Repercusión regional de la primera vuelta argentina

Por Rosendo Fraga.

El resultado de la primera vuelta de la elección argentina, realizada el 22 de octubre, ha tenido un fuerte impacto en la región. Es así porque el país es el cuarto electorado de América Latina, tiene fenómenos políticos particulares, como es el peronismo -el partido populista que domina la política desde 1946-, y enfrenta una crisis económica muy grave. Además, en 2019 inició, con la elección presidencial de la fórmula Fernández-Fernández, un giro al progresismo, tras el gobierno de centroderecha de Mauricio Macri, que a la vez había comenzado un cambio hacia el centroderecha en la región. América Latina parecía encaminarse nuevamente hacia el centroderecha tras los triunfos de candidatos progresistas en Bolivia, Chile, Colombia y Brasil. Pero las elecciones presidenciales de Paraguay y Ecuador, el plebiscito chileno que frenó la reforma constitucional, la caída de Pedro Castillo en Perú, y la casi segura reelección de Nayib Bukele en El Salvador en febrero del año próximo, convergían tras la elección de Lula a fines de 2022 para materializar nuevamente un giro hacia la derecha. Además, el triunfo de Javier Milei en las PASO (las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias que tuvieron lugar el 13 de agosto) representó una manifestación local de un fenómeno global en el mundo occidental, que es el crecimiento de la ultraderecha. Su partido se llama Libertad Avanza y es denominado como libertario. Los gobiernos progresistas de la región, como el de Brasil, Chile, Colombia y Bolivia, habían tomado partido por el candidato del oficialismo argentino, Sergio Massa, hasta ahora aliado de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Para los gobiernos autoritarios de la región, que son los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, la victoria de Sergio Massa es el mal menor frente a un eventual triunfo de Milei.

El rol de Brasil, el líder natural de la región por sus dimensiones e influencia política, fue importante en el triunfo de Massa en la primera vuelta. No sólo el presidente brasileño lo apoyó públicamente, sino que incluso envió equipos de asesoramiento y acción en redes sociales que contribuyeron eficazmente al inesperado triunfo del candidato oficialista en la elección del 22 de octubre. Una victoria del candidato de ultraderecha en Argentina -que también recibió el asesoramiento de especialistas brasileños- acentuaría el giro hacia la derecha. En ese caso, el liderazgo regional de Lula se vería complicado. Milei ha hecho propuestas extremas en política exterior, como que las dos alianzas de Argentina sean Estados Unidos e Israel. Ello rompería la homogeneidad en la región, dada la importante significación del país en ella. Además, pondría en crisis el Mercosur y lo retiraría de Unasur, que se está reconstituyendo, de la Celac, que Brasil ha reactivado, y de los BRICS, en los cuales Argentina fue invitada a integrar. Pero la elección no ha finalizado. El 19 de noviembre tendrá lugar la segunda vuelta, y si bien Massa entra en ella con ventaja, nada está decidido, y la elección argentina mostró giros sorprendentes. El 13 de agosto, en las primarias obligatorias, se esperaba el triunfo de Juntos por el Cambio, que llevó como candidata a Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri, quien la apoyó ambiguamente, pero no se dio y su fuerza política quedó por debajo de Libertad Avanza. Mientras el actual presidente, Alberto Fernández, antes de ganar y en plena campaña en 2019, visitó a Lula en su centro de detención y se mostró muy solidario con él, la centroderecha argentina mantuvo una posición distante. Por su parte, Milei ha calificado a China como “régimen comunista” con el cual no mantendrá relaciones, sin perjuicio de que los empresarios hagan negocios con la segunda economía del mundo. Un gobierno de ultraderecha en Argentina será hostil hacia el gobierno de Lula.

Fuera de la región, Milei había recibido felicitaciones de la ultraderecha occidental por su triunfo en las primarias, pero ahora han sido más limitadas. La alcaldesa de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se pronunció deseando el triunfo de Milei en la segunda vuelta. También lo hizo el líder del partido Vox, Santiago Abascal, expresión de la ultraderecha española. Es probable que en los próximos días lo hagan también otras figuras de esta orientación. Cabe señalar que tras las primarias obligatorias, congratularon a Milei Donald Trump, Jair Bolsonario, José Antonio Kast, la derecha extrema española y dirigentes del partido de Georgia Meloni. También Elon Musk, el hombre más rico del mundo, calificó al candidato libertario argentino como un fenómeno “interesante”. Este apoyo y simpatía se mantienen, pero se expresan ahora en forma menos entusiasta, dado que el efecto ganador que tuvo Milei el 13 de agosto, se ha debilitado frente a la segunda vuelta. Los intelectuales del mundo desarrollado lo califican de “anarco capitalista”. Es que impulsa políticas económicas extremas, propone llevar el Estado a su tamaño mínimo y toma elementos de los libertarios estadounidenses. El fenómeno ya ha tenido repercusiones en la región y en Uruguay se está organizando un partido libertario que se ha vinculado a Milei. Frente a la elección estadounidense que tendrá lugar a fines del año próximo, el candidato libertario claramente ha tomado partido por Donald Trump. De ganar, no le será fácil la relación con la Administración Biden, que transitará su último año y se ha presentado a la reelección. 

El candidato libertario argentino, que obtuvo el 30% en la primera vuelta frente al 36% de Massa, analiza con cuidado la última elección presidencial ecuatoriana. En ella, la candidata del ex presidente Rafael Correa, Luisa González, obtuvo el 33,6%. Por su parte, Daniel Noboa, un outsider e hijo del empresario más rico del país, alcanzó sólo el 23,5%. Es decir, una diferencia de diez puntos. Pero luego, en la segunda vuelta, González fue derrotada, ya que Noboa obtuvo el 51,8% de los votos. Es decir, el empresario outsider identificado con políticas económicas neoliberales logró crecer 28,3 puntos, mientras que la candidata progresista lo hizo sólo 14,6. Es un antecedente relevante para Milei, que quedó seis puntos por debajo de su adversario. Es probable que el candidato libertario argentino tome como referencia el reciente caso ecuatoriano, como Massa lo hace con la elección presidencial brasileña. En ella, en primera vuelta Lula obtuvo el 48,4% y Bolsonaro el 43,2%, es decir, cinco puntos de ventaja, casi lo mismo que Massa en Argentina, y ganó en segunda vuelta por sólo 1,8%. Pero hay algo difícil de entender en los políticos latinoamericanos, ya sean progresistas o de derecha: cómo Massa, que es candidato a presidente y ministro de Economía simultáneamente, logró ganar la primera vuelta por seis puntos, con la economía en crisis. Es que Argentina tuvo en septiembre 12,7% de inflación mensual, que anualmente se proyectan al 200%; al mismo tiempo, una brecha cambiaria entre el dólar que fija el Estado y el del mercado informal que fluctúa entre 160 y 200%; un nivel de pobreza que alcanza al 45% de la población y continúa creciendo; y una caída del PBI en el tercer trimestre del año cercana al 5%.

En conclusión: el resultado de la primera vuelta en Argentina ha tenido un fuerte impacto regional, por la significación del país y un sorprendente triunfo del oficialismo, identificado con las posiciones ideológicas progresistas; el presidente brasileño ve un eventual triunfo del candidato de ultraderecha argentino, Javier Milei, como una amenaza para su liderazgo regional, porque pone en riesgo el progresismo dominante en la región; Milei representa en Argentina a la ultraderecha occidental, que tiene a Trump como figura principal, y un eventual triunfo del candidato libertario confirmaría el giro a la derecha de las últimas elecciones; por último, Massa entra a la segunda vuelta tomando como modelo la estrategia de Lula en 2022, mientras que el candidato libertario lo hace mirando hacia el reciente balotaje en Ecuador.

Deja un comentario