A un mes de las elecciones legislativas

Por Rosendo Fraga.

A un mes de la elección legislativa del 14 de noviembre, no se percibe en materia de intención de voto una situación diferente a la de las PASO. Es decir, que desde el 12 de septiembre, el oficialismo todavía no ha logrado salir de su situación “perdedora”. El objetivo electoral del Frente de Todos sigue centrado en obtener un voto más que la oposición en la provincia de Buenos Aires, y en recuperar senadores que se perderían de confirmarse el resultado de las PASO en La Pampa, Chubut y eventualmente Santa Fe. Se ha conocido el incremento del gasto social del mes de agosto -el previo a las PASO-, que muestra un aumento de más de 50% respecto al mes anterior (julio). Esto confirma la limitación que enfrenta el gasto social como mecanismo de control del voto. Consciente de ella, el Gobierno ha enviado al Congreso el proyecto para transformar los planes sociales en empleo formal, una aspiración social cada vez más extendida. Pero se trata de un proyecto limitado en cuanto a su alcance e incierto respecto de su eficacia, que requerirá un acuerdo político con la oposición para que sea sancionado. Pese a ello, el esfuerzo central de la campaña oficialista se centra en aumentar e intensificar los diversos mecanismos del llamado “clientelismo” electoral. Se aumentan jubilaciones a través del incremento del mínimo y bonos; se incrementan salarios a partir de la actualización del mínimo; también se aumentan los planes sociales como la Asignación Univeresal por Hijo (AUH) y el Plan “Potenciar Trabajo”; se otorgan créditos a tasa muy baja para trabajadores formales e informales y PyMES; y se estructura una suerte de IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) centrado en jóvenes que están en la informalidad y el desempleo. Más allá de esto, a nivel de intendentes se registran los casos de entregas de electrodomésticos a las personas más “vulnerables”. Pero ha sido el subsidio para dar viajes de fin de curso gratis a los secundarios de la provincia de Buenos Aires, el caso que en estos días generó el mayor impacto y controversia.

La campaña oficialista cobrará impulso con los actos que se organizan para el 17 y 18 de octubre. El lunes 11, el Presidente y sus ministros estuvieron en la provincia de Tucumán para iniciar los actos de la semana del peronismo tucumano. Es una provincia donde el Gobierno no corre riesgo electoral. Pero es la influencia adquirida por el Jefe de Gabinete y gobernador de esa provincia, Juan Manzur, la causa de esta visita presidencial. El domingo 17 de octubre -que es el “Día de la Lealtad Peronista”- se organiza un acto que reúne a los funcionarios del Frente de Todos con sus militantes políticos. Está destinado a generarles entusiasmo para que trabajen en la última fase de la campaña. Al día siguiente, lunes 18, tendrá lugar el acto de la CGT conmemorativo del Día de la Lealtad. Como sucedió el año pasado, el acto tendrá un solo orador, que será el Presidente Alberto Fernández. En su círculo se piensa que este acto va a revitalizar su figura, debilitada en los últimos meses. Los movimientos sociales oficialistas también se movilizarán ese día en el centro de Buenos Aires, en apoyo de la campaña electoral del Frente de Todos. La semana pasada, el Presidente estuvo en un acto organizado por los movimientos sociales que reúne el Movimiento Evita. Su líder y funcionario del Ministerio de Desarrollo Social, Emilio Pérsico, en su discurso sostuvo que el “gobierno popular debe durar 20 años”, negando así la necesidad de alternancia en democracia. La velada amenaza del ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, al dibujante Nik, se sumó en esta línea. El problema es que ni el Presidente ni ninguno de los funcionarios relevantes del Gobierno, han rechazado o corregido estas afirmaciones. El asesoramiento del experto catalán del oficialismo, que propone hacer del “sí” el eje de la campaña, queda diluído por esta manifestación.

Al mismo tiempo, dentro del oficialismo se mantienen las divisiones y conflictos, los que trascienden. El martes 5 tuvo lugar un encuentro en la Residencia de Olivos entre el Presidente y la Vicepresidenta, sin ningún otro participante. Los trascendidos hablan de una reunión dura y con recriminaciones, las que si bien no han roto la tregua establecida después de las PASO y el traumático cambio de gabinete, confirman la debilidad de la relación. Al día siguiente, Cristina Kirchner hizo una fuerte demostración de poder: en la primera reunión presencial del Senado tras la irrupción de la pandemia, los 41 senadores de su bloque, sin faltar uno, estuvieron presentes, lo que llevó a la oposición a bajar al recinto, dado que no tenía posibilidad de impedir el quórum. Aunque no se sancionó ninguna ley trascendente, mostró su posibilidad de manejar el Senado y negociar el concurso de senadores que perderá en las elecciones. En cambio, en Diputados, el presidente de la Cámara, Sergio Massa,y el presidente del bloque oficialista, Máximo Kirchner, fracasaron en reunir el quórum, lo que intentarán en la semana que se inicia. Los conflictos entre La Cámpora y el gobernador Kicillof, generados por el cambio de gabinete provincial, se acentúan, a la vez que se incrementan los que dicha agrupación mantiene con el Movimiento Evita, que se muestra como aliado de la Casa Rosada. El reemplazo de Paula Español por Roberto Feletti en la Secretaría de Comercio Interior -se va una funcionaria de La Cámpora que pasa al Ministerio del Interior, y entra un economista firmemente alineado con Cristina-, muestra la capacidad del Kirchnerismo de imponer su línea política al Gobierno. En este contexto, las posibilidades del ministro de Economía, Martín Guzmán, de avanzar con el FMI, y la del jefe de Gabinete, Juan Manzur, en los Estados Unidos, se diluyen o por lo menos postergan. 

A su vez, en la oposición se cree en una nueva victoria, pero con el oficialismo descontando cierta ventaja. Así como en las PASO, Horacio Rodríguez Larreta se centró en la provincia de Buenos Aires, ahora viaja al interior, tratando de asumir un rol de candidato presidencial. Elude enfrentar el problema central de su espacio político: las divergencias entre los sectores “dialoguistas” que le responden, y los “duros”, que cuestionan su estrategia con el Gobierno. Pero electoralmente, sólo en la Ciudad de Buenos Aires este conflicto tiene por ahora una manifestación electoral. Javier Milei crece en las encuestas, a costa de Juntos por el Cambio y hoy tiene la posibilidad de obtener el segundo lugar, superando al peronismo porteño. En la elección, el economista representó poco más del 1% de los votos en el ámbito nacional, pero el hecho de que los medios de comunicación producen su contenido en la Ciudad de Buenos Aires, y los que son luego consumidos en todo el país, le dan proyección nacional. Ha ratificado su alineamiento internacional con Trump, Bolsonaro y el Partido Vox español. En la provincia de Buenos Aires, la relación entre Diego Santilli y Facundo Manes no es fácil. Es claro que los gestos de acercamiento son de compromiso, pero ello no constituye un obstáculo electoral por ahora. El 20 de octubre, el ex Presidente Mauricio Macri se presenta a declarar en la Justicia en la causa por el espionaje a los familiares de los muertos del submarino ARA San Juan. La causa es impulsada por el oficialismo, con la intención de dar centralidad al ex Presidente durante la campaña electoral. El fallo de la Justicia que absolvió a la Vicepresidenta en la causa del memorándum con Irán, dio a la oposición un argumento a favor de la tesis de que ella busca su “impunidad”.

En conclusión: el oficialismo no ha logrado modificar la situación adversa que mostraron las PASO, y parece limitarse a aumentar los mecanismos clientelistas, antes que enfocar un nuevo planteo en su campaña; los actos del Frente de Todos, con notoria presencia del sindicalismo y los movimientos sociales el 17 y 18 de octubre, van dirigidos a movilizar a los funcionarios y militantes en función de la campaña; los conflictos internos dentro del oficialismo se mantienen y en algunos casos se amplifican, con una tregua frágil entre el Presidente y la Vice, y enfrentamientos de La Cámpora con Kicillof y el Movimiento Evita; por último, en la oposición, Rodríguez Larreta viaja al interior buscando reforzar su imagen de candidato presidencial, mientras que enfrenta diferencias ideológicas en su espacio político.

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