Entre Parque Lezama y el veto

Por Rosendo Fraga.

A dos semanas de cumplir diez meses de gobierno, Milei adopta un cambio de estrategia política, asumiendo que ha entrado en una etapa en la cual parte de sus votantes muestra dudas sobre su gestión. Hasta ahora, el presidente buscó mantener aproximadamente la mitad de la sociedad alineada con él, frente a la otra que se mostraba opuesta pero dispersa y sin liderazgo. Esto comenzó a cambiar gradual y tenuemente desde el mes de julio. Milei gira ahora sobre una política más confrontativa y polarizada que le permita consolidar y mantener al tercio entusiasta que le responde más fielmente y que, presumiblemente, lo seguirá haciendo, aún en las peores circunstancias. Eso es lo que representó su discurso y el de su hermana del 28 de septiembre en Parque Lezama. Los enemigos del Gobierno se ampliaron significativamente en dichas expresiones. A las “castas” de políticos, sindicalistas y empresarios, se sumaron las de profesionales. Las críticas al periodismo se intensificaron y los encuestadores se sumaron a los adversarios. Esto último apunta a “descalificar” las interpretaciones que señalan una baja en el apoyo al Gobierno. Probablemente Milei toma como referencia las estrategias semejantes que desarrollaron Trump y Bolsonaro tras sus derrotas electorales. Mantuvieron dos tercios de sus votantes -que representan sólo un tercio del total-. El ex presidente estadounidense es hoy un candidato competitivo, con aproximadamente la mitad de los votos. A su vez, el ex presidente brasileño probablemente comience su recuperación política tras la elección de medio mandato que tendrá lugar el próximo 6 de octubre.

Pero en lo inmediato, el problema político central del oficialismo es la incertidumbre sobre si podrá repetir el tercio de la Cámara de Diputados que le permitió mantener el veto respecto al cambio del ajuste jubilatorio. Es un tema central. Con un partido oficialista que tiene sólo el 10% del Senado y el 15% de Diputados, como dijo Milei en Parque Lezama, gobernar es un gran desafío. Un presidente que enfrenta esta situación sólo puede gobernar si tiene la posibilidad de utilizar el veto para rechazar las leyes aprobadas por el Congreso que afecten su gestión. El problema es que ahora la norma a vetar es la que aumenta los recursos de la educación pública universitaria asignados en el próximo presupuesto. En abril la movilización realizada por los sectores medios en defensa de la educación pública universitaria obligó al presidente a ceder, especialmente a favor de la UBA. Ahora, el 2 de octubre la llamada “comunidad universitaria” repetirá la movilización. Sumará a todo el espectro sindical y a la oposición tanto política como social. El Gobierno teme que tenga lugar nuevamente una movilización multitudinaria que sea confrontada con el acto de Parque Lezama, que será sensiblemente menor. Si el veto -que todavía no ha firmado pero que de hacerlo nuevamente será total- no reúne un tercio de una de las dos Cámaras para mantenerse, el Gobierno quedará muy debilitado en lo político y enfrentará un panorama incierto frente al tratamiento del Presupuesto en el Congreso.

En el terreno específicamente político, Milei ha formalizado la presentación de su partido a nivel nacional, el que está liderado por su hermana Karina. Su rol en el acto de Parque Lezama la formalizó como la número dos en el poder. Su discurso anticipó los lineamientos del de su hermano y también la línea de profundizar la polarización con la oposición. Se lograron los ocho distritos necesarios para obtener el reconocimiento del partido, incluida la decisiva provincia de Buenos Aires. La acompañan en su gestión política los hermanos Menem -Martín y Lule- y figuras nuevas sin antecedentes en la política formal, como Sebastián Pareja en el liderazgo bonaerense, y Nahuel Sotelo, actual secretario de Culto y Civilización. Esta iniciativa política complica la relación con la dirigencia de las fuerzas afines, y en particular con el PRO. En alguna medida, las dirigencias de estas fuerzas también fueron criticadas en el discurso de Milei, cuando dijo que su gobierno era “el mejor de la historia argentina”. El oficialismo se inclina así, definitivamente, por ir a las elecciones del año próximo con una estructura política propia y sin alianzas, salvo excepciones. El conflicto más relevante que surge es el de Jorge Macri en la Capital, que ve con lógica preocupación tener que competir con La Libertad Avanza en su distrito. En cuanto al discurso, Milei volvió a utilizar pasajes bíblicos. Al cerrar su discurso citó el libro Proverbios, versículo 10:28: “El futuro de los justos es halagüeño, la esperanza de los malvados se desvanece”. Ratificó así la faz religiosa de su visión política.

Próximo a cumplir los diez meses, el presidente expresa algunas dudas e incluso contradicciones. En política exterior, la más relevante es su mensaje conciliador hacia China, que era hasta ahora un adversario común con Estados Unidos. Probablemente la debilidad argentina en el frente financiero internacional ha forzado este giro, que se manifestará formalmente a comienzos del año próximo si Milei concreta su viaje a China. En lo político, el conflicto con la vicepresidente Victoria Villarruel escala. Su ausencia en el acto de Parque Lezama y su crítica frontal a la política del Gobierno en el tema Malvinas, constituyen la mayor explicitación de divergencias. Cabe recordar que el vicepresidente es el único miembro del Ejecutivo -pertenece también al Legislativo- que no puede ser removido por un decreto, sino sólo por juicio político. En lo ideológico se está poniendo en evidencia una divergencia dentro de la coalición oficialista, entre los liberales alineados con Milei, y los nacionalistas con Villarruel. Las negociaciones con distintas expresiones de la “casta política” mientras se las denosta, son una contradicción importante: se negocia con la dirigencia sindical tradicional la reglamentación del capítulo laboral de la Ley Bases; se entrega el control del área de salud a una coalición de sindicatos y radicales; se intenta negociar con la “comunidad universitaria” para impedir la marcha contra una entrega de fondos encubierta. También el acto de Parque Lezama mostró ciertas prácticas de movilización similares a las de la “casta”.

En conclusión: el discurso de Milei lo mostró profundizando la polarización y la confrontación para consolidar su tercio incondicional, cuando se registra una baja en el apoyo de la opinión pública; el riesgo de una nueva marcha de protesta como la de abril, es percibido por el Gobierno como una importante amenaza, pero más lo es que Milei no consiga el tercio de una Cámara para mantener el veto; en lo político, el discurso de Karina Milei implica que el Gobierno opta por una fuerza política propia para las próximas elecciones, desechando alianzas políticas formales, salvo alguna excepción; por último, próximo a cumplir diez meses de gobierno, Milei muestra dudas y contradicciones, como el giro hacia China, la confrontación con la vicepresidente y las negociaciones con la “casta”.

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