbito judicial muestra a la Casa Rosada y la Vicepresidenta compartiendo posiciones, pero no los términos del cuestionamiento a la Suprema Corte con los que se expresa el kirchnerismo; por último, la tensión se incrementa en las calles, tanto en los movimientos sociales como en los sindicatos y en el sector agropecuario, insistiendo el gobernador Axel Kicillof con advertencias sobre el Gran Buenos Aires.