Por Rosendo Fraga.
El bombardeo israelí contra Hezbollah en El Líbano iniciado el 23 de septiembre, dio muerte a aproximadamente quinientas personas -muchas de ellas ajenas a la organización- y constituye una escalada peligrosa. Entre las víctimas fatales se cuentan treinta y cinco niños y cincuenta y ocho mujeres. El ataque dejó también mil ochocientos heridos.
Como respuesta, el 24 de septiembre Hezbollah lanzó aproximadamente trescientos cohetes contra ciudades israelíes. Cabe señalar que la ONU ha contabilizado ya ciento trece mil desplazados internos, durante casi un año de guerra entre Israel y Hezbollah en territorio libanés (es el mayor éxodo de los últimos dieciocho años). La Fuerza Aérea israelí habría atacado mil seiscientos objetivos de esta organización terrorista.
La operación se mantuvo después de la gestión que el Jefe del Pentágono, el general Lloyd Austin, llevó adelante ante el gobierno israelí para evitar la peligrosa escalada que se está gestando. Entre el 21 y 22 de septiembre, intentó disuadir al gobierno israelí de librar una guerra formal con la milicia pro-iraní. Israel está llevando una guerra en tres frentes contra Hezbollah y Hamas. Con esta última organización, la Franja de Gaza sigue siendo un ámbito de guerra e Israel ha producido bajas importantes y ocupado territorios. Cisjordania es la otra región palestina fronteriza con Israel, también ocupada por fuerzas israelíes. Los choques armados entre milicias palestinas y fuerzas militares y civiles israelíes se están intensificando.
Pero el conflicto que amenaza con escalar a una dimensión regional es el que tiene lugar en la frontera entre Israel y El Líbano y que tiene como protagonista principal a Hezbollah. En su discurso ante las Naciones Unidas, el presidente Biden advirtió contra “una escalada regional” y alertó sobre la posibilidad de una “guerra total” en Medio Oriente.
El riesgo de conflicto regional está planteado claramente por el rol decisivo de Irán en la región. En los últimos días, las milicias pro iraníes que actúan en Irak han atacado a Israel con misiles. Algo similar empieza a suceder desde Siria. Los hutíes, a su vez, no han dejado de hacerlo. Pero el punto clave es qué hará Irán. Su presidente acusó el 23 de septiembre a Israel de buscar una guerra más amplia en Medio Oriente y de “tender trampas” para llevar a su país a un conflicto más amplio. Frente a más de veinte periodistas, dijo que Teherán no quiere que se amplíe la actual guerra de Gaza ni los ataques aéreos en la frontera entre Israel y El Líbano. Agregó que aunque “Israel insiste en que no quiere una guerra más amplia, está tomando medidas que implican lo contrario”. Mencionó las explosiones mortales de beepers, walkie-talkies y otros dispositivos electrónicos en El Líbano, de las que culpó a Israel, y de la eliminación del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, la víspera de su toma de posesión en Teherán. Agregó también que “nos están arrastrando hacia un punto al que no queremos ir” porque “en la guerra no hay vencedores. Sólo nos engañamos a nosotros mismos”. Respecto a los próximos pasos de Irán, sostuvo: “Daremos nuestra respuesta en el momento y lugar adecuados”. Ante la pregunta sobre el estado del programa nuclear iraní, manifestó que las armas de destrucción masiva no tienen lugar en Irán.
Pero las potencias occidentales sostienen que desde el acuerdo de 2015 -que fue denunciado por Trump-, Teherán ha ampliado su enriquecimiento de uranio de 3,67% a 60% de pureza. Por su parte, Suecia acusó a Irán de un ciberataque en agosto de 2023, cuando convocó a reaccionar contra las quemas del Corán.
El ataque de Israel contra la base central de Hezbollah en Beirut implica una nueva y peligrosa escalada. Israel ha dicho que continuará atacando hasta terminar no sólo con Hamas, sino también con Hezbollah. Esta organización ha dicho una vez más que contraatacará. Irán ha sostenido que frente a dicho ataque, puede verse obligado a cambiar su actitud.
La Asamblea General de la ONU que se realiza en la última semana de septiembre, tiene lugar en momentos en que escala el conflicto de Medio Oriente. El secretario general de la organización, Antonio Guterres, llamó a “evitar el camino hacia una Tercera Guerra Mundial”. Participan del encuentro ciento treinta y tres Jefes de Estado y de Gobierno. Dijo también Guterres que “hay una gran sensación de impunidad: cualquier país o entidad militar siente que puede hacer lo que quiere. Se debe dar el ejemplo, salir del cinismo o la desesperanza”. Pero al día siguiente, con muestras de desesperación, dijo que “no podemos seguir así” y advirtió que “el estado de nuestro mundo es insostenible”. La semana anterior, el 19 de septiembre, se votó en esta organización internacional el proyecto presentado por el Estado Palestino para exigir el fin de la ocupación israelí. Tuvo ciento veinticuatro votos a favor, cuarenta y siete abstenciones y sólo catorce votos negativos. Guterres dijo días antes que ya han muerto al menos cuarenta y un mil cuatrocientos cincuenta y siete palestinos por los ataques israelíes.
El conflicto palestino deja al ucraniano en un segundo plano en la Asamblea de este año. A ello se agrega que la coordinadora especial de Naciones Unidas para El Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, ha dicho que “la región está al borde de una catástrofe inminente y cualquier escalada de esta peligrosa situación podría tener unas consecuencias devastadoras y de gran alcance”. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió que el conflicto entre Israel y Hezbollah amenaza con sumir a Medio Oriente en una “guerra total”. Por su parte, Francia solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para debatir la situación en Beirut. También reclamó que cesen los ataques de ambos lados en la “línea azul” ubicada en la frontera entre Gaza y Egipto.
Pero los esfuerzos de Estados Unidos y Francia para intentar un cese del fuego transitorio parecen haber fracasado.
En cuanto al conflicto ucraniano, el gobierno de Zelensky informa de una nueva incursión fronteriza en Kursk, mientras visita Estados Unidos en busca de más apoyo. El avance habría tenido lugar por un segundo segmento de la frontera ruso-ucraniana en dicha región. Según fuentes ucranianas, las fuerzas de Kiev siguen controlando cerca de mil trescientos kilómetros cuadrados, aunque la cifra podría ser algo menor dado que Rusia reivindica la recuperación de algunos pueblos.
En Estados Unidos, Zelensky presentó su “Plan de la Victoria” para fundamentar el pedido de más apoyo y reclamando también “más claridad” por parte de su aliado clave sobre el alcance de su compromiso. Dijo que “los próximos meses serán decisivos”. Se reúne con Biden y con los dos candidatos presidenciales, Trump y Harris, mientras se realiza en paralelo la Asamblea de Naciones Unidas. Existe cierta incertidumbre sobre si se mantendrá firme la determinación de Estados Unidos y sus aliados, dada la situación que plantea la escalada del conflicto en Medio Oriente. Cabe señalar que todavía Washington no ha tomado una decisión sobre el pedido ucraniano de poder usar las armas recibidas de Estados Unidos para atacar el territorio ruso en profundidad.
Zelensky intenta ahora recibir de Estados Unidos y sus aliados tecnología suficiente para poder fabricar misiles de largo alcance en su propia industria, para independizarse así del uso directo del material provisto por Estados Unidos.
Pero quizás han sido las declaraciones del Secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, las que plantearon abiertamente el riesgo de conflicto global. Dijo, como lo hicieron públicamente funcionarios de la OTAN, que el conflicto que se está librando es entre esta alianza militar por un lado, y una coalición fáctica de la que forman parte Rusia, China, Irán y Corea del Norte. Según la interpretación del funcionario estadounidense, estos cuatro países intercambian tecnología militar entre ellos y favorecen tanto a los grupos pro palestinos en Medio Oriente, como a las fuerzas rusas en el conflicto europeo. Se trata de una interpretación que contribuye a incrementar el riesgo de escalada.