Medio Oriente: guerra local, regional y global

Por Rosendo Fraga.

A cinco días de cumplirse un año del ataque terrorista de Hamas a Israel, el conflicto ya ha derivado en una guerra regional. El bombardeo con aproximadamente doscientos misiles por parte de Irán contra Israel ha sido una respuesta a ataques israelíes que tuvieron lugar en los últimos días en Gaza y El Líbano, y cuyo objetivo central fue la organización Hezbollah. Las represalias israelíes contra el apoyo de esta organización terrorista a Hamas, habían derivado meses atrás en una extensión inicial del conflicto. De hecho, la escalada afecta también al Líbano, cuyo territorio está parcialmente ocupado por Hezbollah en la frontera con Israel. El primer ministro Benjamín Netanyahu aseguró que el ataque ha sido un “gran error y que pagarán por ello”. Agregó que “el régimen de Irán no comprende nuestra determinación de defendernos y nuestra determinación de tomar represalias contra nuestros enemigos”. Dijo también que “mantendremos las reglas que establecimos: quien nos ataque, lo atacaremos”. Las fuerzas estadounidenses participaron junto a las israelíes de la intercepción de los misiles atacantes, la mayoría de los cuales no dieron en el blanco. No habría ningún israelí muerto y los heridos serían sólo seis. Por su parte, el Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca aseguró que el ataque iraní fue ineficaz pero que “es una escalada significativa que tendrá consecuencias”. Hamas expresó su orgullo y agradecimiento a la república islámica por lo que describieron como una “respuesta a la agresión sionista contra los pueblos palestino y libanés”. A su vez, el presidente iraní, Masud Pezeshkian, lanzó una advertencia: “Sobre la base de los derechos legítimos y con el objetivo de lograr la paz y la seguridad para Irán, la región dio una respuesta decisiva a la agresión del régimen sionista”

Al mismo tiempo, el Ejército israelí movilizó más tropas en la frontera con El Líbano, lo que es un anticipo de la entrada militar en el país. Anunció que sus tropas llevaron a cabo incursiones terrestres en el sur del Líbano, así como la movilización de más fuerzas en la frontera y el bombardeo sostenido de Beirut, tras una semana de intensos bombardeos sobre territorio libanés que causaron cientos de muertos, entre los cuales se encontraba gran parte de los comandantes militares más importantes de Hezbollah. En un mensaje transmitido por X, las fuerzas israelíes aseguraron que “las fuerzas de defensa de Israel ahora tienen Beirut como objetivo”. El Ejército israelí también confirmó que sus fuerzas iniciaron “incursiones terrestres selectivas” en el sur del Líbano. Por su parte, Hezbollah rechazó la información israelí de que se hayan efectuado “docenas” de incursiones fronterizas, entrando en sus túneles, a las que denunció como parte de “la guerra psicológica” de Israel. La muerte del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, que tuvo lugar el 27 de septiembre, parece haber sido un antecedente o acelerador del conflicto que se libra desde el norte de Israel con el sur del Líbano, donde se encuentra Hezbollah. Según el Ministerio de Salud libanés, más de mil personas han muerto en su territorio durante los últimos ataques israelíes. En la ciudad de Sidón, en el sur del Líbano, murieron setenta y nueve personas el pasado 29 de septiembre, hecho al cual Hezbollah caracterizó como la “mayor masacre” realizada por Israel en territorio libanés. En este ataque también fueron heridas de gravedad cincuenta y ocho personas. Las tropas regulares del Líbano se han retirado de las zonas próximas a la frontera. Se considera inminente la entrada masiva de fuerzas israelíes en el sur del Líbano, donde opera Hezbollah.

En cuanto a la reacción internacional, ésta ha sido diversa y en alguna medida contradictoria. El gobierno chino se opuso a las “violaciones de la soberanía libanesa” y Rusia hizo un “llamamiento a las autoridades israelíes” para que cesen inmediatamente las hostilidades y “retiren sus tropas del territorio libanés”. A su vez, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, el general Lloyd Austin, dijo estar de acuerdo con la necesidad de desmantelar la infraestructura de Hezbollah, pero que su país sigue buscando una “solución diplomática” más allá del avance israelí sobre el territorio libanés. Pero las fuerzas estadounidenses participaron de las operaciones en apoyo de las israelíes. Cabe señalar que el Pentágono hizo público el 29 de septiembre que había reforzado su presencia militar en la región. Se habían trasladado a ella numerosas escuadrillas de aviones de combate. El grupo de portaaviones Presidente Lincoln se encontraba también en la zona, mientras que el grupo de portaaviones Presidente Truman avanzaba hacia la zona de conflicto a través del Mediterráneo. Anunció también que aumentaba en entre siete y ocho mil hombres la presencia militar terrestre en función de dar mayor protección a sus efectivos. Ello implica cuarenta y tres mil hombres en total. Esto incrementa el riesgo de que los estadounidenses sufran bajas en los próximos días. En cuanto a la Unión Europea, condenó el ataque iraní pero exigió al mismo tiempo un inmediato cese del fuego, y lo mismo hizo el Reino Unido. A su vez, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, mediante su vocero reclamó por un “inmediato cese del fuego”, a la vez que destacó que “la soberanía y la integridad territorial del Líbano deben ser respetadas”. Su vocero destacó también que la Resolución 1701 sobre El Líbano de 2006 pide la desmilitarización de la zona fronteriza, algo que hoy es abstracto.

La guerra regional ha comenzado a formalizarse y es probable que en los próximos días se generalice. Israel prepara represalias contra el ataque iraní y además es casi seguro que entrará con tropas en el sur del Líbano. Las milicias hutíes han dicho que continuarán las acciones contra Israel tanto en el Mar Rojo como en su propio territorio. La red de organizaciones pro iraníes, que integran además las que operan en Siria e Irak, confirmó que lo hará también. Las fuerzas estadounidenses, a su vez, ya están combatiendo junto a las israelíes, aunque hasta ahora sea sólo en la acción antiaérea destinada a bloquear misiles y drones lanzados por Irán. Es posible que Israel ataque en forma más amplia a dicho país para destruir sus instalaciones nucleares, las que no están lejos de llegar al armamento atómico. Así como la guerra entre Rusia y Ucrania dividió a Occidente y Oriente, algo similar puede suceder con la guerra regional de Medio Oriente. Los esfuerzos por lograr un cese del fuego se han diluído con las últimas acciones en torno al Líbano y la respuesta militar iraní frente a Israel. El mayor riesgo es que Estados Unidos se vea cada vez más involucrado en la guerra regional y esto escale, globalizando el conflicto. Además, el proceso electoral estadounidense se encuentra a un mes de definirse y eso hace más peligrosa la situación.

En conclusión: el ataque militar iraní a Israel escala el conflicto a nivel regional: ahora tendrá lugar una represalia por parte de Tel-Aviv; además, es probable que se amplíe la incursión militar terrestre sobre Hezbollah en El Líbano, con lo cual un tercer país se vería involucrado; la reacción internacional ha sido diferente y diversa, pero Estados Unidos está operando militarmente en apoyo de Israel y, por otro lado China y Rusia han apoyado con declaraciones diplomáticas a Irán; por último, el riesgo de globalización existe si la presencia militar estadounidense, que ha comenzado a ser operacional, escala peligrosamente.

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