Por Rosendo Fraga.
En 2022 se realizan una serie de Cumbres multilaterales, que serán hitos relevantes en un mundo en tensión. Del 26 al 28 de junio, en el castillo de Elmau de los Alpes bávaros, se reúne la Cumbre del G7, que nuclea a las 7 economías más desarrolladas con sistema democrático del mundo: Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, el Reino Unido, Francia e Italia. Todos ellos apoyan la política de la Administración Biden de polarizar las democracias bajo su liderazgo, para enfrentar a las potencias “autoritarias”, China y Rusia. 2022 comienza con dos fuertes incertidumbres: la tensión en torno a Ucrania en Europa y respecto a Taiwán en Asia, y el desarrollo de la pandemia, frente a la cual la ciencia sirve para atenuar y controlar, pero no para prever. La suspensión con menos de un mes de antelación de la reunión del Grupo de Davos -que reúne a la dirigencia global en enero anualmente en dicha localidad de los Alpes suizos-, es una evidencia de dicha incapacidad de prever. Los Jefes de Gobierno del G7 probablemente podrán articular una política común frente a los riesgos estratégicos y geopolíticos, pero será más compleja la pandemia, donde el marco multilateral ha demostrado ser débil y la mayoría de las respuestas han sido a nivel nacional.
Casi en paralelo, el 29 y 30 de junio se realiza la Cumbre de la OTAN en Madrid. Del G7 integran esta organización todos sus países excepto Japón. Eran 14 países cuando se fundó la organización en 1949, y hoy se ha ampliado a 30. La simultaneidad de las dos Cumbres facilita la presencia en ambas de los Jefes de Gobierno de las principales potencias occidentales. La OTAN se encuentra en un momento crítico por su enfrentamiento con Rusia, precipitado por la crisis de los migrantes entre Bielorrusia y Polonia, y la ampliación del conflicto a Ucrania, escalando a Rusia y la OTAN. Muchas cosas pueden pasar en el primer semestre de 2022 que alteren la situación actual. El punto central es que Rusia quiere impedir la extensión de la Alianza Atlántica a las ex repúblicas soviéticas que la rodean y que se retiren las tropas desplegadas en países de la OTAN que al disolverse la URSS eran miembros de ella. Rusia ha puesto en evidencia su voluntad de llevar el conflicto al plano militar -invadiendo Ucrania-, mientras que la OTAN se niega a impedir nuevas incorporaciones si esa es la voluntad de los países que aspiren a integrarla.
El 15 y 16 de septiembre tiene lugar en Samarcanda (Uzbekistán) la Cumbre de Jefes de Gobierno del Grupo de Shanghai (OCS), la más importante de Asia que rivaliza con el G7 y la OTAN. Integran y lideran esta organización las dos potencias consideradas “autoritarias” por Occidente: China y Rusia. Fue fundada por ellos junto con cuatro de los cinco países de Asia Central: Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán (el único de esta subregión que no lo integra es Turkmenistán). En la segunda década del siglo XXI se incorporaron dos potencias claves de Asia: India y Pakistán (los dos tienen el arma nuclear). En 2020 se dio la incorporación de Irán, con lo cual la proyección asiática del Grupo incorporó a Medio Oriente. Es un Grupo que se creó y desarrolló con prioridad en los temas de seguridad internacional, antes que en los económicos y comerciales. Tiene estructuras permanentes vinculadas a la primera temática. De hecho, la cuestión central será la posición del Grupo frente a la crisis que implica la presencia y el rol de Estados Unidos en Ucrania, amenazando a Rusia, y el apoyo a Taiwán frente a China. Pero en los ocho meses hasta que se reúna esta Cumbre, muchos episodios y situaciones seguramente se darán en el plano internacional.
Del 30 al 31 de octubre se realiza la Cumbre de Jefes de Gobierno del G20 en la isla de Bali, en Indonesia. Esta Cumbre de Jefes de Gobierno se realiza anualmente, como las tres anteriores. Reúne a quienes presiden los países del G7, también a las potencias emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y a 7 países medianos más, que en alguna medida representan regiones: México, Argentina, Corea del Sur, Australia, Turquía, Arabia Saudita e Indonesia. A ellos se suma como integrante número 20 la Unión Europea. Es un Grupo que ha jugado un rol en lo económico-financiero, sobre todo para encauzar la crisis de 2008, pero que frente a la pandemia mostró limitaciones para hacerlo. Los temas de seguridad no han sido prioritarios en las Cumbres de este grupo, porque el antagonismo entre grandes potencias (Estados Unidos y sus aliados europeos por un lado, y China y Rusia por el otro) impide coincidir en esta cuestión.
También adquieren relevancia las Cumbres de Jefes de Gobierno de las potencias emergentes que integran el BRICS, y la de los países del Pacífico que forman parte de la APEC. Las potencias emergentes mencionadas precedentemente realizarán su XIV Cumbre, que tendrá lugar en China y será presidida por Xi Jinping. Es un Grupo que ha tenido más roles políticos que económicos, y donde los temas de seguridad por lo general han estado ausentes. La participación de China, Rusia e India remarca el rol de Asia en el mundo emergente. Brasil, por América Latina, y Sudáfrica por África, tienen un rol de representación regional. Esta Cumbre también se realiza anualmente. La APEC, que realizará su Cumbre en Tailandia en noviembre, está integrada por 21 países con costa sobre el Océano Pacífico y refleja la importancia creciente que ha adquirido, frente a siglos durante los cuales el Atlántico fue eje del comercio internacional. Convergen Occidente y Oriente en este Grupo. Del continente americano forman parte Estados Unidos, Canadá, México, Perú y Chile; de Oceanía, Australia, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea; del Asia forman parte dos aliados clave de Estados Unidos: Japón y Corea del Sur. China también lo integra. Están en la APEC economías emergentes de Asia como Indonesia, Vietnam, Malasia, Filipinas y Tailandia, que se encuentran entre la pugna de intereses de China y Estados Unidos. Rusia también forma parte. Lo completan Singapur y Brunei. Es un Grupo que ha girado sobre los temas económicos, dada la pertenencia al mismo de Estados Unidos y China, lo que dificulta avanzar en temas políticos o estratégicos.
En conclusión: la Cumbre del G7 que tiene lugar a fin de junio en Alemania, girará sobre las tensiones con Rusia y China y el desarrollo de la pandemia; la reunión de los Jefes de Gobierno de la OTAN que se realiza en forma casi simultánea, tratará la confrontación con Rusia, que es su problema central; la Cumbre del Grupo de Shanghai -un equivalente al G7 pero de Asia- se reúne en Uzbekistán en septiembre y será dominada por las tensiones con Occidente protagonizadas por China y Rusia; la del G20, que tiene lugar a fines de octubre en Indonesia, se centrará en la economía mundial y la pandemia; la presencia de Rusia, China y EEUU y sus aliados impide el tratamiento de los conflictos estratégicos; por último, la Cumbre de los BRICS (las potencias emergentes) se realizará en China, con eje en la economía y la pandemia, y la de la APEC, que tiene lugar en Tailandia, se centrará en temas económicos y regionales.