Por Rosendo Fraga.
El lanzamiento de un misil hipersónico por parte de China, ha provocado un impacto estratégico global y acentuado el recelo de Estados Unidos sobre el incremento del poder militar de la potencia asiática. El 16 de octubre, el diario Financial Times informó del hecho, que habría sido conocido con retardo por los servicios de inteligencia estadounidenses. Se trata de un misil de largo alcance capaz de llevar una ojiva nuclear y que circunnavegó la tierra, antes de dirigirse hacia su objetivo. El cohete llevaba un avión deslizante hipersónico, que voló en órbita baja, pero falló en dar en su blanco por 40 kilómetros. Según el diario, la capacidad de este tipo de armamento que tiene China está muy por delante de la que estimaban los expertos de Estados Unidos. Uno de ellos sostuvo que este logro permitiría a la potencia asiática eludir los sistemas de defensa antimisiles estadounidenses. El embajador de Washington en Ginebra para el Desarme, Robert Wood, dijo “estamos muy preocupados por lo que China está haciendo actualmente en el ámbito hipersónico”. Este tipo de misil se desplaza cinco veces más rápido que la velocidad de la luz, lo que complica también su detección por los sistemas antimisiles de las potencias occidentales. El diplomático estadounidense también dijo que “no sabemos cómo defendernos frente a esta tecnología”. Agregó que el lanzamiento iba a precipitar una carrera armamentista por la vulnerabilidad que significa el hecho para la defensa de Estados Unidos. El lanzamiento del misil hipersónico fue el 27 de julio y se había reiterado una prueba el 13 de agosto.
La versión china sostiene que en realidad se trató de “un test de rutina” de un vehículo espacial, con el objetivo de probar la tecnología en este tipo de artefactos “reutilizables”. Esta fue la explicación que dio Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino. Según los expertos de Estados Unidos, el misil hipersónico es capaz de volar a velocidad mach 5 e incluso superior y es maniobrable como un transbordador espacial. En 2019, China ya había presentado un misil hipersónico, el DF-17. Es un arma de alcance intermedio de 2.000 kilómetros, con forma de “planeador” y que puede portar ojivas nucleares. Pero el recientemente probado es diferente, dado que podría llegar al espacio, ser puesto en órbita y después volver a flanquear la atmósfera y dirigirse hacia su objetivo. Su alcance sería mucho mayor que el precedente. Concretamente, este nuevo misil hipersónico ha sido probado por primera vez con un vuelo que dio vuelta al mundo, lo cual genera un aumento muy importante de la capacidad militar china en el campo nuclear. Rusia ya ha experimentado con este tipo de armamento y Corea del Norte alcanzó algún desarrollo. China habría utilizado la tecnología denominada “sistema de bombardeo orbital” para enviar el vehículo alrededor del planeta. El sistema del cohete sigue una trayectoria más baja que la del misil balístico intercontinental, dificultando la detección por los sistemas de alerta temprana. Coincidentemente, el almirante Charles Richard, Jefe del Mando Estratégico de las Fuerzas Nucleares estadounidenses, declaró en abril, ante el Congreso, que China estaba desarrollando una “notable expansión” en el campo de las fuerzas nucleares y que aspiraba a convertirse en rival de Estados Unidos en este ámbito para finales de esta década.
El 27 de octubre, el Jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Mark Milley, comparó este lanzamiento con el del Sputnik ruso, el primer satélite artificial, en 1957. El jefe militar sostuvo que entonces, la URSS sorprendió a Estados Unidos y al mundo con dicho lanzamiento, que cumplió un recorrido similar, iniciando la carrera espacial. Milley, en declaraciones a Bloomberg TV, sostuvo que “lo que ocurrió es un acontecimiento tecnológico muy significativo y que tiene toda nuestra atención” y reconoció que este ensayo, negado inicialmente por el Pentágono, había tomado “por sorpresa” al gobierno estadounidense. El lanzamiento del Sputnik mencionado por Milley originó la declaración del Presidente John F. Kennedy de que Estados Unidos sería el primer país en llevar un hombre a la Luna. Este logro se obtuvo en 1969, doce años después del lanzamiento del Sputnik. Estados Unidos había alcanzado así la primacía en la carrera espacial. Pero la carrera nuclear, que se desarrolló en forma paralela a la espacial, sólo fue contenida a partir de 1990, con la disolución de la URSS. Treinta años después, se corre el riesgo de una nueva carrera nuclear vinculada a la espacial. El proyecto hipersónico estadounidense, en el cual trabajan empresas como Raytheon, está más atrasado que el chino.
Pero este lanzamiento es también un cambio geopolítico importante, al incorporar el Hemisferio Sur como área geográfica para la pugna entre las grandes potencias. El trayecto del misil hipersónico chino que dio vuelta al mundo y sobrepasó el Polo Sur, es por sí mismo un problema para Estados Unidos, porque toda su defensa anti misilística está orientada a prevenir y neutralizar ataques desde el Hemisferio Norte. La prueba dejó en claro que el misil podría lanzarse para atravesar la Antártida y las amenazas previstas hasta ahora provenían del oeste y el norte, sobre el Pacífico, es decir, desde el territorio de China o Rusia. La combinación de carrera espacial y nuclear es quizás la mayor amenaza para la seguridad internacional al iniciarse la tercera década del Siglo XXI. El cohete denominado “Larga Marcha” -en referencia a la realizada por Mao en la guerra civil que lo llevó al poder- entró en la órbita terrestre baja antes de que el misil se desprendiera en algún momento, volviera a entrar en la atmósfera y se dirigiera a la máxima velocidad hacia su objetivo. Todo esto tiene lugar en momentos en que el Presidente Biden está realizando una “revisión de la postura nuclear” de su país. El legislador republicano Mark Gallagher sostuvo que el hecho debía ser tomado como una advertencia por la administración demócrata. Pero también coincide con un momento de fuerte tensión en el Indo-Pacífico, por el conflicto de China con Taiwán y la presentación de la alianza AUKUS, que generó tensiones en la alianza occidental.
En conclusión: el 16 de octubre, el Financial Times publicó que China había probado un misil hipersónico que generaba una ventaja en el campo nuclear sobre Estados Unidos; la versión china es que se trató de un experimento en función de vehículos reutilizables en el marco de la carrera espacial, negando implicancias militares; el Jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense dijo que este lanzamiento implicaba un impacto para Estados Unidos similar al lanzamiento del Sputnik en 1957, que inició la carrera espacial; por último, el vuelo del cohete chino circunnavegó la Tierra -y en particular la Antártida- y de hecho incorporó al Hemisferio Sur al ámbito de la pugna por el dominio del espacio.