Reseña de «La política de los hechos: Roca y Lugones», de Guillermo Gasió

LA POLÍTICA DE LOS HECHOS. Roca y Lugones. Lugones sobre Roca.
Guillermo Gasió
Ediciones Maizal, Buenos Aires, Argentina, 2021

Reseña de Rosendo Fraga

Guillermo Gasió nos ha dejado sus tres tomos de la biografía de Hipólito Yrigoyen. En alguna medida, de esta obra surge su biografía del General José Félix Uriburu, de la cual ha aparecido el primero de los dos tomos que tendrá.

En ambos trabajos, ha estado presente la figura del escritor Leopoldo Lugones, uno de los intelectuales cuya pluma se vinculó a las polémicas ideológicas de las primeras décadas del siglo pasado. 

Aunque el escritor era muy joven cuando ya el General Julio A. Roca entra en su segunda presidencia, Gasió analiza la relación entre ambos a través de un libro de historia: la biografía inconclusa de Lugones sobre Roca. El autor relata un primer encuentro en una redacción que el General visitaba, y donde el escritor hacía sus primeras armas en el periodismo. 

Para Gasió, una virtud de Roca era el saber captar talentos e incorporarlos a su gestión política, como pudo haber hecho décadas antes con José Hernández, y poco después de dejar su segunda presidencia, con José Ingenieros. Esta tesis la expuso el autor en 2014 en el Club del Progreso, en el marco de los actos conmemorativos del Centenario del nacimiento de Roca.

La ideología no es el vínculo de Lugones con Roca. El escritor asume el nacionalismo tradicional como fe política y matriz cultural. El General, en cambio, adscribe a la ideología liberal y es un claro exponente del pragmatismo político. Considera que la Constitución de 1853 es la norma básica para el desarrollo de la Nación. Lugones en cambio la cuestiona. 

Lo que rescata y valora de Roca es su condición de líder militar. La visión ideológica de Lugones se centraba en la personalidad del líder sobre las normas institucionales. Roca, sin lugar a dudas, ha sido la figura militar más importante de la segunda mitad del siglo XIX en Argentina. 

El famoso discurso que pronuncia Lugones en el centenario de la Batalla de Ayacucho, proclamando que “ha llegado la hora de la espada”, es la expresión más acabada de su línea de pensamiento político-ideológica. Pronuncia ese discurso cuando el ministro de Guerra del Presidente Marcelo T. de Alvear, es el General Agustín P. Justo, alguien que por ideología y temperamento, es más coincidente con Roca. 

En ese momento, el General José Félix Uriburu es el Inspector General del Ejército. En los años siguientes, Lugones va viendo en éste la encarnación de su líder militar deseado. Su acceso al poder tras el golpe de 1930 le hace creer haber encontrado al hombre y las circunstancias para su proyecto.

Pero las cosas toman otro carril. Al imponerse la candidatura de Justo a la Presidencia, como bien explica el autor, Uriburu lo ve como la expresión del continuismo y lo apoya. Pero al poco tiempo en la Presidencia, se aleja y rompe con Justo. Uno de los argumentos más fuertes para Lugones era la estrecha relación de amistad y alianza política del General-Presidente con el dueño y director del Diario Crítica, Natalio Botana, quien representaba la antítesis de la ideología “lugoniana”.

Justo, cuyo Vicepresidente era Julio A. Roca hijo, impulsa los homenajes y la construcción del monumento en recuerdo del que fuera dos veces Presidente de la Nación.

Pese a la distancia política que había tomado Lugones del Gobierno, en una actitud coherente con el pragmatismo de Justo, el escritor es contratado para escribir una biografía de Roca en el contexto de los actos conmemorativos. 

Este es un punto central del libro de Gasió. Avanzados los años treinta, Lugones se siente aislado, no reconocido y vive en secreto un amor con una mujer mucho más joven. La biografía sobre Roca de Lugones se extiende hasta la Campaña del Desierto, es decir, el periodo en el cual Lugones ve en él al líder militar que admira, no el político pragmático con el que no coincidía.

El suicidio de Lugones deja inconcluso su libro sobre Roca. Gasió encuentra una articulación entre el aislamiento y en alguna medida el resentimiento del intelectual no reconocido, junto con la decepción de no poder hacer público su amor, y el rechazo a avanzar con la etapa de la vida de Roca que él no valoraba y con la que además disentía.

Carlos Floria, en su libro Historia de los Argentinos, dice que Agustín P. Justo tenía a Bartolomé Mitre como su modelo, pero que las circunstancias lo hicieron parecerse, finalmente, más a Roca. Lugones siente una cierta aversión a ambos como políticos, aunque los reconoce como militares. Como personalidades político-militares, son los dos opuestos a Uriburu. 

Este trabajo de Gasió confirma una vez más su vocación por la historia, su dedicación a ella y el método riguroso con el cual nos presenta sus trabajos. Después de leer su libro sobre Roca y Lugones, es seguro que no será su último aporte a la historia argentina.

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