Votación en Naciones Unidas respecto a hostilidades en Gaza

Por Rosendo Fraga.

El 8 de diciembre, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votó una resolución que exigía una tregua humanitaria inmediata en Gaza. Sólo uno de los quince países que integran el Consejo, que a su vez es uno de los cinco miembros permanentes con derecho a veto, votó en contra: Estados Unidos. Sólo se abstuvo el Reino Unido, otro de los miembros permanentes con derecho a veto. Los tres restantes (Francia, Rusia y China) votaron a favor de la resolución, pero ésta no se hará efectiva por el veto que ejerció Estados Unidos. De los otros diez miembros no permanentes, cinco son elegidos cada año por la Asamblea General para cubrir un período de dos años. De América Latina hay sólo dos, Brasil y Ecuador; de Europa son Albania, Malta y Suiza; en representación de África lo integran Gabón, Ghana y Mozambique; mientras que de Asia lo integran Emiratos Árabes Unidos y Japón. Cabe señalar que Brasil ejerce la presidencia pro témpore del Consejo y que ha tenido una postura neutral, tendiente a poder jugar un rol mediador que no ha podido ejercer. El otro miembro no permanente del Consejo en América Latina es Ecuador, quien pese a su postura de alineamiento con Washington en su política exterior, también votó a favor de la propuesta.

Cuatro días después de la resolución del Consejo, la Asamblea General del organismo internacional, integrada por todos los países miembros, votó a favor de exigir un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza. La moción fue aprobada por ciento cincuenta y tres votos a favor. Los votos en contra -en los hechos un apoyo a la causa israelí- fueron sólo diez. Además de Estados Unidos e Israel, de Europa la rechazaron Austria y República Checa; de África, Liberia; de Oceanía, Micronesia, Nauru y Papúa Nueva Guinea; y de América Latina sólo Guatemala y Paraguay. Los que se abstuvieron fueron veintitrés, pero esta postura no fue neutral. Evitaron apoyar una resolución que en los hechos era desfavorable para Israel. La Argentina, en la primera decisión de política exterior del presidente Javier Milei, votó de esta manera. Lo hizo junto con Panamá y Uruguay de América Latina. El Reino Unido también se abstuvo, como lo hiciera en la votación del Consejo de Seguridad. De Europa acompañaron esta posición Bulgaria, Alemania, Georgia, Hungría, Italia, Lituania, Países Bajos, Rumania, Eslovaquia y Ucrania. De África lo hicieron Cabo Verde, Camerún, Guinea Ecuatorial, Malawi, Sudán del Sur y Togo; de Oceanía se abstuvieron Islas Marshall, Palau y Tonga. En el continente asiático no se registraron abstenciones. 

De los votos a favor de esta resolución se cuentan los otros tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad que habían votado de la misma manera en dicho organismo: Francia, Rusia y China. Como India, Sudáfrica y Brasil también votaron de esta manera, el Grupo BRICS ha sostenido una opinión unificada a través de todos sus integrantes. La totalidad del mundo árabe votó también en esta posición, como resulta lógico, más allá de sus matices y diferencias. Además de Brasil, de América Latina votaron favorablemente también Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guyana, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Perú y Surinam. Estuvieron ausentes sólo Haití y Venezuela. En cuanto a los países del Caribe, todos votaron favorablemente: Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Trinidad y Tobago. 

Claramente, en América Latina y el Caribe predomina hoy una posición a favor de que se imponga una tregua a las operaciones militares en Gaza, la que en los hechos es contraria a los objetivos de Israel. No es extraño que sea así. Durante los últimos años fue creciendo en la región una postura más favorable hacia la causa palestina. En algunos casos, países de la línea populista autoritaria como Cuba, Venezuela y Nicaragua, han asumido una actitud solidaria con los grupos extremistas palestinos, como Hamas y Hezbolá. En alguna medida hay cierta semejanza con la postura mayoritaria en América Latina respecto a la guerra de Ucrania. La mayoría de los países condenó la invasión rusa, pero al mismo tiempo evitan una condena explícita a Moscú. Pero en el caso de Gaza, la posición de la Unión Europea está dividida y lo mismo sucede en el caso de la OTAN. Francia es miembro de la UE, la OTAN y miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a veto, y acompaña sólidamente a la causa ucraniana, junto con Estados Unidos y el Reino Unido. Pero en el conflicto de Gaza vota junto con Rusia y China, mientras que Estados Unidos vota respaldando la postura israelí y el Reino Unido se abstiene, lo que en los hechos es una actitud favorable a Israel. En América del Sur, las diferencias respecto a la causa ucraniana son manifiestas. El presidente Zelensky fue uno de los seis jefes de Estado extranjeros que asistió a la asunción del nuevo presidente Javier Milei. A su vez, el presidente Lula se negó a entrevistarse con Zelensky en Brasilia, donde su avión se reabasteció. Pero cabe recordar también que en la mencionada votación de la ONU, mientras Brasil votó a favor del cese de hostilidades, Argentina no lo hizo.

En conclusión: en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, trece de los quince miembros votaron por el cese de hostilidades en Gaza: sólo Estados Unidos votó en contra y el Reino Unido se abstuvo; en cambio, en la Asamblea de la ONU la votación respectiva mostró el mismo resultado: lo hicieron a favor esta vez ciento cincuenta y tres países, se abstuvieron veintitrés y votaron en contra diez; la mayoría de los países de América Latina y el Caribe han evitado condenar a Moscú en la guerra de Ucrania y han apoyado el cese de hostilidades en Gaza; por último, las posiciones de Argentina y Brasil comienzan a ser diferentes en ambos casos, con el nuevo gobierno argentino coincidiendo más con Estados Unidos.

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