Por Rosendo Fraga.
La defensa de los recursos naturales ha sido fijada como prioridad para las Fuerzas Armadas por el gobierno argentino.
La realidad es que el despliegue del Ejército, respondía previamente a este objetivo.
Comenzando por los intereses del Atlántico Sur -Malvinas, Antártida y la extensión de la plataforma submarina- tienen el prerrequisito de la soberanía efectiva en la costa. Es que sin costa, no puede existir soberanía marítima: si se pierde la costa, se pierde el mar circundante.
El siglo XXI muestra el avance de la soberanía marítima en el Ártico, el Caspio, el Mar del Sur de China y el Mediterráneo Oriental. El fenómeno se introduce en el Atlántico Sur con el diferendo argentino-chileno por la demarcación de la plataforma submarina.
En el sur del país, el despliegue terrestre está sobre el Atlántico. El Comando de la División 3 está en Bahía Blanca, junto a la Base Naval de Puerto Belgrano. Dicha División está integrada por la Brigada IX, con asiento en Comodoro Rivadavia, y la XI, que está en Río Gallegos. El grueso de las unidades está sobre la costa atlántica. Hay unidades blindadas en Puerto Santa Cruz, Puerto Deseado y en Piedrabuena. Las unidades que están sobre la Cordillera son las menos (Rospenteck y Río Mayo).
La Brigada Blindada I está desplegada en la Provincia de Buenos, en posición de avanzar hacia la Patagonia.
Vaca Muerta es la gran reserva de gas (convencional y no convencional) y petróleo de la Argentina y está en la provincia de Neuquén. En ella se encuentra la Brigada de Montaña VI.
Hacia el norte, en Mendoza y San Juan, sobre la Cordillera está la Brigada de Montaña VIII, donde comienza la región minera del país. Tanto La Rioja, como Catamarca y el oeste de Salta integran también esta región. En el extremo norte del país está la Brigada V con Comando en Salta. Es la región donde se está explotando el litio (Salta, Jujuy y Catamarca), recurso decisivo para la industria electrónica.
En el noreste se encuentra el Acuífero Guaraní y en la misma región la Hidrovía Paraná-Paraguay. Es una región de relevancia geopolítica, que comprende a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia. En cuanto a la Argentina, comprende las tres provincias de la Mesopotamia (Misiones, Corrientes y Entre Ríos) y, al oeste del Paraná, Santa Fe, Chaco y Formosa.
Las seis provincias constituyen el área de Primera División del Ejército con Comando en Curuzú Cuatiá (Corrientes). De la misma depende la Brigada de Monte III, con Comando en Resistencia, y unidades en Chaco, Formosa y el este de Salta. La Brigada de Monte XII tiene el Comando en Apóstoles (Misiones) con las unidades en esta provincia. También integra esta División la Brigada Blindada II, con Comando en Paraná, y sus unidades en la provincia de Entre Ríos.
En el centro del país está la Brigada Aerotransportada IV, con Comando y unidades en Córdoba, donde también se encuentran las compañías de Comandos. Estas unidades integran la Fuerza de Despliegue Rápido (FDR) cuyo Comando está en Campo de Mayo, donde también está un Batallón Helitransportado. Integra también la FDR, la Brigada Mecanizada X con Comando y unidades en La Pampa.
La FDR está así en un lugar geográfico central de nuestro territorio continental, en aptitud de emplearse hacia la Patagonia para asegurar la costa del Mar Argentino, hacia el oeste para dar seguridad a Vaca Muerta, hacia el noreste donde está la región minera, el norte donde está el litio y hacia la hidrovía.
Este despliegue es materia de ajustes. En San Luis se instalaría el Comando de la Segunda División de Ejército. De él dependerían las tres Brigadas de Montaña: la VI (Neuquén), la VIII (Mendoza) y la V (Salta). Abarcaría así las áreas de hidrocarburos, minería y litio.
El Comando de la Primera División, que está en Curuzú Cuatiá y del cual dependen todas las unidades que están en las seis provincias del Litoral, pasaría a Santa Fe o Rosario, en la zona de más intenso tráfico de la hidrovía.
Este despliegue es consecuencia de las “hipótesis de conflicto”, en función de las cuales se determinó el planeamiento militar durante el siglo XX hasta la guerra de Malvinas, pero la nueva prioridad en la defensa de los recursos naturales coincide con la disposición actual de las unidades.
Cabe señalar que la pandemia exigió un despliegue excepcional en todo el territorio nacional, realizado a través de los catorce Comandos Conjuntos, que operaron bajo el Comando Operacional del Estado Mayor Conjunto.
La eficacia del despliegue se puso en evidencia una vez más en la custodia de las elecciones nacionales en 2021. Los lugares de votación se incrementaron un 30% por la pandemia, llegando a 17.000. Fueron cubiertos en forma simultánea por 90.000 hombres de las Fuerzas Armadas y de las de Seguridad Federales, a órdenes del Comando Electoral que funciona en el ámbito del Estado Mayor Conjunto.
En conclusión, la prioridad de la defensa de los recursos naturales para las Fuerzas Armadas argentinas, y en particular para el Ejército, da sentido al despliegue tradicional en función de las fronteras, que no pocas veces, en las últimas décadas, fue criticado.