Escenarios del resultado electoral

Por Rosendo Fraga.

Respecto a la posibilidad de ganar en primera vuelta de acuerdo al resultado de las PASO, Javier Milei es el candidato con más posibilidades de hacerlo. Cabe recordar que de acuerdo a la constitución argentina, se gana en primera vuelta si se obtiene el 45% de los votos y sólo uno de diferencia sobre el segundo. Si llega al 40% pero supera al segundo por diez puntos, también gana en primera vuelta. Para hacerlo en esta situación, se requiere la división relativamente equivalente de la segunda y tercera fuerza, ya que si el electorado se pronuncia en términos más o menos bipartidistas, se hace más fácil para el primero obtener los diez puntos de ventaja. El 13 de agosto, en las primarias obligatorias, la elección se dio en tres tercios prácticamente equivalentes, con menos de dos puntos de diferencia entre Milei y Patricia Bullrich, y menos de uno entre ella y Sergio Massa. Es difícil que alguna de estas tres fuerzas saque menos de un 15%. El fenómeno de Javier Milei es singular en Argentina. Se trata de un candidato de los que hoy se denominan en Occidente “anti política”, que se construye contra los partidos existentes. Él se referencia explícitamente con Trump, Bolsonaro y la derecha anti política europea. Está haciendo una campaña con pocos recursos económicos -genera fuerte incertidumbre en los mercados y el empresariado-, casi sin apoyo en los medios tradicionales (diarios, TV y radio), pero que domina el mundo de las redes sociales. En realidad, los otros dos candidatos con posibilidades pugnan por llegar a la segunda vuelta para competir con él.

Este es el objetivo que busca Patricia Bullrich, consciente de que más allá de ganar o perder, un tercer lugar dejaría en crisis a su fuerza política. Existen diferencias dentro de Juntos por el Cambio. Dentro del PRO entre Macri, Bullrich y Larreta, y de ellos con el radicalismo. Esta fuerza también muestra fisuras, y la Coalición Cívica de Elisa Carrió tiene críticas hacia Macri. Pero la posibilidad de enfrentar a Milei en la segunda vuelta, los mantiene circunstancialmente unidos. Sin esta posibilidad, probablemente esta coalición se rompa. Con categorías de análisis político que hoy predominan en Occidente, sería una segunda vuelta entre la derecha anti política y una centroderecha moderada. Ideológicamente sería la opción más conservadora que registra la Argentina desde 1916, cuando comenzó la vigencia del voto universal, secreto y obligatorio. Así como Milei es marcadamente el preferido entre los votantes jóvenes, Bullrich lo es en los de mayor edad. Es una candidata que hasta las PASO creció con una imagen firme y decidida, construída a partir de su rol como ministra de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri. Ahora ha realizado un giro al centro, moderando su imagen y discurso, asemejándose a la posición que tenía Rodríguez Larreta, a quien venció claramente en las PASO. Con triunfos en elecciones provinciales como los obtenidos en Santa Fe, Chaco y Mendoza, e incrementando sus visitas territoriales a lo largo y ancho del país, busca recuperar protagonismo para superar a Sergio Massa y llegar a la segunda vuelta. 

Una segunda vuelta entre Javier Milei y Sergio Massa es el objetivo central del ministro-candidato. Ya el 25 de mayo, en el acto conmemorativo por el medio siglo de la asunción de Héctor Cámpora y las dos décadas de la de Néstor Kirchner, la vicepresidenta Cristina Kirchner planteó, en su discurso, que el objetivo era llegar a la segunda vuelta. Desde entonces, ha mantenido silencio hasta el sábado 23 de septiembre, cuando reapareció políticamente tras cuatro meses de silencio. Para el peronismo, quedar en tercer lugar es una situación inédita que puede llevarlo a una ruptura interna y terminar no sólo con el dominio del kirchnerismo sobre el peronismo, sino también a la crisis de esta fuerza política como dominante en el sistema político argentino. En cambio, si llegara a la segunda vuelta contra Milei y fuera derrotado, el peronismo probablemente se mantendría como segunda fuerza electoral y como la expresión más relevante de la oposición. En una segunda vuelta el voto se polariza y ambas fuerzas crecen. Es así como al igual que podría suceder con Juntos por el Cambio, el tercer lugar para el actual oficialismo nacional podría derivar en una crisis del espacio. Pero si hipotéticamente el resultado de la segunda vuelta fuese 55% a favor de Milei y 45% de Massa, Unión por la Patria presentaría la derrota como un triunfo relativo, dada la crítica situación socioeconómica. Massa realiza una campaña centrada hoy en medidas de gobierno de tipo distribucionista, con un típico efecto populista, pero con una inflación alta que la diluye.

El escenario de una segunda vuelta entre Bullrich y Massa aparece hoy como el menos probable, pero los imponderables pueden modificar la situación y generar giros inesperados. Hoy haría falta una situación de este tipo -imprevisible- para que Milei no entre a la segunda vuelta. En este caso, el escenario probable sería que los votantes de Milei optaran más por Bullrich que por Massa. Pero esto es una posibilidad, no una certeza. Es que Milei, aunque viera reducido su caudal electoral, ha obtenido una parte importante de sus votos del peronismo. Un claro ejemplo de ello es el conurbano, territorio históricamente adicto electoralmente al peronismo, donde Milei en las PASO obtuvo el 26%. En este escenario, el gran problema de Massa es la economía. El aumento de los precios mayoristas de agosto ha sido del 18,7% y ello proyecta una inflación superior al 10% para septiembre y octubre. Pero habiendo devaluado 20%, dicho aumento de los precios mayoristas está indicando que ya se ha trasladado a precios casi la totalidad de la devaluación. La segunda vuelta es el 19 de noviembre y en las cuatro semanas que median, la situación económica puede deteriorarse y mucho. Un descontrol de la economía jugaría claramente a favor de Bullrich. Para que ganara Massa sería necesario que mantenga el control de la economía, evitando un salto inflacionario o un descontrol del mercado cambiario. El problema del ministro-candidato es que sus mismas medidas económicas aumentan el riesgo de una escalada de la crisis. 

En conclusión: Milei es el único candidato que tiene posibilidad de ganar en primera vuelta, porque 40% es hoy para él un objetivo difícil pero posible, y porque ningún otro candidato parece en capacidad de polarizar contra él; una segunda vuelta entre Milei y Patricia Bullrich deja a los votantes del peronismo k en un duro dilema, pero hoy pareciera que los sectores más populares tienen mayor predisposición hacia el candidato libertario; en una eventual segunda vuelta entre Milei y Massa, parece más probable que la mayoría de los votantes de Bullrich se inclinen por el primero, dada la aversión al kirchnerismo; por último, ante una improbable segunda vuelta entre Bullrich y Massa, en principio parecería probable que más votantes de Milei optaran por la candidata de Juntos por el Cambio.

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