Cristina ante su primera condena

Por Rosendo Fraga

La condena de la Justicia Federal a la Vicepresidenta en la causa vialidad es la primera que tiene sobre una decena de ellas. La sentencia será apelada primero a la Cámara Federal, después a la Cámara de Casación, y finalmente a la Corte Suprema. Todo este trámite puede llevar entre cinco y seis años o más. Es decir, podría finalizar recién en el periodo presidencial 2027-2031. La posibilidad de que sea detenida por esta condena es inexistente por el fuero que protege a la Vicepresidenta, por el cual no puede ser privada de su libertad mientras ejerza el cargo. Es probable que ella, si no se presenta de candidata a la Presidencia, lo haga a la senaduría bonaerense -aun saliendo segundo el peronismo en la provincia obtiene la banca-, con lo cual tendría fuero hasta el 10 de diciembre de 2029. En lo inmediato, los sectores más radicalizados del kirchnerismo reclaman que se realice una movilización de respaldo a Cristina Kirchner, en rechazo de la condena. La Cámpora ha llamado a la prudencia y la Vicepresidenta se inclinaría por frenar este tipo de manifestaciones. La estrategia de Cristina va a ser profundizar su teoría del lawfare, que consiste en denunciar los fallos adversos en las causas de corrupción como una maniobra política para impedir su candidatura, haciendo la analogía con lo sucedido con Lula en Brasil cuatro años atrás. Buscará manifestaciones de adhesión de los líderes progresistas de la región, empezando por el brasileño.. Para los sectores antikirchneristas, que el fallo no sea acompañado de prisión -lo que es imposible jurídicamente- será una decepción. La importancia política del hecho se hace evidente en su interés político y mediático en medio del Mundial, y en particular entre el triunfo sobre Australia el sábado 4 de diciembre y la expectativa sobre el que se jugará el sábado 9 con Holanda. 

Mientras tanto, la Cámara de Diputados se ha sumado al conflicto institucional abierto entre la Corte y el Legislativo por la representación parlamentaria en el Consejo de la Magistratura. El Senado, con 37 votos, decidió acompañar a la Vicepresidenta en el desacato al fallo de la Corte favorable a la incorporación del senador Luis Juez, de Juntos por el Cambio, al Consejo. Cabe señalar que está integrado por veinte consejeros -uno de ellos es el Presidente de la Corte que lo preside-, entre ellos cuatro senadores y cuatro diputados. Es así como el 40% corresponde al sector político. Los cargos en el Congreso se definen por la cantidad de legisladores de cada fuerza política. Pero en el Senado Cristina dividió su propio bloque para tener un cargo más -el que le correspondía a Juez- y en Diputados el oficialismo consiguió un fallo de primera instancia que impedía a la diputada radical Roxana Reyes incorporarse al Consejo. El jueves 1° de noviembre el oficialismo se negó a tomar juramento a los diputados por este fallo. Se creó un violento enfrentamiento verbal del que participaron decenas de legisladores de las dos fuerzas principales. Un episodio nunca visto por su intensidad y desorden desde 1983. Esto llevó a que quedara sin efecto la reelección de las actuales autoridades de la Cámara, cuya presidencia ocupa Cecilia Moreau por el oficialismo y Omar De Marchi por la oposición en la vicepresidencia. Está roto así el frágil equilibrio que permitía negociar acuerdos para sancionar normas prioritarias. Cabe señalar que Moreau integra la bancada de Massa. El conflicto institucional entre la Corte y el Senado llegó así también a la Cámara de Diputados.

Mientras tanto, la pugna política dentro del oficialismo se va definiendo a favor de la Vicepresidenta, quien realizaría entre el Mundial y las Fiestas un nuevo acto en el conurbano bonaerense. A raíz de su eventual condena, esta es la línea estratégica por la cual Cristina Kirchner no está convencida de la conveniencia de una movilización en este momento. En el Frente de Todos, la división hoy es entre quienes apoyan la candidatura de la Vicepresidenta y los que se mantienen en silencio. Sergio Massa se cuida de no aparecer disputando la candidatura, para así evitar conflictos con Cristina Kirchner. Pero los sectores más reacios a ella, como algunos gobernadores y la conducción dialoguista de la CGT, trabajan en reserva a favor de Massa, cuyo futuro político inmediato depende del éxito que tenga en contener la inflación. El Presidente retoma viajes al interior e inauguraciones de obras municipales en el conurbano, pero no logra recrear la posibilidad de una candidatura presidencial. La alianza del líder de los movimientos sociales más afín a la Casa Rosada, Emilio Pérsico, establecida ahora con el kirchnerismo, aumenta la soledad política de Fernández, quien se ha visto obligado a retroceder en el anuncio de que serían eliminados los subsidios del plan Potenciar Trabajo, otorgados en forma irregular. La amenaza piquetera se manifestó en la posibilidad de movilizaciones de protesta en todo el país y en la ruptura con el bloque de Diputados de la media docena de legisladores que responden a los movimientos sociales.

A su vez, en la oposición, la lucha interna domina y escala, dejando la estrategia política en un segundo plano. Dentro del PRO, la competencia entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se hace cada vez más intensa. El primero presentó su equipo económico, encabezado por Hernán Lacunza, que fue el último ministro de Economía de Macri. Bullrich, por su parte, presentó su equipo de voceros que defenderán su línea política, la mayoría de ellos ex funcionarios de Macri. La precandidata ha tenido que alejar a su jefe de campaña, Gerardo Milman, por las causas judiciales que enfrenta, derivadas de la investigación por el atentado contra Cristina Kirchner, designando para esta función a Juan Pablo Arenaza. Macri, desde Qatar, sigue estrechamente la evolución de la situación política, sin confirmar o negar su candidatura, pero el intendente del PRO en Lanús, Néstor Grindetti, ha dicho que Macri podría ser candidato a Presidente. La pugna por las candidaturas en CABA y la provincia de Buenos Aires, y las divisiones del PRO en distritos como Neuquén, Santa Cruz y otros, aumentan la pugna interna. El radicalismo, por su lado, hizo saber de un acuerdo entre Gerardo Morales y Facundo Manes para realizar en marzo una interna abierta que elija el candidato del radicalismo para competir en las PASO, en el marco de Juntos por el Cambio. Es una iniciativa que enfrenta resistencias en sectores del radicalismo. En cuanto a Milei, se beneficia de episodios como el que tuvo lugar en la Cámara de Diputados, que aumentan las críticas al funcionamiento de la política.

En conclusión: la primera condena a la Vicepresidenta en una causa de corrupción tiene fuerte impacto político, pero no es probable una movilización de respaldo por parte de sus militantes; el conflicto institucional que enfrentaba al Senado con la Suprema Corte ha incorporado ahora a la Cámara de Diputados, con el enfrentamiento que tuvo lugar la semana pasada; dentro del Frente de Todos, Cristina refuerza su centralidad y eventual candidatura, que suma apoyos y no enfrenta críticas, pero sindicalistas y algunos gobernadores, en reserva, prefieren la candidatura de Massa; por último, en la oposición crece la pugna por las candidaturas, con Larreta y Bullrich como polos principales y Macri como tercera alternativa, mientras que el radicalismo busca una estrategia para la puja presidencial.

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