Por Rosendo Fraga.
En los Estados Unidos, la imagen del Presidente Biden se deteriora políticamente, la inflación lo afecta en lo económico y la política exterior parece errática. Trump mantiene el liderazgo en el Partido Republicano y capitaliza el desgaste del Presidente, al cumplir un año en el gobierno. Encuestas realizadas en noviembre muestran que si la elección fuera hoy, el ex Presidente republicano podría ganarlas. La polarización en la política interna crece. Los disturbios raciales han reaparecido por un fallo que absolvió a un militante de Trump que mató a dos personas en una protesta. Las reformas impulsadas por los republicanos en varios estados para reducir el efecto del voto en las minorías, genera un conflicto entre demócratas y republicanos. En lo económico, el incremento de la inflación generada por la política laxa de la Reserva Federal es tema de preocupación, pero el Presidente ha logrado que el Congreso apruebe sus planes para fomentar la reactivación económica y mejorar la situación social, tras lograr la unificación de su propio partido. En política exterior, en la segunda semana de noviembre Biden mantuvo una larga conferencia virtual de tres horas con el Presidente Xi. Previamente habían realizado dos llamadas telefónicas durante el primer año de la Administración demócrata. Pero pocos días después, anunció que Estados Unidos no participaría de los Juegos Olímpicos de Beijing, como sanción a las violaciones a los derechos humanos en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong. Una nueva ola de Covid preocupa en Estados Unidos, donde una parte de la población sigue resistiendo la vacunación.
Pasando a Europa, una nueva ola de Covid amenaza al continente, mientras que la tensión con Rusia por la crisis entre Bielorrusia y Polonia es el centro de la disputa estratégica. La extensión del Covid afecta a Europa Central, Oriental y los Balcanes. Pero también a Rusia, Austria, Holanda, Alemania e Italia. Frente a la ola de la pandemia, los países afectados han restablecido las restricciones. Esto ha generado protestas, en varios casos violentas. Hay países en los que esta resistencia se vincula a partidos de ultraderecha. Bielorrusia ha traído migrantes de Irak, Siria, Yemén y otros países de Medio Oriente, con la promesa de entrar a la Unión Europea vía Polonia. Esto ha generado un conflicto y Polonia ha desplegado tropas en la frontera con Bielorrusia. El problema se extendió. El despliegue de tropas rusas en la frontera con Ucrania fue un respaldo a Bielorrusia. Los tres países bálticos (Lituania, Estonia y Letonia) se sintieron amenazados por esta situación. La Unión Europea y la OTAN expresaron su preocupación. El dictador bielorruso (Lukashenko) amenazó con interrumpir la provisión de gas ruso a Alemania a través de su territorio. Pero Putin negó esta posibilidad, en momentos que Alemania deja en suspenso la construcción del gasoducto para recibir el gas ruso a través del Báltico, no dependiendo así del tránsito por Bielorrusia. El tema revitalizó el proyecto de articular un sistema de defensa europeo independiente de la OTAN. Francia lidera esta propuesta, que tiene el apoyo tibio de Alemania. Es un proyecto limitado que contempla tener una fuerza de sólo 5.000 hombres para actuar en el entorno europeo.
Siguiendo con el Asia, las tensiones chino-estadounidenses se han incrementado, mientras en Japón el primer ministro de centroderecha fue ratificado en las urnas y el incremento del Covid también preocupa. En la conferencia entre Biden y Xi, Taiwán ocupó un lugar central. El Presidente chino exigió que Estados Unidos suspenda sus garantías de seguridad a la que considera una provincia de su país. El Presidente estadounidense las mantuvo. Maniobras militares navales occidentales, realizadas en el estrecho entre la isla y el continente, y ejercicios aéreos chinos sobre la isla, han aumentado la tensión en los últimos meses. Pero ha sido el misil hipersónico chino que sorprendió al gobierno estadounidense, el tema de mayor preocupación en Washington. Este lanzamiento se vincula con un aumento del arsenal nuclear chino. Si bien la ventaja militar estadounidense sigue siendo importante respecto a la potencia asiática, esta se va descontando con más rapidez de lo esperado. El primer ministro japonés se vio ratificado por una amplia victoria de su partido de centroderecha, que obtuvo mayoría en el Parlamento. Esta fuerza política da prioridad a la alianza con Estados Unidos frente a la amenaza china. En Oceanía, Australia enfrenta una nueva ola de Covid, generándose protestas contra las restricciones en Sidney y otras ciudades del país.
En el caso del Oriente Próximo y Medio, las tensiones subsisten, pero han perdido importancia relativa frente a las que tienen lugar entre Rusia y Europa, y entre China y Estados Unidos. La renovación del tratado de control nuclear entre Irán y el G6 (integrado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania) no resulta efectiva hasta ahora. El conflicto entre Israel y Palestina muestra recurrentes picos de tensión. Los conflictos internos en Irak, Siria y Yemén muestran menor tensión que meses atrás, pero pueden escalar nuevamente. Turquía (único país de Oriente Próximo que se extiende a territorio europeo, que integra la OTAN y es una creciente potencia regional), enfrenta dificultades económicas. La detención de centenares de jueces y fiscales generó una dura condena de la Unión Europea. El conflicto entre las dos ramas del Islam, los sunitas y los chiitas, es un componente imporante de los conflictos en la región. Las monarquías del Golfo tienen un rol creciente, desarrollándose en lo tecnológico y militar, y en el caso de Catar, jugando un rol en Afganistán, que sigue preocupando por la presencia en su territorio de grupos del extremismo islámico. En el Magreb, mientras Libia se encamina hacia una elección incierta y discutida, el conflicto por el Sahara en el cual el Frente Polisario se enfrenta a Marruecos, está escalando.
En el África Subsahariana, la baja extensión del Covid y los conflictos internos predominan, mientras que en América Latina, las elecciones muestran el avance de la ultraderecha y la resiliencia de las dictaduras. No parece clara la causa por la cual la pandemia tiene la menor extensión global en la región más pobre del mundo. Hay quienes piensan que el factor étnico juega un papel en ello. Mercenarios rusos han sido contratados por el gobierno de Mali frente a la reducción de las tropas francesas que protegen al gobierno. En Sudán, las protestas llevaron a que el gobierno militar decida restablecer al primer ministro expulsado del gobierno meses atrás. En América Latina, el triunfo en la primera vuelta del candidato de ultraderecha frente a uno de izquierda, puso de manifiesto la polarización política en el país y la crisis de los partidos tradicionales. La idea de una articulación como fuerza regional de la ultraderecha en Chile, Brasil y Perú, ha ganado fuerza. Al mismo tiempo, la elección presidencial de Nicaragua, la regional y municipal en Venezuela y el fracaso de la protesta de la oposición contra el régimen cubano, muestran la resiliencia de las dictaduras autoritarias de la región a las presiones de Estados Unidos y la Unión Europea.
En conclusión: en los Estados Unidos se deteriora la imagen del Presidente Biden, lo que favorece a Trump, la inflación amenaza en lo económico y la política exterior muestra contradicciones respecto a China; en Europa crece una nueva ola de Covid, mientras que el conflicto entre Polonia y Bielorrusia se extiende regionalmente y reactualiza el proyecto de una defensa europea independiente de la OTAN; en China, la relación con Estados Unidos muestra tensiones por Taiwán y las críticas de Washington por violaciones a los derechos humanos, mientras que se afirma el gobierno de centroderecha japonés; en Oriente Próximo y Medio se observa una pérdida de importancia relativa, mientras se mantienen las tensiones en Irak, Siria y Yemén, y se dilatan las negociaciones con Irán por el acuerdo nuclear con el G6; por último, el África Subsahariana muestra el menor nivel de extensión del Covid, y en América Latina los procesos electorales muestran el crecimiento de la ultraderecha y la resiliencia de las dictaduras autoritarias.