Significación de las elecciones de la Unión Europea

Por Rosendo Fraga.

Las elecciones para el Parlamento Europeo que tendrán lugar del 6 al 9 de junio pondrán en evidencia si se produce realmente un giro a la derecha y también la actitud de los europeos frente a la guerra de Ucrania. Serán elegidos setecientos cinco parlamentarios de cuatrocientos cincuenta millones de ciudadanos de la Unión Europea. Se votará así simultáneamente en veintisiete países, en los que se hablan veinticuatro idiomas. Se trata de la única institución de la UE que se elige por voto directo. Es la primera elección que se realizará en el contexto de una guerra europea, la de Rusia y Ucrania, y el conflicto palestino-israelí, que se ha trasladado como nunca antes al plano militar. Una encuesta realizada a nivel global por GIA-Voices en noviembre de 2023 muestra que en promedio el 52% está dispuesto a luchar por su país, el 33% no y el 14% no contesta. De los países europeos, Ucrania registra 62% que está dispuesto a hacerlo, Suecia -de reciente incorporación a la OTAN- 47% responde de esta manera; en Polonia 45%, Rumania 42%, Suiza 41%, Bosnia.Herzegovina 40%, Portugal 39%, Macedonia del Norte 34%, Reino Unido 33%, Bulgaria 30%, España 29%, Alemania 23%, Austria 20% e Italia 14%. Salvo Ucrania, todos estos países se encuentran por debajo del promedio global. La opinión pública europea es más bien reacia a involucrarse en un nuevo conflicto bélico. La experiencia de dos guerras mundiales, aunque debilitada, está presente históricamente y los países menos dispuestos a luchar son los derrotados en la Segunda Guerra Mundial. 

Políticamente, la cuestión pasa a ser cuánto crece o no la llamada “derecha populista” europea, que está poniendo en riesgo la fórmula de gobernabilidad alcanzada por democristianos, socialdemócratas y liberales. Desde los inicios de la Unión Europea, el Parlamento fue controlado por acuerdos entre estas tres fuerzas, la primera de centroderecha moderada, la segunda de centroizquierda también moderada, y la tercera de centro. En las últimas elecciones la derecha populista europea -también denominada soberanista- ha comenzado a desafiar el predominio de las tres fuerzas mencionadas. En los cuatro principales electorados del continente el crecimiento de la derecha populista es considerable. En Alemania ganaría la democracia cristiana, pero con menos votos que antes. Su resultado rondaría el 25%, cuando años atrás alcanzaba el 40%. Afirmación por Alemania es una fuerza nacionalista acusada de neonazi. Uno de sus dirigentes, Maximilian Krah, defendió a las SS. Reagrupamiento Nacional (RN) de Marie Le Pen y La Liga de Matteo Salvini rompieron con dicho partido alemán. Es que tanto en Francia como en Italia la derecha nacionalista ganaría y la proximidad con los neonazis los perjudica. Pero está claro que la derecha crece respecto a las elecciones anteriores realizadas cinco años atrás en Alemania, Francia e Italia. En cuanto a España, el cuarto electorado de la Unión Europea, es posible que el voto de centroderecha y ultraderecha sumados superen al de centroizquierda. En especial el partido Vox, que lidera Santiago Abascal, podría crecer y ser la tercera fuerza detrás de populares y socialistas. Fuerzas de extrema derecha ganarían también en Austria, Holanda y Portugal (con el partido Chega).

Así como se registra el avance de la extrema derecha, viene reduciéndose el voto por los socialdemócratas y la centroderecha. El Partido Socialista francés pasó de doscientas cincuenta bancas en 1997 a sólo treinta y una en 2022. El retroceso también ha sido significativo en la socialdemocracia alemana, el Partido Demócrata de Italia o el PASOK de Grecia. Cabe señalar que la izquierda hoy sólo gobierna cuatro países de la Unión Europea: Dinamarca, España, Malta y Alemania (esta última por una coalición de socialdemócratas, verdes y liberales). A ello se agrega que los sistemas de partidos se han debilitado con divisiones y fraccionamientos. Contrariamente a lo que sucedía hace décadas, hoy suele ser necesario reunir a por lo menos tres partidos para formar gobierno. Esta es la situación en once países de la UE: Irlanda, Suecia, Luxemburgo, Eslovenia, República Checa, Estonia, Letonia, Alemania, Italia, Holanda y Bélgica (el caso más extremo, gobernado hoy por una coalición de siete partidos). En el caso de Italia, Georgia Meloni gobierna con una coalición de tres partidos y lo mismo sucede hoy en Alemania con Olaf Scholz. Los partidos de la derecha populista se han reunido en dos agrupamientos en el Parlamento Europeo: Identidad y Democracia (ID) y Conservadores y Reformistas (CR). En el caso italiano, en la primera agrupación -que también integra Marie Le Pen- está La Liga de Matteo Salvini y en la segunda Hermanos de Italia de Georgia Meloni. 

Tradicionalmente, los partidos que están en la oposición obtienen en estos comicios europeos mejores resultados que en los nacionales. Los partidos de derecha que esperan buenos resultados, en general suelen tener una actitud crítica respecto a las elecciones para el Parlamento Europeo. En las fuerzas de derecha predomina un sentimiento anti-europeo que se manifiesta en el cuestionamiento a las instituciones que las representan, a las cuales suele caracterizarse como “la burocracia de Bruselas”. Esta actitud coincide también con un sentimiento anti-inmigración que predomina en estas expresiones políticas. La realidad es que este discurso ha ido ganando influencia en las fuerzas moderadas y no sólo de la derecha. La reunión convocada por el partido Vox de España en el inicio de su campaña electoral, bajo la consigna “Europa Viva 2024”, contó con la presencia de los primeros ministros de Italia (Georgia Meloni) y Hungría (Viktor Orban). Estuvieron presentes Marie Le Pen y representantes del Partido Nacionalista polaco que recientemente perdió las elecciones en su país. Pero el presidente argentino Javier Milei ocupó un lugar central, dado su rol creciente en la extrema derecha occidental. No obstante, ningún dirigente europeo relevante propuso claramente la unidad entre las distintas facciones de la derecha populista en el Parlamento europeo. Ello parece improbable, a pesar de que si lo hicieran podrían convertirse en la segunda fuerza detrás del Partido Popular Europeo, dominado por la democracia cristiana alemana y que hoy controla la Presidencia de la Comisión Europea con Ursula von der Leyen. 

En conclusión: la elección para el Parlamento europeo que tendrá lugar entre el 6 y 9 de junio pondrá en evidencia hasta dónde el electorado de los veintisiete países que integran la UE ha girado hacia la derecha populista; el crecimiento de esta derecha populista comienza a poner en riesgo la fórmula de gobernabilidad del Parlamento Europeo, creada a partir de una alianza entre democristianos, socialdemócratas y liberales; el crecimiento de la derecha populista se corresponde con una caída de los votantes de las dos fuerzas moderadas de la política europea: el partido democristiano y el socialdemócrata; por último, tradicionalmente, los partidos que están en la oposición obtienen más votos en estas elecciones que en las nacionales, pero esto puede no ser tan así en esta oportunidad.

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