Escala el conflicto por Esequibo

Por Rosendo Fraga.

El triunfo del Sí en el referéndum no vinculante realizado el 3 de diciembre en Venezuela para apoyar la anexión de la región de Guyana llamada Esequibo, arrojó un resultado ambivalente. Como era previsible se impuso el Sí, pero con menos votos que los esperados por el oficialismo. La consulta electoral se desarrolló con tranquilidad, como suele suceder en Venezuela. Se prolongó más de dos horas el cierre de los locales de votación por decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE). El resultado, anunciado por el presidente de dicho organismo, Elvis Amoroso, indicó que el Sí ganó en las cinco preguntas sometidas a votación con más de 95%, con una participación de más de diez millones quinientos mil electores. A favor de la primera pregunta (acuerdo en rechazar la “línea impuesta fraudulentamente” por el Laudo Arbitral de París de 1899 que “despoja” a Venezuela de la Guayana Esequiba) votó el 97,83%; a favor de la segunda (apoyo al Acuerdo de Ginebra de 1966 como único instrumento válido para alcanzar una solución) votó favorablemente el 98,11%; en la tercera pregunta (acuerdo con la posición histórica de Venezuela de no reconocer la Jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia para resolver la controversia territorial) votó afirmativamente el 95,40%; respecto a la cuarta (acuerdo en oponerse a la pretensión de Guyana de disponer unilateralmente de “un mar pendiente por delimitar, de manera ilegal y en violación del derecho internacional”), lo hizo el y 95,4%; y en cuanto a la última (a favor de la creación un estado de Guayana Esequiba, el otorgamiento de la ciudadanía venezolana a su población e incorporación al territorio venezolano), votó a favor el 95,93%.

El oficialismo consideró un éxito el resultado, dada la concurrencia de aproximadamente la mitad del padrón electoral. Aunque la oposición argumenta que es un porcentaje bajo, no lo es por tratarse de una consulta no vinculante con concurrencia voluntaria. Uno de los primeros en votar fue Nicolás Maduro a las seis de la mañana y dijo entonces: “Vamos a salir más fuertes como país y a hablar duro y claro, la voz de Venezuela se va a hacer una sola porque decide un pueblo entero”. Durante la campaña, el presidente venezolano intentó plantear la anexión de Esequibo como una causa nacional y no particular del chavismo. El objetivo era lograr la participación de partidos opositores en el referéndum y esto fue logrado. Votaron los ex candidatos presidenciales Henrique Capriles Radonski y Javier Bertucci; también lo hicieron el dirigente Henri Ramos Allup del Partido Acción Democrática, el candidato presidencial opositor con perfil de outsider, Benjamin Rausseo, y gobernadores y alcaldes opositores. Entre ellos se destacó Manuel Rosales, gobernador del Estado de Zulia, del partido Un Nuevo Tiempo, quien dijo: “Venimos acatando el mandato de la Plataforma Unitaria -como se denomina la oposición unificada-, que acordó y recomendó a los venezolanos analizar las preguntas, opinar y votar en este referéndum que nos permite opinar para defender un pedazo de tierra”. El dirigente Luis Florido agregó: “Soy opositor de los que están en el poder, pero es importante que defendamos la soberanía nacional, hay que dividir el trigo de la paja”. Diosdado Cabello, vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), ratificó que dado el resultado, se creará el estado número veinticuatro de Venezuela.

Pero la candidata opositora María Corina Machado, que ganó la interna de la oposición el 22 de octubre, se pronunció desconociendo la significación política del resultado. Sus argumentos se centraron en la falta de entusiasmo cívico que mostraron los votantes. Pero en la interna que ella ganó votaron sólo seiscientas mil personas, entre las cuales obtuvo el 93%. Pero para la candidata opositora, el número de concurrencia en la interna habría sido mucho mayor, más de dos millones. Desde los seguidores de Machado se afirmó que la concurrencia al referéndum había sido incrementada falsamente por el gobierno, al contabilizar cada pregunta como un voto individual. De esta manera, habría votado realmente del 10 al 15% del padrón electoral, es decir, entre dos y tres millones de votantes. Paradójicamente, una de las críticas más contundentes al referéndum provino del llamado “chavismo crítico”. Desde sus filas se sostuvo: “El referéndum consultivo sobre Esequibo se convirtió en un referéndum revocatorio para Maduro”. La interpretación de Machado intenta desacreditar el valor del referéndum. Cabe señalar que la elección presidencial tendrá lugar en casi un año, el 13 de octubre de 2024, un plazo muy largo en términos electorales. El oficialismo buscaba con este referéndum dividir a la oposición, lo que en parte logró, y mostrar que la concurrencia a la interna opositora había sido baja y en consecuencia de escasa significación política. Pero en los medios de comunicación de Estados Unidos y América Latina pareció predominar la interpretación favorable a Machado.

Pero lo probable es que Maduro siga adelante con su estrategia tendiente a unificar su frente interno, utilizando para ello la recuperación de la soberanía venezolana sobre Esequibo. Para Brasil, que tiene la frontera más extensa de Guyana, la inestabilidad que se está generando en la región es un dato negativo. Desde Dubai, donde participaba en la COP28, Lula dijo: “Espero que el sentido común prevalezca del lado de Venezuela y Guyana” y agregó: “Si algo que el mundo no necesita, ni tampoco América del Sur, son problemas”. La semana anterior, Celso Amorim, ex canciller de Lula y actualmente su asesor en temas regionales, había estado en Caracas intentando convencer a Maduro de “desescalar” el problema. La estrategia venezolana insistirá con el desconocimiento del fallo arbitral de 1899, que fue favorable a Guyana (entonces colonia británica), y por reivindicar el acuerdo de Ginebra de 1966. Pero la cuestión es si avanzará o no en la ocupación de Esequibo que ha planteado. Por su parte, el presidente guyanés, Irfaan Alí, el día del referéndum difundió un mensaje grabado en horas de la mañana diciendo: “Quiero advertir a Venezuela que esta es una oportunidad para que demuestren madurez, para que demuestren responsabilidad, y permitir que el estado de derecho funcione y determine el resultado de esta controversia”. El día anterior, el vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, fue más duro, al sostener: “Todas las opciones están sobre la mesa para la defensa de nuestro país. Hasta ahora hemos explorado vigorosamente la ruta legal y hemos tenido éxito allí, hemos explorado la ruta diplomática y hemos tenido un éxito abrumador allí. Y ahora estamos explorando la cooperación en materia de defensa con varios países”. Retomó así el anuncio realizado días atrás sobre la posibilidad de instalar bases militares en Esequibo con participación estadounidense (Brasil desplegó tropas en su frontera con Guyana en coincidencia con el referéndum). Cabe agregar que del 15 al 28 de julio de 2023 se realizó en Esequibo la 38° edición del ejercicio militar Tradewinds, conducido por el Comando Sur de Estados Unidos, del que participaron Antigua y Barbuda, Barbados, Belice, Brasil, Dominica, República Dominicana, Bahamas, Canadá, Colombia, Jamaica, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, Bermudas, Trinidad y Tobago, Surinam, México, Francia, Granada, Guyana, Países Bajos, San Vicente y las Granadinas, Estados Unidos y Reino Unido.

En conclusión: el resultado del referéndum realizado en Venezuela sobre su soberanía en la región de Esequibo en Guyana, arrojó un resultado ambivalente; para el oficialismo se trató de un éxito, dado que votó voluntariamente la mitad del padrón electoral con más del 95% de adhesión en las preguntas realizadas, mientras que la interna de la oposición votaron sólo 600.000; para la candidata opositora María Corina Machado, el referéndum fue un fracaso, pese a que participaron del mismo relevantes dirigentes opositores, interpretación que predominó en EEUU y América Latina; por último, Maduro parece dispuesto a avanzar en su estrategia de anexión y el gobierno guyanés a enfrentarla, incluso si fuera necesario en términos militares.

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