Por Rosendo Fraga.
El discurso de la Vicepresidenta el 6 de mayo en Chaco profundizó su ofensiva política contra el Presidente Alberto Fernández. Fue su tercer discurso público en 34 días. Un año y medio atrás, Cristina se expresaba a través de una carta en Facebook cada 4 meses, manteniendo el silencio como la base de su estrategia política. A ello se agrega que en la semana que coronó el discurso, el Secretario General de La Cámpora, Andrés Larroque, habló día de por medio exigiendo el gobierno para su sector político, y que el Presidente de esta agrupación y titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, lo hizo también varias veces, criticando al ministro de Economía, Martín Guzmán, y reclamando urgentes aumentos de salarios y subsidios sociales. La Vicepresidenta hizo gala de su capacidad discursiva. Planteó como un “debate de ideas” lo que en realidad es una confrontación por el liderazgo. Dijo que había elegido a Alberto Fernández como candidato a Presidente porque no pertenecía a ninguno de los partidos del Frente de Todos, lo que implica que para ella no forma parte del peronismo. El mismo día, el Presidente pronunció un discurso en Ushuaia, pero el de ella tuvo entre 8 y 9 puntos de rating sumados todos los canales de información de cable, que lo transmitieron en forma permanente. Ello representa más que una cadena nacional del Presidente. En cambio, el discurso del Presidente pasó desapercibido para los medios y la dirigencia política. El ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, que lo acompañó, ante la frialdad de los asistentes al discurso del Presidente, les solicitó mayores aplausos. El discurso de Cristina no llevará a una conciliación, ni siquiera a una tregua, en la lucha interna que se desarrolla dentro del oficialismo.
El Presidente improvisó esta semana un viaje a España y Alemania -dos países gobernados por la socialdemocracia-, que parece más consecuencia de necesidades políticas internas, que de una estrategia de política exterior. Toma distancia en una semana muy difícil. Se realizarán las audiencias públicas requeridas para aumentar las tarifas de gas y electricidad. Este ha sido uno de los ejes principales de las diferencias del kirchnerismo con la política económica. Al mismo tiempo, es una dura prueba para el ministro de Economía, Martín Guzmán, cuyo reemplazo es exigido por Cristina Kirchner y su sector político. A su vez, este aumento es clave para aprobar la primera revisión -que se inicia esta semana- del cumplimiento del acuerdo con el FMI. El jueves 12 de mayo, cuando el Presidente regrese de Europa, se conocerá el índice de inflación de abril, que se estima próximo al 6% y que en alimentos sería más alto. Esto generará nuevas críticas del kirchnerismo contra la política económica y reclamos de la remoción de la conducción económica. En el campo de la protesta, ese día culminará en el centro de Buenos Aires una marcha convocada desde todo el país por el Bloque Piquetero Nacional, que reúne a los movimientos sociales opositores. La idea es que converjan en la Avenida 9 de Julio y la Plaza de Mayo, militantes de todas las provincias del país. Será un momento de tensión con el gobierno porteño en manos de la oposición, argumentando que la marcha se realiza en la Capital contra el gobierno nacional y no las autoridades locales. Convergen así tres situaciones difíciles para el gobierno nacional durante esta semana.
En el plano institucional, la división caracteriza la situación en cada uno de los tres poderes del estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En el primero, a la división entre Presidente y Vicepresidenta, se agrega la que existe en los ministros, entre los que responden a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner. Pero esta situación también se da dentro de cada cartera: en el tema tarifas, el ministro Guzmán defiende el aumento acordado con el FMI, mientras que el Secretario de Energía, Darío Martínez, y el Subsecretario, Eduardo Basualdo, que responden a La Cámpora, la cuestionan. En el Congreso, el bloque de senadores oficialista -formalmente dividido- opera unificado bajo el liderazgo de Cristina. La media sanción del Senado al proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura que excluye a la Corte del mismo, tiene resultado incierto en la Cámara Baja, porque las negociaciones con la oposición no avanzan, y el Presidente de la Cámara, Sergio Massa, no se muestra suficientemente activo para impulsarlo. En este contexto, la oposición logró por estrecho margen, ganar la votación para que se trate en Diputados el proyecto de la “boleta única”, que estiman necesario para transparentar los mecanismos electorales. En la Suprema Corte, uno de sus cuatro integrantes, Ricardo Lorenzetti, separándose de sus tres colegas restantes (Rosatti, Rosenkratz y Maqueda), gestiona en la oposición apoyos a favor del proyecto oficialista de reforma del Consejo de la Magistratura. Lo hizo entrevistándose con el ex Presidente Mauricio Macri. Desde los sectores kirchneristas de la Justicia, se acusó a Maqueda por irregularidades en el manejo de la obra social del Poder Judicial.
Mientras tanto, en la oposición se mantiene una unidad formal que encubre fuertes disputas por el liderazgo y las candidaturas. En el PRO se percibe la firme voluntad de Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por la definición de la candidatura presidencial. Pero esto tendrá lugar recién dentro de un año, en mayo de 2023, frente a la proximidad de las PASO que se realizarán en agosto. La visita del escritor peruano Mario Vargas Llosa fue una oportunidad que aprovechó Macri para potenciar su aspiración presidencial. En el radicalismo, Facundo Manes formalizó su aspiración presidencial, rechazando competir por la Jefatura de Gobierno porteña o la gobernación de la provincia de Buenos Aires. Por su parte, el sector denominado “Evolución Radical”, que encabeza Martín Lousteau y lidera desde las sombras Enrique Nosiglia, planteó que tiene poder para impedir candidaturas a Presidente dentro de la oposición. El Presidente del partido, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, negó estar vinculado a la maniobra de Lorenzetti a favor del proyecto oficialista para la reforma del Consejo de la Magistratura. Elisa Carrió aprovechó para criticar a Macri por haberse prestado a dicha maniobra y reforzó su pedido de juicio político contra Ricardo Lorenzetti. Pero la figura de Milei sigue siendo el tema político-electoral más relevante para Juntos por el Cambio. En la mayoría de los distritos, se prefiere mantener abierta la posibilidad de acuerdos provinciales con el líder de Avanza Libertad.
En conclusión: el discurso de la Vicepresidenta en Chaco profundizó su confrontación con el Presidente por el liderazgo, sin abrir ni tregua ni negociación alguna; esta semana convergen tres situaciones de tensión con el Presidente fuera del país: las audiencias para el aumento de tarifas, la difusión del índice de inflación de abril y la marcha nacional de los piqueteros opositores; en el plano institucional, a la división del Ejecutivo se agregan las dificultades del Legislativo para aprobar proyectos y los conflictos que surgen dentro de la misma Corte; por último, en la oposición, la unidad formal encubre la lucha por el liderazgo y candidaturas, mientras que Milei profundiza la división que implica romper o acordar con él, sobre todo en el interior del país.