Por Rosendo Fraga.
A días de la elección, la perspectiva sigue siendo favorable a la oposición, manteniéndose cierta incertidumbre sobre el resultado bonaerense. En la provincia de Buenos Aires, los siete sondeos publicados por el Diario Clarín el domingo 7 de noviembre, adjudican el triunfo a la oposición, con diferencias que van de los 2 a los 9 puntos a su favor. El tercer lugar aparece en disputa entre la alianza de izquierda FIT y Avanza Libertad. Los cinco que publica Clarín sobre CABA, dan ganador a Juntos por el Cambio por diferencias que van de los 16 hasta los 23 puntos. Todas las encuestas adjudican el tercer lugar a Javier Milei de Libertad Avanza. Los sondeos que han sido difundidos en los últimos días confirman una ventaja importante de la oposición en el ámbito nacional. En este contexto, la situación interna del oficialismo adquiere creciente gravitación. Es que tras la probable derrota, la gobernabilidad va a estar en cómo el Frente de Todos resuelve su liderazgo, y no tanto en lo que suceda en la oposición. Conversaciones de senadores oficialistas para armar un bloque aparte, son la preocupación central para la Vicepresidenta. La sorpresiva operación quirúrgica a la que fue sometida subrayó su rol político. El oficialismo había preparado para el sábado 6 de noviembre en la localidad de Merlo en el conurbano bonaerense, el acto culminante de la campaña electoral con la presencia de la Vicepresidenta. Ante su inevitable ausencia, se decidió trasladar la fecha al jueves 11 de noviembre, el último día de campaña, para que ella pueda estar presente. Cristina ha manejado políticamente, el momento de su operación de forma de estar en actividad política los días posteriores a la elección.
El viernes 5 de noviembre, el Presidente presidió un acto de campaña organizado por la CGT, a seis días de su unificación y a nueve de las elecciones. Un gremio estatal del sector sindical dialoguista (UPCN) inauguró un sanatorio en Avellaneda. Los 4.000 militantes y delegados sindicales presentes coreaban consignas de contenido peronista, con más loas a Perón y Evita que a Néstor y Cristina. Fue una ratificación de la línea expresada en el acto del 18 de octubre frente al Monumento al Trabajo, donde el sindicalismo asumió una posición equidistante en el conflicto interno del oficialismo. Alberto Fernández se refirió al ex Presidente Macri, diciendo que arreglar con el FMI en 5 minutos “ es arrodillarse”. Hizo una manifestación de kirchnerismo al recordar que en los últimos 120 años, la Argentina sólo tuvo superávit fiscal, comercial y crecimiento durante el lustro en el que él fue Jefe de Gabinete. Los sindicalistas plantearon explícitamente su vocación de ser parte del poder y participar en las discusiones sobre la orientación de gobierno. El titular de UPCN, Andrés Rodríguez, volvió a reclamar por un acuerdo económico y social, que ya habían planteado al Jefe de Gabinete el 1° de octubre. Puso énfasis al señalar que bajar la inflación es clave para evitar el deterioro del poder adquisitivo del salario. El viernes 12, cuando ya regirá la veda electoral, la CGT reunirá su Congreso para renovar sus autoridades, buscando representar a todos los sectores, tanto políticos como sectoriales. Rodolfo Daer (Sanidad) seguirá siendo miembro de esa conducción, que tendría también la participación de Hugo Moyano a través de su hijo. Errores autoinflingidos por el oficialismo, como el viaje del Presidente a Roma y Glasgow con una comitiva de más de 100 personas, su crítica a Córdoba por no formar parte del país, y el reclamo judicial de Cristina para cobrar dos pensiones presidenciales (la de ella y la de su marido), muestran un oficialismo desconectado de la opinión pública.
El mismo viernes 5, el oficialismo realizó un acto para conmemorar los 16 años del rechazo al proyecto estadounidense del ALCA. Tuvo lugar en el marco del XIII Congreso Ordinario y Plenario Nacional de la CTA, la central sindical combativa. El acto se organizó en Avellaneda y contó con la participación del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, el ministro de Cultura, Tristán Bauer, el de Defensa, Jorge Taiana, la de Mujeres, Género y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, y el de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi. El acto buscó conmemorar el día en que el entonces Presidente Néstor Kirchner rechazó la propuesta de libre comercio ofrecida por el Presidente George Bush hijo, en el marco de la Cumbre de Presidentes Americanos. Además del dirigente docente Roberto Baradel, estuvieron figuras de la izquierda latinoamericana como los ex Presidentes Evo Morales de Bolivia y Rafael Correa de Ecuador, así como también el ex vicepresidente boliviano de Evo, Álvaro García Linera. Aunque el discurso de Kicillof mostró una coincidencia con Alberto al decir que “no nos van a ver arrodillados frente al FMI”, el significado del acto mostró las diferencias del oficialismo. Las consignas fueron kirchneristas y no peronistas, al contrario de lo que sucedía en el acto de la CGT al mismo tiempo. En Avellaneda se expresó lo que puede ser definida como el “ala izquierda” del Frente de Todos, mientras que en la CGT lo hizo el “ala moderada”. Entre ambos sectores hay diferencias políticas e ideológicas que se pondrán en evidencia en las próximas semanas, tras el resultado electoral. Mientras un ministro cercano al Presidente como es el de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, negó que fueran a haber cambios en el Gobierno tras la elección, en el oficialismo predomina la opinión de que los habrá. En la mañana del viernes 5, el Presidente participó en otro acto en el Centro Cultural Kirchner con Evo Morales, Rafael Correa y Álvaro García Linera.
Si se confirmara la derrota del oficialismo en la legislativa del 14 de noviembre, sería la cuarta vez consecutiva que el kirchnerismo pierde una elección de medio mandato. La primera (2009) fue una derrota en la provincia de Buenos Aires, que tuvo lugar al mismo tiempo que una victoria nacional. Este resultado no impidió la reelección de Cristina Fernández de Kirchner en el 2011 en la primera vuelta con el 54% de los votos. En la segunda (2013), el kirchnerismo tuvo nuevamente una derrota provincial bonaerense, coincidiendo también con un triunfo nacional, pero en este caso perdió la elección presidencial siguiente frente a Macri, en 2015. En la tercera (2017) se trató de una derrota bonaerense para el kirchnerismo, que también se dio en el plano nacional, pero dos años después, en 2019, recuperaba el poder con la fórmula Fernández-Fernández. Ahora, el Frente de Todos pareciera encaminarse a una cuarta derrota consecutiva en la elección intermedia, que como sucediera en la precedente (2017), se daría a nivel provincia de Buenos Aires y también en el ámbito nacional. Estos antecedentes no permiten sacar conclusiones definitivas hacia el futuro. Pero parece claro que en un marco de fuertes tensiones económicas y sociales, el conflicto peronismo versus kirchnerismo será un tema central que pondrá en juego la confirmación o declinación del liderazgo de Cristina Kirchner, y que la gobernabilidad no será fácil en este contexto.
En conclusión: a menos de dos semanas de la elección, la perspectiva electoral sigue siendo favorable a la oposición, tanto a nivel nacional como en la provincia de Buenos Aires y CABA; el acto en UPCN fue la expresión de la identidad peronista contra la kirchnerista, que conviven dentro del frente de Todos, y quizás un último intento sindical de impulsar una reacción del Presidente; en cambio, el acto en conmemoración del 16° aniversario del rechazo al ALCA del Presidente Kirchner frente al Presidente Bush (h) en Mar del Plata, fue expresión del “ala izquierda” del kirchnerismo; por último, de confirmarse la expectativa electoral, sería la cuarta elección legislativa que pierde el actual oficialismo y la segunda consecutiva que lo hace tanto a nivel provincial bonaerense como en el nacional.