Por Rosendo Fraga.
El 24 de junio tuvo lugar la Cumbre Anual de Jefes de Estado y Gobierno de la OTAN. Sucede en un momento crítico desde el punto de vista de la seguridad internacional por la crisis desatada en Medio Oriente y en el momento en que las relaciones entre Estados Unidos y sus socios se encuentran más deterioradas desde su creación en la posguerra.
La reunión tuvo lugar en Holanda, país al que pertenece el nuevo Secretario Ejecutivo de la alianza militar, Mark Rutte. El tema central fue la exigencia de Estados Unidos de que los países que integran la OTAN destinen al gasto militar el 5% de su PBI. La tesis del presidente estadounidense es que Europa tiene que hacerse cargo de su seguridad, que de hecho está sostenida por la estructura militar de Estados Unidos.
El conflicto más relevante se dio con España, que se negaba a aceptar cumplir con la suba de gasto exigida por Trump del 5%. Es que destinar este porcentaje del PBI implicaba para España multiplicarlo por cinco, subir impuestos y reducir el gasto social. El presidente estadounidense aprovechó el caso español para ampliar sus argumentos. Presentó gráficos que mostraban la diferencia del gasto militar entre Estados Unidos y los países de Europa. Paralelamente, en su red social Truth Social difundió un esquema elaborado por la agencia británica Graphic News, especializada en análisis internacionales, para justificar su argumentación.
La clave del sistema defensivo de la OTAN es el artículo 5° de su tratado, por el cual si uno de sus treinta y dos miembros es atacado por un país ajeno a la alianza militar, todos los demás deben concurrir en su apoyo. Históricamente Rusia ha sido el enemigo eventual de la OTAN en términos continentales, pero esto se ha modificado para Estados Unidos. Es decir que la diferencia sobre el volumen del gasto militar se vincula también a un enfoque estratégico diferente. Para los países europeos de la OTAN, la amenaza principal sigue siendo Rusia, pero para Estados Unidos lo es ahora la competencia con China a nivel global.
A esta diferencia se agrega la ambigüedad del presidente estadounidense. Preguntado por el alcance del mencionado artículo 5°, Trump respondió: “Depende de su definición. Hay muchas formas de definir el artículo 5°”.
En cuanto al gasto en defensa exigido por Trump, la posición de Rutte fue limitar el aumento al 3,5% del PBI, pero destinar el otro 1,5% adicional al concepto de “seguridad amplia”, es decir la referida a la acción policial, la lucha contra el narcotráfico, etc. Con un concepto similar se incluyó también inversiones en infraestructura como rutas, puentes, canales, etc., utilizados por los medios militares en una crisis.
Aunque antes de iniciarse la reunión Trump intercambió frases amigables a través de sus redes sociales -dijo que estaba deseando encontrarse con sus “buenos amigos europeos”, felicitó a Rutte por su designación y le agradeció por su actitud decisiva en Irán, a la que calificó de extraordinaria-, agregó posteriormente que el nivel actual de gasto militar “es ridículo” y que todos los miembros deberían ser capaces de asumir el nuevo esfuerzo. Fue directo con España, diciendo: “No está de acuerdo, lo cual es muy injusto para el resto”. En la cena inaugural de la conferencia, que contó con la presencia de los reyes de Holanda, los Jefes de Gobierno de Estados Unidos y España fueron ubicados en mesas separadas.
Desde Berlín, el Jefe del Gobierno alemán, Friedrich Merz, respondió con un matiz: “Rusia, más que ningún otro país, amenaza activa y agresivamente la seguridad de Europa”. Cabe señalar que veintitrés países de la OTAN ya destinan más del 2% de su PBI al gasto militar (según lo acordado en la Cumbre de Gales de 2014) y plantean llegar al 3% en 2026 ó 2027, pero el debate sigue abierto.
La situación de Ucrania fue otro tema clave de esta Cumbre. Zelensky fue invitado a último momento para reunirse con Trump y dejar atrás los desencuentros recientes. Tras la reunión bilateral, que se dio al margen de la Cumbre, el presidente ucraniano sostuvo: «Hemos hablado de cómo lograr un alto el fuego y una paz real. Hemos hablado de cómo proteger a nuestro pueblo». A su vez el encuentro, que se desarrolló al margen de la Cumbre, fue calificado de «largo y sustancial» por el propio Zelensky, quien confirmó que fueron tratadas «todas las cuestiones realmente significativas».
Finalmente, en la Cumbre de la OTAN realizada el 24 de junio, Trump impuso su objetivo más importante: el compromiso de los treinta y dos países de la alianza atlántica de elevar el gasto militar al 5% de su PBI. Dicho incremento deberá estar vigente para 2035, es decir dentro de diez años. Esto implica para el promedio de los treinta y dos países más que duplicar su gasto militar actual. De este porcentaje acordado, se confirmó que el 3,5% se destinará a gasto militar directo y el 1,5% restante a infraestructura, innovación y ciberseguridad, como había propuesto Rutte.
Como se señaló, la única objeción la planteó España, que se negó a asumir el compromiso en los términos acordados. Ello generó el enojo de Trump, que cuestionó en duros términos al gobierno español, presidido por el socialista Pedro Sánchez. Finalmente España firmó el compromiso, pero comprometiéndose sólo a llevar el gasto al 2,1% de su PBI con la promesa de cumplir con las capacidades pactadas, aportando un “voto inferior”, un eufemismo que fue aceptado para que el documento fuera aprobado por unanimidad. Otros países, como Bélgica, expresaron reservas sobre su capacidad financiera para cumplir este objetivo, pero igualmente firmaron el compromiso.
El documento obliga a los países a presentar planes anuales para demostrar avances creíbles en el cumplir el objetivo. Rutte consideró un “salto cualitativo” el acuerdo, que según él generará una OTAN “más fuerte, justa y letal”. Advirtió que las amenazas van desde Rusia hasta el terrorismo, los sabotajes y los ciberataques, y subrayó que “estamos listos para defender cada centímetro del territorio aliado”. Esto es un cambio drástico respecto a la Cumbre de Jefes de Gobierno de la OTAN realizada en junio del año pasado en Washington. Entonces el ahora ex Secretario General de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, venía reiterando desde el mes de abril que el enemigo era una “cuádruple alianza” entre Rusia, China, Irán y Corea del Norte. Que ahora sólo incluya a Moscú es un cambio de enfoque importante.
La actual crisis entre Israel e Irán, en la cual intervino directamente Estados Unidos, tuvo a la relación entre Washington y Beijing como la verdadera clave de la solución. Si Teherán hubiera cumplido su amenaza de bloquear el estrecho de Ormuz, por el cual pasa el 25% del petróleo que se consume en el hemisferio norte, el conflicto habría continuado con consecuencias económicas graves a nivel global. Fue el Secretario de Estado, Marco Rubio, quien se comunicó con su colega chino, Wang Yi, para que influyera ante el régimen iraní para que no bloqueara el estrecho y evitara así una mayor escalada del conflicto. En realidad, esto se evitó gracias al funcionamiento de un canal de comunicación para las crisis entre las dos potencias más importantes: Estados Unidos y China.
El ex primer ministro holandés de centroderecha adoptó un lenguaje elogioso hacia el presidente estadounidense. En una conferencia de prensa dijo que sin él “nada de esto habría sido posible” e ironizó: “Y entonces, ‘papi’ tiene que usar un lenguaje fuerte para hacerlos parar”, aludiendo a la intervención de Washington para frenar el conflicto entre Irán e Israel, al que Trump calificó en la conferencia como una “pelea de niños”. Trump se dejó elogiar y respondió: “Le gusto, me llama ‘papi’, creo que lo hace con cariño”.
Pero clarificó su concepto sobre el artículo 5° de la OTAN, al cual el día anterior había tratado con cierta ambigüedad. Dijo: “Si no apoyara el cumplimiento del artículo de defensa mutua, ¿qué haría aquí?”. Rutte fue más allá, asegurando que sin Trump esta Cumbre de la OTAN no hubiera producido ningún avance real: “¿De verdad creen que siete u ocho países habrían decidido alcanzar el 5% en tan poco tiempo si él no estuviera?”
Trump obtuvo su objetivo. Tras encauzar el conflicto entre Irán e Israel, pocos días después encolumnó a la OTAN detrás de su liderazgo. Los países de la alianza atlántica temían que el presidente estadounidense cumpliera su amenaza de abandonar la organización si sus integrantes no aceptaban aumentar el gasto militar al 5% de su PBI.
Antes de salir de La Haya, Trump volvió a criticar al gobierno español. Dijo entonces: “Es terrible lo que ha hecho España. No quieren pagar y van a tener que devolvernos eso”. Ratificó que Madrid recibirá amenazas de represalias económicas, estableciendo sanciones en el intercambio comercial bilateral, las que podrían ser acompañadas por otros países europeos.
Desde la creación de la OTAN, esta fue la cumbre en la cual el liderazgo militar estadounidense se hizo más franco y contundente y Trump lo personificó plenamente.