Por Rosendo Fraga.
En junio Javier Milei retoma el ámbito internacional como centro de gravedad de su accionar. Tendrá como punto inicial una reunión con el Papa León XIV el 7 de junio. Es importante porque el presidente no estuvo en Roma en la entronización del Sumo Pontífice el pasado 18 de mayo. El viaje se inicia el 6 de junio en la capital italiana, donde se verá con la primera ministra Georgia Meloni, con quien Milei ha desarrollado una relación de afinidad política. La jefa del Gobierno italiano se encuentra en una particular situación porque militantes opositores desde redes sociales han amenazado de muerte a su hija y ella ha asumido una posición muy crítica hacia este modo de hacer política. Después Milei pasará por España, donde tiene previsto hablar en un foro económico. En este caso no habrá encuentros con funcionarios del gobierno de Pedro Sánchez, dada la tensión en las relaciones bilaterales entre los dos países. El 9 de junio el presidente argentino viajará a Niza para reunirse con su homólogo francés, Emmanuel Macron, quien ha tenido varios encuentros bilaterales con Milei en los últimos meses. En esta ciudad se realiza una reunión internacional sobre el destino de los fondos marinos, pero ese es sólo el pretexto para el encuentro. El 10 de junio Milei se trasladará a Tel-Aviv. Tendrá un cronograma intenso: mantendrá reuniones con el presidente Isaac Herzog y el primer ministro Benjamín Netanyahu, rezará ante el Muro de los Lamentos y recibirá una distinción judía equivalente al Premio Nobel en esta comunidad.
Pero en el ámbito interno, la competencia electoral es el centro de la actividad política. Dentro de La Libertad Avanza han comenzado a desarrollarse las conversaciones con el PRO para una alianza en la provincia de Buenos Aires, pero esta debe ser firmada antes del 9 de julio. Dentro del partido oficialista hay dos posturas. La primera es la de Karina Milei -apoyada por los hermanos Menem-, que es la de incorporar dirigentes del PRO, pero sin aceptar una alianza formal como una sola fuerza. Esta postura es secundada ahora por el grupo que encabeza el asesor presidencial Santiago Caputo, autodenominado “Las Fuerzas del Cielo”, que ha decidido dejar en segundo plano el tema de la alianza y centrarse en los candidatos. Por su parte, Diego Santilli y Cristian Ritondo, de negociadores parecen haberse convertido en precandidatos para esta negociación, pero tanto Karina Milei como Santiago Caputo han decidido unir fuerzas para impedir que José Luis Espert avance en pos del primer lugar de la lista. Esta se definirá el 19 de julio. La segunda postura es la estrategia que impulsa el ex presidente Mauricio Macri, que es que el 7 de septiembre se concurra con una alianza integrada formalmente por los dos partidos, postergando para el 26 de octubre, cuando tiene lugar la elección nacional, la unificación de las dos fuerzas políticas. La Casa Rosada se siente “ganadora” en esta puja con el PRO y es posible que endurezca su posición a medida que se acerque el cierre de las alianzas.
Mientras tanto, en el peronismo se intensifican al mismo tiempo los intentos de unidad con los enfrentamientos internos. El mensaje de Cristina Kirchner es claro: sin unidad no hay posibilidad de triunfo. Pero a su entorno le manifiesta que es probable que igual el peronismo enfrente una derrota en la elección de medio mandato. Argumenta también que el peronismo fue derrotado en las últimas cuatro elecciones de medio mandato (2009, 2013, 2017 y 2021), pese a lo cual ganó la mitad de las últimas cuatro elecciones presidenciales. El gobernador bonaerense Axel Kicillof realizó un acto en el Gran Buenos Aires, en el que reunió cuarenta intendentes, algo más de la mitad que tiene el peronismo en la provincia. Planteó la necesidad de una renovación, pero evitando un enfrentamiento directo con la ex vicepresidente. Por su parte, ella intenta mantener la unidad de su sector, en los hechos reducida a una parte del peronismo bonaerense. Dentro del sector del gobernador se critica a su colega de Formosa, Gildo Insfrán, por haber reunido a las autoridades nacionales del partido para producir un gesto favorable a Cristina. Lo cierto es que la mayoría de los gobernadores peronistas negocia cada uno por su lado, preservando sus interés y sus relaciones con el oficialismo. Las encuestas en general muestran ventaja para los candidatos de la Casa Rosada en la elección de octubre, pero eso seguirá siendo así siempre y cuando los resultados económicos sigan jugando a favor del oficialismo.
El conflicto social está escalando, aunque las estructuras tradicionales del sindicalismo y los movimientos sociales mantienen una relativa inacción. La CGT -uno de sus triunviros, Rodolfo Daer (Sanidad), anunció su renuncia para facilitar la renovación- elude convocar un paro general en apoyo de las reivindicaciones salariales de las distintas organizaciones sindicales. Al mismo tiempo, los movimientos sociales se encuentran desarticulados por las causas judiciales que afectan a sus líderes y la pérdida de recursos para financiar una política distribucionista. Pero los jubilados aparecen como un sector con mucha mayor capacidad de protesta que sindicatos y piqueteros. La “protesta de los miércoles” que se realiza en torno al Congreso, en la cual las fuerzas de izquierda apoyan a los líderes de la clase pasiva, se ha transformado en la protesta social más relevante y es probable que lo siga siendo. El problema de los jubilados es que carecen de líderes relevantes con visibilidad, pero también lo es que sus problemas y reivindicaciones se proyectan a sus familias en conjunto. A eso se suman temas puntuales pero que escalan en la opinión pública, como es el caso del hospital infantil Garrahan. Es claro que al Gobierno le falta una política de llevar “caso por caso” este problema que puede escalar, como está sucediendo con otros. La salud es el tema crítico y está superando al de la educación pública, que en el primer año de Milei ocupó el primer lugar.
En conclusión: la política exterior vuelve a ser el centro de acción de Javier Milei y sus visitas al Vaticano y Tel-Aviv serán los destinos más importantes; la lucha interna por las candidaturas y alianzas dentro del oficialismo no se resuelve, pero Milei estaría en capacidad de imponer alternativas, dada su concentración de poder; mientras tanto, en el peronismo hay conciencia de la necesidad de unidad, pero el conflicto entre Cristina y Kicillof parece agravarse en vez de resolverse; por último, en el conflicto social, lo que sucede en sindicatos y movimientos sociales se ve superado por el problema de los jubilados, que encabezan protestas detrás de las cuales se alinean los anteriores.