Entre el acuerdo con Estados Unidos y el diálogo con los gobernadores

Por Rosendo Fraga.

El acuerdo de comercio firmado con Estados Unidos por el gobierno de Argentina es considerado por Milei como una pieza clave tanto en su política exterior como en la interna. Ante todo confirma la relación especial establecida entre Washington y Buenos Aires, que ya se puso en evidencia con el apoyo financiero en los días previos a la elección. Si bien todavía no se conocen detalles respecto al contenido y hay negociaciones que continúan, se registra un efecto político positivo indiscutible para ganar “confianza” en los mercados. Otros dos países de la región considerados “aliados” de Washington también accedieron a este tipo de acuerdo simultáneamente: Ecuador y El Salvador. El primero -que acaba de tener una derrota en un referéndum para la instalación de bases militares estadounidenses en el país, y al mismo tiempo ha detenido al jefe de los carteles ecuatorianos de la droga- se alinea definidamente con Washington. En cuanto a Bukele, considerado tanto por la administración Trump como por la opinión pública latinoamericana como el “modelo deseable” en materia de represión del narcotráfico, es una pieza clave para la política anti inmigración de Trump en la región. En cuanto al probable triunfo de la derecha en la segunda vuelta de la elección presidencial chilena, fortalece a las políticas de Trump en América del Sur y Milei ya hace trascender que impulsará la relación bilateral. Respecto a Venezuela, la presión militar estadounidense escala y tanto Trump como Maduro parecen encaminarse a una negociación. Pero el escenario no es fácil y una represalia militar estadounidense sigue sin descartarse.

En el ámbito interno, la negociación de la Casa Rosada con los gobernadores sigue siendo la estrategia política central. El ministro del Interior, Diego Santilli, ha visto debilitada su posición al perder atribuciones en sus funciones. Pero ello no ha impedido su rol político específico en la negociación con los mandatarios provinciales. Siguen excluidos de ella sólo cuatro, los más identificados con el kirchnerismo: Kicillof (Buenos Aires), Insfrán (Formosa), Quintela (La Rioja) y Melella (Tierra del Fuego). Las negociaciones se realizan a veces bilateralmente y otras por grupos, pero hasta ahora los gobernadores manifiestan que no se está negociando nada ni hay propuestas concretas, y que las reformas (laboral, tributaria y penal) no han entrado en discusión. Se ha restablecido un diálogo político que habrá que ir profundizando. El objetivo del Gobierno es también evitar que los gobernadores presenten un frente unido, como hicieron antes de la elección con el proyecto respecto a los ATN y regulación de los DNU. Por un lado aparece un proyecto de diálogo y eventual acuerdo con las provincias mineras del norte y noroeste del país. Por el otro se encuentran las provincias con riqueza energética y gasífera a lo largo de la Patagonia. La intención de explotar el cobre y la información sobre la existencia de yacimientos de uranio y tierras raras potencian la perspectiva de este diálogo. Las provincias son las dueñas de estos recursos naturales, pero sin infraestructura que debe construir la Nación para poder explotarlas, esto se hará difícil. 

En la Cámara de Diputados, los bloques no terminan de articularse y el eventual tratamiento del acuerdo comercial con Estados Unidos por parte de esta Cámara ya es tema de discusión. Los diputados que responden a Mauricio Macri apoyan su decisión de no formar un interbloque con La Libertad Avanza, aunque algunos de ellos empiezan a incorporarse a dicho bloque. Los libertarios más los escindidos del PRO se acercan a los cien diputados. Pero para llegar a los ciento veintinueve necesitan de los que responden al ex presidente y aproximadamente veinte más del que intenta ser el tercer bloque independiente en base a lo que fue Provincias Unidas y disidentes del peronismo, como los que responden a los gobernadores de Catamarca, Tucumán, Misiones y Salta. Al mismo tiempo, el bloque que responde al peronismo (Fuerza Patria) sufre por un lado el enfrentamiento entre Kicillof y Cristina y por el otro desgajamientos de diputados individuales. El bloque estaría disminuyendo y hoy rondaría los noventa diputados. La fotografía de hoy muestra una Cámara Baja donde el oficialismo nacional sería primera fuerza, pero sin llegar al quórum propio, y el peronismo la segunda. El kirchnerismo impulsa que el acuerdo con Estados Unidos sea aprobado por el Congreso, como se hizo mediante el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional durante el gobierno de Alberto Fernández. A su vez, en el Senado el peronismo ha perdido entre cinco y seis senadores, pero se mantendría como primera minoría. En el peronismo se evidencian fisuras pero no formalizadas. Nadie tendrá mayoría en esta Cámara y ella será desde la cual los gobernadores condicionarán su apoyo al gobierno nacional. En este ámbito, la relación entre la vicepresidente Victoria Villarruel y la senadora Patricia Bullrich es un tema a resolver para el manejo armónico de la Cámara desde el punto de vista del oficialismo.

Dentro del Gobierno se va consolidando en forma acelerada el poder de la hermana del presidente, Karina Milei. Sus funcionarios van adquiriendo roles políticos cada vez más relevantes y aumentan sus atribuciones en más organismos. Todas las señales coinciden en el debilitamiento de la influencia del asesor presidencial Santiago Caputo. Los hermanos Menem, que constituyen el equipo político directo y personal de Karina, se han visto fortalecidos. Lo mismo ha sucedido con Manuel Adorni, el nuevo Jefe de Gabinete a quien la Secretaria General de la Presidencia ve como eventual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para el periodo 2027-2031. Como candidato a gobernador bonaerense, la hermana del presidente impulsa a su “armador político” provincial, Sebastián Pareja. Diego Santilli es un ministro que cuenta con el aval de Karina, pero que no está en su círculo inmediato y por eso ha visto reducidos los organismos que dependían de su ministerio. Entre los próximos avances del grupo más cercano a Karina Milei se encuentra el Servicio de Inteligencia (SIDE), hasta ahora bajo fuerte control del asesor Santiago Caputo. Para los hermanos Menem fue un instrumento que se usó para atacarlos a través de denuncias como los audios de la Agencia Nacional de Discapacidad. El poder y el impulso del presidente Javier Milei parecen hoy imparables, pero cabe recordar que ocho años atrás Macri ganó por veinte puntos al peronismo a nivel nacional y el bloque kirchnerista había quedado reducido a sólo nueve senadores por su división, gestada por el entonces senador Miguel Pichetto: nada en política es seguro.

En conclusión: el acuerdo comercial con EEUU es una victoria política de Milei, quien podría reunirse nuevamente con Trump el 5 de diciembre, cuando se sorteen los grupos del Mundial; en cuanto a los gobernadores, Santilli lleva adelante con velocidad el diálogo con ellos, pero éstos dicen que todavía no se están discutiendo propuestas concretas ni tampoco respuestas a sus requerimientos; respecto a Diputados, el oficialismo nacional se proyecta como primera minoría y Fuerza Patria como la segunda, comenzando a pedir ésta la discusión del acuerdo con EEUU en la Cámara Baja; por último, el grupo que rodea al presidente, liderado por su hermana Karina, ha aumentado su poder tras la victoria electoral y va concentrando aún más, desplazando al asesor Santiago Caputo.

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