China: entre la diplomacia y los ejercicios militares

Por Rosendo Fraga.

El 15 de julio de 2024 China anunció que sus fuerzas navales habían llevado a cabo ejercicios militares conjuntos con Rusia en el Océano Pacífico. Según el comunicado, no estaban dirigidos contra ningún país en particular. Pero cuatro días antes, el 11 de julio, tuvo lugar la Cumbre de Jefes de Estado de la OTAN, que emitió un duro documento en el que denunciaba el apoyo militar de China a Rusia. Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, Beijing fue intensificando gradualmente sus relaciones diplomáticas, económicas y militares con Moscú, pero evitando inmiscuirse directamente en el conflicto. El comunicado del Ministerio de Defensa chino detalló que esta fue la cuarta patrulla marítima conjunta entre los dos países realizada en aguas occidentales y septentrionales del Pacífico. En esa oportunidad, una patrulla aérea conjunta en la que participaron bombarderos estratégicos rusos TU-95 y chinos H-6 volaron cerca de Alaska, territorio estadounidense. El gobierno chino especificó que el ejercicio no se vinculaba con la situación que se da en Ucrania, ni con las tensiones en el Mar de China Meridional. Aunque no se proporcionaron detalles específicos sobre las maniobras, se informó que dos buques de guerra rusos llegaron al puerto chino de Zhanjiang, en el sur del país, para participar de los ejercicios. Las aguas circundantes a China son un foco de tensión internacional debido a las disputas territoriales entre Beijing y sus vecinos, incluidos Japón, Filipinas y Taiwán, quienes cuentan con el respaldo de Estados Unidos. Pese a no condenar la invasión rusa a Ucrania, China ha reiterado su respeto a la integridad territorial de las naciones, lo que podría ser interpretado como una postura que incluya a Ucrania de una manera implícita. Pero cabe señalar que en 2010, cuando el entonces vicepresidente Joe Biden representó al presidente Barack Obama en una reunión bilateral con la potencia asiática, su definición fue muy clara: “Estados Unidos es y seguirá siendo la potencia del Pacífico”. En este  marco, el 27 de agosto treinta aviones militares de China volaron cerca de Taiwán tras la visita del asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, a la isla para respaldar a su gobierno frente a la supuesta amenaza de la potencia asiática. 

En el plano diplomático, el 20 de agosto de este año, el primer ministro chino Li Qiang viajó a Rusia para presidir la 29° reunión regular de Jefes de Gobierno de ambos países. La reunión fue realizada entre el 20 y el 22 de agosto y el funcionario chino concurrió invitado por Mijail Misjustin, el primer ministro ruso. El encuentro tuvo lugar al cumplirse exactamente dos años y medio de la invasión rusa a Ucrania. El mensaje fue breve pero contundente: “China y Rusia están listas para profundizar una cooperación estratégica”. Así lo manifestó el representante de la diplomacia china, Wang Yi, tras el encuentro que tuvo con Vladimir Putin en Moscú. En tono amigable, el canciller chino dijo que la potencia asiática “está lista para fortalecer una asociación con Moscú en aras del interés de ambos países y el mundo entero”. Además sostuvo que “las relaciones entre ambas naciones no sucumbirán a la presión de otros países”. El funcionario chino dijo también que “China está dispuesta a trabajar con Rusia para explorar la cooperación en áreas emergentes”. Putin y Xi se han reunido en lo que va del año dos veces y han elaborado un nuevo proyecto para impulsar y profundizar las relaciones bilaterales, especialmente este año, en el que se conmemora el 75° aniversario del establecimiento de lazos diplomáticos entre ambos países. Li señaló que la relación en lo que hace a revolución científica y tecnológica y transformación industrial, ya está avanzando. Las dos partes manifestaron la intención de profundizar también la cooperación en intercambios culturales, turísticos, educativos y juveniles para promover el entendimiento mutuo. Rusia reafirmó el principio de “Una sola China” defendido por ella en el conflicto con Taiwán. En este marco, el canciller ruso Sergei Lavrov amenazó que una “tercera guerra mundial no afectará exclusivamente a Europa” si continúa el apoyo militar de Occidente al gobierno de Zelensky.

Paralelamente, China decidió imponer restricciones a la exportación de minerales estratégicos claves, las que entrarán en vigencia el 15 de septiembre. Busca así proteger sus intereses de seguridad y cumplir sus compromisos de no proliferación. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), en 2023 China fue responsable del 48% de la producción mundial de antimonio, uno de los minerales estratégicos más importantes. El Ministerio de Comercio chino informó que las restricciones afectarán a seis tipos de productos relacionados con este mineral, incluyendo a éste, los metales del mismo, y el óxido de antimonio. Se prohibirá la exportación no autorizada de la tecnología relacionada con la fundición y separación de oro y antimonio. Las empresas chinas que busquen exportar estos productos deberán obtener una licencia especial para bienes y tecnologías de doble uso, tanto civiles como militares. La declaración del Ministerio de Comercio chino se opone firmemente a que otros países utilicen productos chinos para actividades que “socaben la soberanía, seguridad e interés de desarrollo” de la potencia asiática. Estas restricciones forman parte de una serie de medidas adoptadas por Beijing el año pasado, las que incluyen prohibición de exportar tecnología para la fabricación de imanes de tierras raras, así como el endurecimiento de las restricciones sobre productos de grafito, galio y germanio. Según la agencia Bloomberg, el gobierno de Estados Unidos está considerando restricciones adicionales a partir de septiembre, para limitar el acceso de China a chips de memoria de IA y equipos necesarios para su fabricación. Quizás estas restricciones sean el capítulo más relevante de las recientes medidas proteccionistas que están adoptando ambos países respectivamente. Mientras Rusia y China buscan reducir su dependencia tecnológica de Occidente, las potencias occidentales tratan de limitar la capacidad de estos dos países para fortalecer sus capacidades de inteligencia artificial y otros campos tecnológicos.

En cuanto a la posición china respecto a los conflictos de Gaza y Ucrania, es un tanto ambigua. Hasta la guerra entre Rusia y Ucrania, Beijing había adoptado una posición neutral, determinada por la intención de impedir el aislamiento económico de China que le imponen Estados Unidos y sus aliados. Concretamente, Beijing intenta evitar una derrota de Rusia que favorezca la intención estadounidense de mantener su hegemonía global. A comienzos de agosto, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky buscó interesar al gobierno chino para que realice gestiones para acercar posiciones entre Kiev y Moscú (lo que sí hizo Emiratos Árabes Unidos, que gestó el último intercambio de presos). Respecto a Gaza, China ha buscado acercar las posiciones de Israel y Palestina, pero sin buscar protagonismo en ello. Pese a todo, en abril de este año el ministro de Relaciones Exteriores chino, Qin Gang, sostuvo que había mantenido conversaciones con las máximas autoridades de ambos países y que estaría dispuesto a mediar. Pero cuando en octubre estalló el conflicto palestino-israelí, detonado por el grupo terrorista Hamas, en China se expresó un sentimiento antisemita, manifestado en sectores de su población. Una de las más grandes figuras del nacionalismo, Zihu Xiashi, escribió que “En el pasado, Alemania los persiguió. Ahora, ustedes persiguen a los palestinos. En este mundo no fuercen a otros a arrinconarse, porque sólo estarán cavando su propia tumba”. Beijing reconoció al Estado palestino desde que se fundó en 1988 y estableció relaciones diplomáticas con su gobierno en 1989. Incluso en 2022, durante una visita a Arabia Saudita, Xi Jinping manifestó su frustración por la “injusticia histórica” hacia los palestinos y manifestó su apoyo al acuerdo de 1967 que otorgaba a Palestina el control de Jerusalén. Los medios oficiales chinos han culpado reiteradamente a Estados Unidos por no tener un rol constructivo en solucionar el conflicto entre ambos países y, por el contrario, apoyar militarmente, en forma concreta y manifiesta, a Israel en el conflicto con Hamas y sus aliados regionales, de los cuales el más importante es Irán. Se trata de estrategias que confrontan con Estados Unidos, que es un firme aliado militar de Ucrania e Israel en las respectivas guerras con Rusia e Irán y sus aliados.

En conclusión: los ejercicios navales realizados por las marinas de China y Rusia es una actitud que muestra la intención de ambas potencias de cooperar militarmente frente a la presencia naval de EEUU y sus aliados; la visita del primer ministro chino a Moscú ratificó la buena relación entre las dos potencias, con vistas a enfrentar a EEUU por su presencia naval en torno a China y el apoyo militar de Washington a Ucrania; la decisión china de impedir la exportación de sus minerales estratégicos es una medida que persigue al mismo tiempo objetivos económicos y militares, y que afectará concretamente a intereses estadounidenses; por último, China adopta una actitud formalmente neutral sobre Ucrania y mantiene diálogo con Zelensky, pero sobre Gaza ha reiterado el apoyo a la causa palestina y cuestionando el apoyo militar estadounidense a Israel.

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