Por Rosendo Fraga.
El escándalo y posterior renuncia del diputado nacional José Luis Espert a su candidatura, ha sido el peor golpe político sufrido por Milei desde que asumiera el 10 de diciembre de 2023. Coherente con su personalidad, el presidente intentó primero mantenerlo al frente de la lista bonaerense para diputados nacionales, pese a varias opiniones de su entorno próximo que opinaban lo contrario. La idea del presidente era que ceder frente a denuncias de la oposición eran darles la razón y avalar de alguna forma las denuncias. Pero una encuesta que le aproximaron en su entorno de un equipo que el presidente considera válido, lo convenció de lo contrario. Sin la salida de Espert, la elección estaba perdida por una diferencia grande en la provincia de Buenos Aires, próxima a la que tuvo lugar el 7 de septiembre. Eso implicaba perder en la suma nacional de votos y no asegurar el tercio necesario para poder vetar en la Cámara Baja. Pero tras ese desvío de su personalidad política, Milei la retomará con intensidad el mismo lunes 6. Por la noche, en el estadio Movistar Arena presentará un nuevo libro de su autoría. Lo hará acompañado del grupo musical que ha formado con dirigentes y militantes de su partido, como los diputados nacionales Benegas Lynch y Lilia Lemoine. Será un intento de mostrar que el golpe sufrido por la candidatura de Espert no cambiará la estrategia electoral nacional del Gobierno.
En el interior del país el caso Espert también ha tenido un impacto negativo para el Gobierno al converger con los efectos de la recesión que se hace sentir. Las manifestaciones contrarias al presidente que se registraron tanto en Tierra del Fuego como en Santa Fe, si bien son organizadas políticamente, muestran que comienza a haber un clima adverso para el presidente, coincidiendo con encuestas que sostienen lo mismo. El objetivo de ganar en los ocho distritos que renuevan senadores -el que gana por un voto obtiene dos de las tres bancas y el segundo la restante- hoy se ha tornado difícil. La campaña electoral del presidente comenzó por Santa Cruz, provincia en la cual parecía tener apoyo para ganar y quedarse con dos bancas. Pero hoy eso está en duda. Sin revertir la actual tendencia en la provincia de Buenos Aires, es muy difícil que el Gobierno gane en la suma nacional. Si no lo logra, no hay certeza sobre el tercio necesario para sostener los vetos en la Cámara de Diputados. De acuerdo a los resultados de las últimas votaciones, el gobierno nacional necesita veintisiete diputados más de los que tiene hoy para asegurar ese tercio propio. Faltan tres semanas para las elecciones y eso da espacio para que surjan nuevos imponderables y situaciones imprevistas que puedan alterar la actual situación, que se presenta hoy difícil para el oficialismo.
La Cámara de Diputados esta semana vuelve a ser un ámbito difícil para el gobierno nacional, que sumará nuevas derrotas antes de la elección. En el Senado fueron rechazados definitivamente los vetos a la Ley de Financiamiento Universitario y la de Emergencia Pediátrica. Contra el primer veto votaron 57 senadores, en una convergencia entre la oposición K y la dialoguista, mientras que el oficialismo sólo contó con 7 votos a favor (los propios); el segundo fue rechazado por 57 a 8. En Diputados fue rechazado definitivamente el que reformaba la distribución de los ATN por 181 a 60. Pero el miércoles 8 de octubre será un nuevo día clave en la Cámara de Diputados. Espert sería removido como presidente de la Comisión de Presupuesto y eventualmente de la Cámara. Para lo primero hace falta la mayoría simple, la mitad más uno (es decir, ciento veintisiete diputados), lo que probablemente se consiga. Para lo segundo haría falta una mayoría especial. También la Cámara Baja trataría el proyecto que regula y limita las atribuciones del presidente para el uso de los DNU. Ello resulta clave para reducir los poderes de Milei frente al Congreso. Para aprobar el proyecto hace falta sólo mayoría simple de la Cámara, pero después el Ejecutivo lo vetaría. No tiene posibilidad de llegar al tercio para sostenerlo en el Senado e intentaría hacerlo en Diputados. De quedar firme este proyecto, el presidente tendrá fuertes limitaciones para usar este instrumento.
Pero para la Casa Rosada el viaje que realiza el presidente el 14 de octubre a los Estados Unidos para tener su primera “visita oficial” a la Casa Blanca es un tema prioritario, tanto en lo interno como en lo externo. Milei espera que este hecho lo refuerce políticamente tras el traspié del caso Espert. Pero ello es incierto. Cabe recordar que el fuerte respaldo expresado por el gobierno estadounidense al presidente en su reciente visita del 23 de septiembre no arrojó resultados políticos internos ni fue útil para atenuar el costo del caso Espert. Tampoco sirvió para un efecto positivo en los mercados. No está claro el apoyo concreto que Estados Unidos daría a Milei en este momento adverso en términos económicos y electorales. El Secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, anunció que su administración daría un “swap” al gobierno argentino de veinte mil millones de dólares, pero no dinero. Esta cifra es casi la misma que los dieciocho mil millones que comprende el “swap” con China. Esta operación permitiría que el Banco Central saliera financieramente de la órbita e influencia china para pasar a la estadounidense. Pero el gobierno argentino considera a esto insuficiente para mantener bajo control la presión cambiaria y requiere soluciones adicionales, como compra de bonos por parte del tesoro estadounidense para calmar la ansiedad vigente en los mercados: quedan menos de tres semanas para la elección y se prevé tensión en los mismos. La administración Trump enfrenta una situación internacional compleja y en alguna medida decisiva, en la que lograr el cese del fuego en Gaza es el problema prioritario. Que en este marco se haga tiempo para recibir a Milei es una evidencia de la importancia que le da, pero ello no compromete por ahora lo que requiere la Argentina: dinero del Tesoro, ya sea directamente o a través del FMI.
En conclusión: el caso Espert ha implicado un alto costo político para el Gobierno y es incierto cuánto del mismo podrá ser superado antes de la elección de octubre; este costo se suma a la caída en las encuestas, manifestaciones adversas en las visitas de Milei en el interior del país y los efectos de la recesión económica; el Congreso ha reiterado su posición adversa a la Casa Rosada, rechazando la semana pasada dos vetos, uno en Diputados y dos en el Senado; por último, el gobierno argentino tiene asegurado el apoyo político de Trump con la visita de Estado de Milei a Washington, pero sigue en duda el efecto económico concreto del encuentro.