Polémicas posiciones de Lula en política exterior

Por Rosendo Fraga.

En su visita a Beijing, Lula planteó la conveniencia de que los países ajenos al conflicto comiencen a comerciar en monedas nacionales, eludiendo la supremacía del dólar. Cabe señalar que la aplicación de sanciones económicas por parte de Estados Unidos y sus aliados ha llevado a que surjan nuevos canales de relacionamiento económico. La iniciativa generó el rechazo y cuestionamientos por parte de los funcionarios del Departamento de Estado. Pero la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, tuvo otra posición. Dijo que “cuando usamos sanciones financieras que están ligadas al papel del dólar, hay riesgo de que a largo plazo se socave la hegemonía de dólar” y agregó que “ello genera la voluntad en países afectados como China, Rusia e Irán de encontrar alternativas, pero las razones por las que el dólar se usa como moneda global dificulta a otros países en encontrar otra alternativa”. Pero también dijo, atenuando dichas afirmaciones: “Tenemos mercados de capitales muy sólidos y un estado de derecho que son esenciales en una moneda que se usa globalmente para las transacciones. Y no hemos visto ningún otro país que tenga una infraestructura institucional que permita que su moneda sirva al mundo como ésta”. Brasil pertenece al grupo BRICS, que reúne a los países emergentes más relevantes, que son China, Rusia, India y Sudáfrica. Es desde estos países donde se percibe mayor apoyo a este tipo de iniciativas. Cabe señalar que en su visita a China, Lula estuvo en el nuevo banco de desarrollo “NBD” de los BRICS, del cual ha sido designada para presidirlo la ex presidente brasileña Dilma Rousseff. También visitó la sede de Huawei, empresa cuestionada por Estados Unidos, que considera su tecnología 5G como una amenaza para la seguridad de Washington y sus aliados. El encuentro Xi-Lula mostró la sintonía entre ambos líderes, no sólo respecto a impulsar gestiones de paz en Ucrania, sino también en la búsqueda de un nuevo régimen internacional multipolar, algo que también es objetivo de Moscú. Por su parte, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, coincidió con Yellen, al decir que las sanciones económicas impuestas por la guerra de Ucrania ponen en peligro la supremacía del dólar y el euro como monedas globales.

En dicha visita, Lula ha buscado que la potencia latinoamericana asuma un rol en el ámbito global, y en particular en las gestiones de paz en la guerra entre Rusia y Ucrania. En concreto, tras la visita a Beijing, estuvo en Abu Dhabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos. El presidente brasileño sostuvo que es necesario crear un agrupamiento de países al estilo del G20, enfocado en impulsar y desarrollar este tipo de gestiones. Cabe señalar que ni China ni Brasil se han sumado a las sanciones económicas de Estados Unidos y sus aliados, como tampoco lo ha hecho India. En el caso de América Latina, todos los países las han eludido. Emiratos también adoptó una posición neutral en el conflicto, pero recibió a un número importante de empresarios rusos. Lula dijo que había planteado esta iniciativa al presidente estadounidense Joe Biden, al Jefe de Gobierno alemán, Olaf Scholtz, al presidente francés, Emmanuel Macron, y otros de sus colegas sudamericanos. De hecho, Lula viene liderando una posición neutral frente al conflicto, que en última instancia es la que mantiene toda América Latina. Pero cabe señalar que esta postura tiene raíces históricas, e incluso el ex presidente Jair Bolsonaro, en su último año de mandato y en plena invasión a Ucrania, mostró coincidencias con Putin.

El domingo 17 de abril por la noche llegó a Brasil el canciller ruso Serguei Lavrov, en su primer viaje a América Latina desde el 24 de febrero de 2022. La visita a la región tiene después una segunda fase: Cuba, Venezuela y Nicaragua, los aliados de Moscú en América Latina y el Caribe. El viaje de Lula a Beijing y la visita de Lavrov a Brasilia en menos de una semana muestran la identificación del líder brasileño con el grupo BRICS. La presencia del canciller ruso en la región causó preocupación en Washington. Para Brasil es una ratificación de su neutralidad y su política de promover la paz en Ucrania ya mencionada. El encargado de las relaciones exteriores de Rusia sostuvo que los dos países tienen “enfoques similares” en los asuntos internacionales. Por su parte, el canciller brasileño Mauro Vieira (ex embajador en Estados Unidos y canciller de los gobiernos del PT) reiteró las críticas a las sanciones económicas de los países occidentales, que Estados Unidos y sus aliados están imponiendo a Rusia. Lavrov también dijo “estamos muy agradecidos a nuestros amigos brasileños por su comprensión de la génesis de la situación” y transmitió una invitación para que Lula visite Moscú. Por su parte, Vieira sostuvo que “nuestra posición es a favor del cese del fuego inmediato, de respeto al derecho humanitario y de una solución negociada con vistas a una paz duradera”. 

La respuesta de Estados Unidos fue clara y contundente, cuestionando la posición brasileña. El vocero del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby, dijo que era equivocada la información del gobierno brasileño que acusaba a Washington de “incentivar la guerra en Ucrania”. Dijo concretamente que “en este caso, Brasil está repitiendo como un loro la propaganda china y rusa, sin observar para nada los hechos”. Ya el sábado 15 de abril, un día después de la reunión entre Xi y Lula, el presidente brasileño había dicho que Estados Unidos debía comenzar a “hablar de paz”, agregando que “es preciso que la Unión Europea comience también a hacerlo”. Kirby también dijo que “el mensaje de Lula sobre la guerra es profundamente problemático”. El vocero estadounidense remarcó que Brasil ha abordado el tema “de manera retórica”, al sugerir que Estados Unidos y Europa de alguna manera no están interesados en la paz. El Departamento de Estado, a su vez, fue menos crítico, sosteniendo que Brasil, como país soberano, tenía derecho a manejar sus relaciones bilaterales como quisiera. El viernes 14 de abril, desde Emiratos Árabes Unidos (país que visitó Lula después de China), el presidente brasileño expuso su política: “No necesitamos romper y pelearnos con nadie para mejorar. Brasil tiene que buscar sus intereses, Brasil tiene que buscar lo que necesita, y Brasil tiene que hacer acuerdos posibles con todos los países”. Descartó entonces que su acercamiento a China pudiese afectar el vínculo con Estados Unidos, pero los hechos muestran que no ha sido tan así.

En conclusión: en la visita de Lula a China se puso en evidencia su coincidencia con Xi en promover el comercio internacional fuera de la órbita del dólar; en dicha visita, el presidente brasileño buscó promover el rol de Brasil como potencia global, que se vio afectado por el aislamiento de la política exterior de Bolsonaro; a ello se agrega que el canciller ruso visitó Brasil, siendo la primera vez que lo hace a América Latina desde la invasión a Ucrania, y mostrando una línea de coincidencia entre Brasilia, Beijing y Moscú; por último, la respuesta de Estados Unidos fue clara y contundente, cuestionando a través de un vocero del Consejo de Seguridad, a Brasil por utilizar los mismos argumentos que China y Rusia en el conflicto de Ucrania.

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