A menos de dos semanas de la elección presidencial

Por Rosendo Fraga.

A menos de dos semanas para la elección y a treinta y seis para la entrega del poder, las encuestas, que más que un pronóstico son una herramienta que crea clima político, dan una elección pareja y con cierta ventaja para Javier Milei. Los antecedentes electorales de América del Sur son un instrumento quizás más preciso en cuanto a determinar pronósticos. De los últimos siete balotajes realizados en América del Sur (Argentina, Uruguay, Perú, Chile, Brasil, Colombia y Ecuador), en seis -todos menos Chile- la diferencia fue muy estrecha, menos de tres puntos. Es que el sistema de segunda vuelta se inventó para generar la polarización entre las dos opciones más votadas. En el caso argentino, se realizó un sólo balotaje presidencial en toda su historia: el de 2015, que ganó Mauricio Macri con sólo 51%. Ahora, Javier Milei enfrenta un problema: la elección se realiza en el día intermedio de un fin de semana largo de tres días (en 2015 el feriado se postergó). Un punto equivale a doscientos cincuenta mil votos aproximadamente. Las reservas para el turismo del fin de semana largo superan el millón, es decir, serían más o menos cuatro puntos los que no votarían por esta causa. Dado el nivel socioeconómico de quienes realizan turismo interno -clase media y media alta-, esta ausencia perjudica a Milei y favorece a Massa. Cabe recordar que las sanciones por no votar son prácticamente inefectivas (una multa de cien pesos por cada ausencia a votar) pese a la obligatoriedad, y que nunca se aplican. Los apoderados legales de Milei han pedido que el feriado se traslade, pero lo han hecho tarde.

Por su parte, Sergio Massa enfrenta el problema de incentivar a la estructura de su partido a que se movilice para la elección. Es que los gobernadores, los legisladores provinciales, los intendentes, los concejales y los senadores y diputados nacionales, ya han sido elegidos. Por eso la estructura política concentró sus esfuerzos y recursos en la primera vuelta. No lo hizo en las PASO, donde no se decidían los cargos, y ahora no tiene el mismo interés en movilizarse. Eso es especialmente relevante en el conurbano bonaerense, donde Unión por la Patria ha ganado treinta y cuatro de los cuarenta municipios. Este ámbito geográfico tiene el 25% del padrón electoral del país (la provincia en su conjunto representa el 37%). La diferencia en el conurbano es clave históricamente para el peronismo y lo vuelve a ser ahora. En la provincia de Buenos Aires fue reelecto el gobernador Axel Kicillof el 22 de octubre, obteniendo en la provincia un millón setecientos mil votos más que en las PASO. Es la misma diferencia que aumentó Massa en el promedio nacional. Aunque faltan cuatro años para la próxima elección presidencial que tendrá lugar en 2027, en el ámbito de la política ya se preconfigura una eventual competencia entre Massa y Kicillof para ese momento. En cuanto a la vicepresidenta Cristina Kirchner, se mantiene en un segundo plano, sin interferir en la campaña de Massa, centrada en su independencia respecto al kirchnerismo y en no repetir la mala experiencia de Alberto Fernández, en cuanto a su debilidad política. Dentro del peronismo se acepta que el liderazgo de Cristina es declinante, pero su relación con Kicillof y el poder bonaerense proyecta un eje de poder en el cual ella jugaría un rol. 

En cuanto a Juntos por el Cambio, la alianza de hecho entre Milei y Mauricio Macri no logra superar las disidencias políticas surgidas en el antikirchnerismo y ordenar la campaña en lo discursivo. Se siguen reiterando propuestas polémicas como las de Diana Mondino, al calificar de “fantástico” el proyecto de venta de órganos y vincular el término “cucarachas” con el matrimonio igualitario. Pero también Patricia Bullrich, con su declaración de que espera que la “economía explote antes de la elección”, y Guillermo Francos (uno de los voceros más relevantes de Milei), diciendo que la economía va a estallar antes del 10 de diciembre, han generado controversia. La economía se encuentra en una situación de fragilidad. Las estimaciones sobre inflación para el mes de diciembre la ubican en 17%. La posibilidad del incremento del precio del dólar informal está planteada. La escasez de combustible en plena campaña electoral para la segunda vuelta muestra que el Gobierno tiene dificultades para controlar el funcionamiento de la economía. Es claro que a la oposición le conviene que el descontrol de la economía tenga lugar antes de la elección, o al menos previamente a la transferencia del poder. Al oficialismo le conviene lo contrario si es que pierde: que un eventual estallido tenga lugar en los primeros meses del próximo Gobierno. Por su parte, la vicepresidenta impulsa que la acusación de juicio político a la Corte avance y se formalice antes de la elección. Eso crea una situación política compleja para Massa. El gobernador de Córdoba y cuarto candidato en la primera vuelta, Juan Schiaretti, se ha pronunciado contra el juicio político a la Corte, y también lo ha hecho Roberto Lavagna, un economista con fuerte influencia en el ministro-candidato.

Los votos sumados entre Massa y Milei en la primera vuelta alcanzan los dos tercios: será clave lo que haga el tercio restante en la segunda. La tercera candidata, Patricia Bullrich, obtuvo el 24% de los votos. Hoy es probable que dos tercios de ellos opten por Milei y eventualmente el tercio restante lo haga por Massa. Esto sumaría catorce puntos a Milei, que alcanzaría el 44%, y ocho a Massa, que llegaría a 45%. En este contexto adquiere relevancia el 7% que obtuvo Schiaretti, votantes que se inclinarían más por Milei, dada la tradición antikirchnerista de la provincia de Córdoba, donde Massa obtuvo sólo el 14% (por eso el candidato libertario cerrará su campaña en esta provincia). Los casi tres puntos de la candidata de izquierda Myriam Bregman votarían en blanco o por Massa. Esta conjetura de definición de los partidos que quedaron fuera del balotaje coincide en líneas generales con lo que muestran tanto las encuestas como los antecedentes electorales de la región. Lo que suceda en los días inmediatamente previos a la elección resulta cada vez más decisivo. El debate entre los candidatos a la vicepresidencia que tendrá lugar el 8 de noviembre inicia el periodo intenso de campaña, la que llega a su punto máximo en la noche del domingo 12, con el debate entre los candidatos a la presidencia. Ahí comienzan los cuatro últimos días de campaña hasta el inicio de la veda el jueves por la noche, sobre la cual influyen mucho los últimos eventos. En una elección pareja, los errores o aciertos de la última semana juegan un rol decisivo.

En conclusión: a menos de dos semanas de la segunda vuelta, tanto los sondeos como los antecedentes electorales dan cuenta de una elección pareja y disputada; Massa enfrenta como problema central motivar a la estructura peronista cuando ya se han resuelto ya los cargos provinciales y municipales, y Milei, a su vez, el problema que le genera el feriado de tres días; el candidato libertario mejora su mensaje pero no logra ordenar su campaña por la reiteración de proyectos muy conflictivos y declaraciones que consideran como deseable una “explosión” de la economía; por último, en esta semana tendrán lugar los debates, y los últimos cuatro días hasta la veda serán un periodo clave para la definición del tercio de los votantes que no sufragaron por Milei o Massa en primera vuelta.

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