Por Rosendo Fraga.
La muerte del Papa Francisco es un hecho que repercutirá en la Argentina y dará espacio a Javier Milei en el plano internacional. Se trata de un acontecimiento que está generando conmoción, como suele suceder con los sucesivos jefes de la Iglesia Católica, pero esta vez lo será más porque su imagen había adquirido un gran prestigio en el mundo no católico, es decir, en Asia, África y Oceanía. Estar presente en el entierro del Papa será un objetivo concreto que los Jefes de Estado buscarán con la aspiración de obtener rédito político. Dentro del país, en las encuestas predominaba una opinión positiva sobre el Papa. Aunque ésta fue bajando desde que fuera designado Sumo Pontífice, ahora se revitalizará en términos positivos. Milei tiene una ideología contraria a la de Francisco y más de una controversia, pero probablemente el político que es se impondrá y buscará estar presente en el entierro del Papa, en el cual, por ser argentino y significar una novedad en la política global, generará un interés relevante en los medios internacionales. La política argentina quedará en los días que vienen en un segundo plano frente al impacto generado por la muerte del Papa, pero ello no cambiará los problemas, agendas ni actitudes: será sólo un receso. Algunos intentarán utilizar la desaparición de Francisco para tratar de crear situaciones de diálogo o consensos, pero difícilmente ello tenga éxito, dada la polarización de la política argentina y el enfrentamiento de sus protagonistas.
La visita del Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, a la Argentina confirma el respaldo político de Donald Trump al presidente Milei. Aunque el funcionario estuvo en la Argentina catorce horas y fue enfático al negar aportes directos del Tesoro estadounidense para el país, su presencia en el complejo y conflictivo escenario argentino, destaca la importancia del vínculo bilateral. La visita no parece tener relación directa tampoco con el acuerdo obtenido con el FMI, que ya se había logrado antes de la visita de Bessent. Pero su llegada subraya el problema quizás más relevante en la relación bilateral entre Estados Unidos y Argentina: la relación con China. Para el primero, neutralizar la influencia de Beijing en América Latina en materia de inversiones en minerales, penetración financiera y eventualmente su presencia estratégica, es el tema geopolítico más importante. Para China, en cambio, no es un área prioritaria, pero esta potencia desarrolla una política global con menos limitaciones que Estados Unidos y quiere mantener su presencia tanto en América Latina como en Asia, África y Oceanía. El “swap” para incorporar la moneda china a las reservas argentinas, logrado por Cristina Kirchner durante su segundo mandato presidencial, es el nexo financiero más importante, y que establece para Argentina una situación dual entre Washington y Beijing. El “swap” fue renovado por un año días antes de la firma del acuerdo con el FMI. Pero esta es una circunstancia que Milei no va a poder sostener por mucho tiempo. Las presiones de Estados Unidos se reiterarán e irán a temas más específicos, como las inversiones en litio y energía, donde la presencia china ha comenzado a ser importante en Argentina.
El Congreso se aprestaba antes de la muerte del Papa a tener una intensa agenda en términos políticos. En el Senado, el oficialismo había logrado reunir treinta y siete legisladores para sancionar la llamada “ficha limpia” que impide a un candidato presentarse a elecciones si tiene una condena firme en segunda instancia. Para que esto sea así respecto a Cristina Kirchner no sólo hace falta la sanción de la ley, sino que la Justicia rechace sus recursos judiciales. La fecha límite para su aplicación es el 17 de agosto: ese día debería estar resuelto el último recurso judicial y sancionada la ley que no le permitiría ser candidata. Pero esta ley rige sólo a nivel nacional, es decir, no en la provincia de Buenos Aires. Aun sancionada la ley de “ficha limpia”, igualmente Cristina podría presentarse como candidata a legisladora provincial el 7 de septiembre, cuando se realizan los comicios locales en el primer distrito del país. La intención de la ex vicepresidente es presentarse en la tercera sección electoral -la que tiene mayor población de la provincia y donde históricamente el peronismo ha obtenido su porcentaje de voto más importante-.
Mientras tanto, la oposición intentará avanzar en la Cámara de Diputados con la comisión investigadora del llamado “Caso Libra”. Aunque la influencia de los gobernadores es mayor sobre los senadores que los diputados de acuerdo al sistema institucional argentino, la Casa Rosada trabaja activamente para que los mandatarios provinciales eviten que sus diputados impulsen esta investigación. El Gobierno ha logrado que no sean citados por esta Comisión ninguna de las tres personas que integran el llamado “triángulo de hierro”: el presidente, su hermana Karina y el asesor presidencial Santiago Caputo. Pero funcionarios de primera línea, como el ministro de Economía, Luis Caputo, sí serán citados. Es un procedimiento que difícilmente tenga consecuencias jurídicas, pero sí las puede tener en términos políticos, y por eso el Gobierno quiere evitarla. El oficialismo ha logrado, constituyendo nuevos interbloques, que la cantidad de legisladores quedé exactamente empatada en esta Comisión. Esto dará lugar a negociaciones. Los llamados ATN (Adelantos del Tesoro Nacional) han sido un instrumento por el cual todos los gobiernos nacionales han gratificado a las provincias que los apoyaron en los momentos difíciles ya desde el gobierno de Alfonsín. Sigue siendo el mismo instrumento utilizado hoy. Las provincias que ayudan al gobierno nacional en el Congreso tienen un trato privilegiado, y lo contrario sucede con las opositoras. La mayoría necesaria para llegar a la eventual sanción de la ley de “ficha limpia” se dará gracias al cambio de posición de dos senadores santacruceños que responden al gobernador.
Pero es la elección en la Ciudad de Buenos Aires, que tiene lugar el 18 de mayo, la que concentra la atención política inmediata. Falta menos de un mes para estos comicios, que dada las características políticas del distrito tendrá repercusión nacional. Todas las encuestas difundidas en los últimos días dan primero al candidato del kirchnerismo, Leandro Santoro (que es también apoyado por un sector del radicalismo). Se trata de un kirchnerista de origen radical. La ventaja es significativa sobre los dos candidatos de centroderecha que concurren separados: Manuel Adorni por La Libertad Avanza y Silvia Lospennato por el PRO. En algunos sondeos la suma de ambos supera a la intención de voto de Santoro, pero en otros no. Los votos que obtengan Horacio Rodríguez Larreta, que se presenta con disidentes del PRO, y Ramiro Marra con sectores libertarios que fueron excluidos, harán más probable el triunfo de Santoro. La Libertad Avanza y el PRO han optado por ver estos comicios como una interna para dirimir su control sobre el distrito. Incluso Adorni -cometiendo un grave error político- dijo que quedar a un voto de Santoro sería un éxito. Por su parte Milei ha decidido entrar ya en la campaña electoral: acompañará a Adorni en actos y caminatas, pero también entrará en la provincia de Buenos Aires con un acto organizado por su hermana Karina en el principal distrito electoral del país. La división que se dio en la Ciudad de Buenos Aires puede repetirse en la provincia si Milei y Macri no cambian su actitud al respecto. Una derrota libertaria en la Ciudad de Buenos Aires el 18 de mayo que se repitiera en la provincia el 7 de septiembre, generaría un escenario político adverso para el gobierno nacional antes de la elección de octubre.
En conclusión: la muerte del Papa Francisco generó un impacto internacional y ocupará un espacio político importante, aunque no prolongado, en la Argentina, que Milei tratará de aprovechar; la visita del Secretario del Tesoro de Estados Unidos confirmó el respaldo político de Trump a Milei, aunque no aportó fondos del Tesoro ni tampoco ocultó los reparos por el swap de Argentina con China; el oficialismo trata de sancionar en el Senado la llamada “ficha limpia” con la intención de impedir que Cristina Kirchner se presente como candidata nacional, aunque podría hacerlo en el ámbito provincial; el Gobierno busca contener en Diputados la actividad de la Comisión que investigará el “Caso Libra”: esta no puede tomar resoluciones definitivas, pero sí puede desgastar políticamente; por último, la elección en la Ciudad de Buenos Aires es vista por el Gobierno más como una interna entre La Libertad Avanza y el PRO que como una competencia con el kirchnerismo, y eso puede ser un error.