Por Rosendo Fraga.
El ámbito global sigue siendo el principal éxito de Javier Milei y en la semana que se inicia ello se corrobora. Se realiza en Brasil la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G20, preparatoria de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo, que tendrá lugar en este país. Desde allí, visitará la Argentina el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken -quien desde el 7 de octubre ha realizado cinco viajes a Medio Oriente-. Su reunión con el presidente argentino será relevante. Por un lado Washington ve a Milei como un aliado en la agenda internacional en temas como Ucrania, Gaza y Venezuela. Pero al mismo tiempo preocupa a la Administración Biden que se convierta en un líder autoritario que deje en segundo plano la normativa institucional. Además, su definido alineamiento con Donald Trump -quien hoy encabeza las encuestas para la elección contra el actual presidente- es un tema que subyace en los demócratas y ello resulta lógico. También han visitado la Argentina antes de la reunión del G20 en Brasil los cancilleres de China y Francia, pero sólo fueron recibidos por la canciller argentina. Tras finalizar la reunión con Blinken, Milei viajará a los Estados Unidos para participar en la Convención de Acción Política Conservadora, impulsada por el partido republicano y los sectores afines al mismo. En los hechos, esta reunión forma parte de la campaña electoral de Trump, quien hablará en el encuentro. Milei también lo hará, ratificando sus alineamientos de política exterior y económica, y de cambios culturales. La repercusión internacional que ha tenido su reciente viaje por Israel e Italia concentra la atención en él. Milei tendrá que hacer un delicado equilibrio en estos dos encuentros que tendrán lugar en forma inmediatamente sucesiva entre sus objetivos como Jefe de Gobierno y como líder político de proyección global.
Pero en el ámbito interno la situación política del presidente argentino no es fácil. Sus relaciones con el Congreso están interrumpidas y la decisión de no prorrogar las sesiones extraordinarias es una evidencia de ello. La construcción de una coalición parlamentaria oficialista -objetivo por ahora incierto- en los hechos no ha empezado. El gobierno se inclina por dividir la llamada “ley ómnibus” en cuatro o cinco leyes cortas, usar intensamente los DNU y realizar otras reformas y desregulaciones por decreto simple e incluso resoluciones ministeriales. Es una forma práctica de eludir el “todo o nada” que fracasó con la ley ómnibus. La actitud que asuma Milei el 1° de marzo frente al Congreso en la inauguración de las sesiones ordinarias, adquiere dimensión política en este contexto. Mientras tanto, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y el Procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, trabajan en la Justicia para revertir los fallos adversos contra el primer DNU de Milei y ya habrían comenzado conversaciones con la Corte. Pero el conflicto institucional más relevante para el Ejecutivo se está generando con los gobernadores. De los veinticuatro que gobiernan, ninguno pertenece al partido del presidente. La disolución de los fondos fiduciarios -que Milei intentará hacer por decreto- y del fondo que la Casa Rosada entrega a las provincias para reforzar su gasto en educación, que sería suspendido, aparecen como los dos conflictos principales. Este último es un tema central por la proximidad del inicio de clases, cuando en veinte provincias hay riesgo de que no comiencen por este conflicto. En cuanto a la actitud de la Justicia respecto a la disolución de los fondos fiduciarios, ella presumiblemente será diversa. Aun la decena de gobernadores provenientes de las filas de Juntos por el Cambio han decidido suspender su diálogo con los miembros del Gabinete y exigen que ahora sea sólo con el presidente.
En cuanto a la gestación de una coalición de gobierno entre La Libertad Avanza y el PRO, se desarrolla en forma más lenta a lo esperado inicialmente. En el partido del presidente se ha impuesto una línea de ceder lo mínimo: no entregarán ni el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, ni a ninguno de los ministros. Sólo aceptarían ceder cargos en el segundo nivel y aceptar a Cristian Ritondo como presidente del interbloque que se constituiría en la Cámara de Diputados. Cabe señalar que hay cargos de segunda línea que interesan al propio Mauricio Macri, como es la Subsecretaría de Deportes que depende del nuevo ministro Daniel Scioli. El interés del ex presidente por el fútbol, vinculado a la transformación de los clubes en sociedades anónimas, lo lleva a impulsar la candidatura para el cargo del ex intendente de La Plata, Julio Garro. Todavía no ha habido un encuentro entre Milei y Macri para discutir el tema en concreto. Simultáneamente es necesario concretar un acuerdo sobre las nuevas autoridades del PRO que serán elegidas en la segunda quincena de marzo. Los seguidores de Macri aspiran a que Patricia Bullrich acepte ser su vicepresidenta. En las filas del PRO predomina el rechazo a una idea de fusionar las dos estructuras políticas, temiendo que esta fuerza, que tiene estructura nacional y más poder que La Libertad Avanza en el Senado, pierda protagonismo y poder. Sin apuro en la relación con el Congreso, tampoco la hay en concretar esta alianza política.
Pero la situación social es crítica y ello puede poner en riesgo el apoyo que Milei mantiene en los sondeos, sustentado en gran medida en su eficacia en el uso de las redes sociales. El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina ha informado que su estimación de pobreza a enero de 2024 alcanza el 57%. Es el récord desde que se realiza esta medición en 2004. Cabe señalar que para el INDEC, el máximo nivel de pobreza se registró en el segundo trimestre de 2002 y fue el 51%. Puede plantearse que Argentina está viviendo ya el máximo nivel de pobreza de su historia. A ello se agrega que el Observatorio de la UCA anticipa que en febrero superaría el 60% y ello podría seguir empeorando en los meses subsiguientes. Frente a esta situación, los movimientos sociales y los sindicatos preparan una estrategia de respuesta más centrada ahora en una serie de protestas sectoriales y locales, que en una a nivel nacional, como la que se realizó el 24 de enero. El gobierno sostiene que los incrementos en los planes sociales y el monto de la Tarjeta Alimentar contienen la situación. Pero la suspensión del abastecimiento de los comedores populares y la fuerte caída en el ingreso de los jubilados no tienen respuesta por ahora. El dominio y la eficacia de Milei en redes sociales es un factor relevante en el sostenimiento de su imagen, como lo fueron para Trump y Bolsonaro. Polarizar con figuras populares del espectáculo como Lali Espósito y María Becerra puede parecer un error, pero Milei se beneficia de estos conflictos que se desarrollan con intensidad en las redes. En última instancia, es una estrategia similar a la de Trump, que en el pasado la usó frente a la actriz Meryl Streep y se apresta a desarrollar ahora respecto a la cantante Taylor Swift.
En conclusión: la visita del Secretario de Estado y la participación de Milei en la convención de acción política conservadora estadounidense, exigen de él mantener un difícil equilibrio en sus relaciones con Biden y Trump; el presidente argentino ha decidido desarrollar una estrategia jurídica diversificada para sus reformas, dejando en suspenso su relación con el Congreso y avanzando en cambio en el conflicto con los gobernadores; la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO ha perdido la urgencia inicial y los seguidores de Milei han puesto límites a las concesiones que se realicen al PRO en términos de posiciones de poder; por último, la situación social es cada día más crítica y hoy resulta incierto hasta cuándo la eficacia de Milei en redes sociales será útil para contenerla.