Por Rosendo Fraga.

A una semana de las PASO, Milei tiene a su favor con el “efecto ganador”, mientras que las dos fuerzas que le siguen todavía no han relanzado sus campañas. Si bien los sondeos de opinión han perdido verosimilitud y certeza, siguen siendo publicados en los medios. Consignan que el 30% del candidato libertario hoy se elevaría a un nivel de entre 35 y 38%. Resulta lógico por el efecto inmediato que tiene el ganador frente a sus adversarios. En realidad ha ganado por muy pocos puntos, dos más que Juntos por el Cambio y tres que Unión por la Patria. Pero el efecto político ha sido el de un efecto “arrasador” por lo sorpresivo. Las encuestas hoy no anticipan resultados, pero generan consecuencias políticas. Cuanto mayor es el error del pronóstico, más alto es el impacto y la sorpresa del resultado. Milei hasta ahora ha realizado su primera semana de campaña mostrándose como es: tajante, reacio a cualquier negociación con la “casta política” y haciendo de la dolarización la idea central de su programa. En el ámbito internacional, ha recibido las felicitaciones de la “derecha antipolítica”: Bolsonaro y Kast en América Latina, Meloni y VOX en Europa, y de las fundaciones del partido republicano que hoy responden a Trump. Su política exterior sigue esta tónica: se iría del MERCOSUR, Unasur y la Celac, suspendería la “alianza” con China y tomaría distancia de Brasil. Manifiesta que tendría una alianza con dos países: Estados Unidos e Israel. Es decir, ha ratificado sus posiciones y anuncios previos a las PASO. Su equipo muestra como núcleo central a los economistas del liberalismo extremo. Su extravagancias en el plano personal se han visto también ratificadas.

En Juntos por el Cambio hasta ahora predominan las divisiones y la falta de un eje de campaña. Patricia Bullrich, si bien ganó claramente las PASO sobre Horacio Rodríguez Larreta, sufre un efecto “derrota” porque salir segunda y sólo un punto por delante de Unión por la Patria es en realidad un fracaso para una fuerza política que consideraba que la elección la tenía ganada. Su problema central es que su prioridad parece ser retener el voto de Larreta y del radicalismo, que tienen diferencias ideológicas con el programa de centroderecha de la ex ministra de Seguridad. Pero su problema más relevante es el flujo de sus votos hacia Milei. Cabe señalar que hasta diez días antes de la elección Bullrich y Milei habían intercambiado señales de acercamiento, las que se interrumpieron y pasaron a la hostilidad por supuestos ataques encubiertos de la candidata de Juntos contra el libertario. Ahora es Macri quien da señales de aproximación hacia Milei, lo que perjudica a su candidata porque legitima el tránsito de votos hacia Libertad Avanza. Para Juntos, lo más sorpresivo ha sido que el campo, que siempre consideraron como propio, ha votado por Milei por su programa económico anti-Estado. La única estrategia de campaña que muestra hasta ahora Juntos es la de desplegar sus economistas, reiterando en los medios que el programa de Milei es inconsistente, inviable y que puede llevar al país al abismo. Los mercados, que veían las PASO con optimismo por el presumible triunfo de Juntos, hoy forman parte de la amplia alianza anti-Milei que se está poniendo en movimiento. En cuanto a Macri, quizás su estrategia sea que haya un gobierno libertario 2023-2027, que Milei pague el costo de su programa “motosierra”, y el ex presidente pueda retornar al poder en 2027. Desde esta perspectiva, sus intereses estarían más cerca de un triunfo de Milei en 2023 que de Bullrich.

Unión por la Patria también se encuentra en desconcierto y sin definir su nuevo eje de campaña. Está clara la estrategia: llegar a la segunda vuelta contra Milei para mantenerse como una de las dos fuerzas predominantes del sistema político. Pero la discusión es si para ello conviene polarizar con Milei o con Bullrich, sobre lo cual hay posiciones encontradas. Que el candidato libertario haya obtenido el 26% de los votos en el Gran Buenos Aires y su candidato a intendente haya quedado segundo en La Matanza, muestra claramente que ha habido una transferencia de votos peronistas hacia Milei. Su triunfo en diecisiete provincias muestra que en el interior también se ha dado este traspaso. Cabe señalar que Unión por la Patria ganó sólo en cuatro provincias: Buenos Aires, Formosa, Catamarca y Santiago del Estero (Juntos lo hizo nada más que en CABA, Corrientes y Entre Ríos). En varias de las provincias donde el peronismo había ganado en las elecciones adelantadas, ahora lo hizo Milei. La estrategia electoral del oficialismo sería intentar ganar votos entre los que no concurrieron al comicio y ahora podrían hacerlo. La concurrencia fue de sólo 69%, con una caída de siete puntos respecto a 2019. En las tres presidenciales con PASO realizadas desde 2011, siempre en la elección siguiente a las primarias la concurrencia aumenta entre cuatro y cinco puntos. Probablemente esto vuelva a suceder, pero no en una magnitud tan relevante como para que pueda cambiar drásticamente el resultado. Pero el problema principal del ministro-candidato, Sergio Massa, es la economía. Se prevé una inflación de dos dígitos para agosto y septiembre, los dos meses previos a la elección. Massa intenta obtener recursos del Fondo Monetario Internacional para evitar un eventual default o una corrida cambiaria antes de la primera vuelta electoral que se realiza el 22 de octubre. Ello posiblemente suceda, pero no evitará los efectos inflacionarios de la devaluación realizada después de las PASO.

A dos meses de la elección, la tendencia electoral favorece a Milei, pero en modo alguno existe certeza sobre su triunfo. En primer lugar, las PASO son sólo primarias para elegir candidatos y su resultado no se repite en la elección con exactitud. En 2011 Cristina Kirchner obtiene 50% en las PASO y 54% en la elección, mientras que Hermes Binner alcanza 9% en las primarias y en la primera vuelta 20%. En 2019 Macri perdió en las PASO por dieciocho puntos pero después, en la elección, redujo la diferencia a siete. En segundo lugar, la situación económica puede empeorar y ello impactará en la elección en contra del oficialismo y podría permitir a Juntos acentuar su campaña sobre la imprevisibilidad de Milei. Pero éste también puede beneficiarse de esta situación, dado que sus votantes lo ven como un hombre solvente en materia económica, aunque muchos de ellos no comprendan cómo funcionan sus propuestas. En tercer término, se encuentra la situación social, que se agravará de acá a la elección. Los saqueos que se han producido a menos de siete días de la elección en Neuquén, Córdoba y Mendoza son una alerta sobre esta situación. El lunes 21, el ministro de Seguridad Aníbal Fernández, volvió a desarrollar su tesis de que “correrá sangre en las calles”, porque las propuestas de Milei producirán una reacción adversa en los sectores populares y la represión sobre ellos sería violenta. Pero el tema es que este problema puede anticiparse si la situación económica se va de control en inflación y tipo de cambio. Las PASO no sólo han generado preocupación en la Casa Blanca e inquietud en los mercados. Los presidentes de Brasil y Cuba se comunicaron con su colega argentino para expresar su inquietud por un eventual triunfo de Milei en la elección presidencial.

En conclusión: a una semana de la elección, el efecto ganador favorece a Milei, quien si hoy se votara, obtendría más votos; por esta razón, no cambiará su estrategia de campaña; la candidata de Juntos se muestra todavía desconcertada por el efecto derrota y la división que subsiste en su partido, pero no termina de comprender que su peligro está en la transferencia de votos a Milei; Unión por la Patria todavía no sale del impacto de haber perdido votos en los sectores populares e intentará llegar a la segunda vuelta contra Milei para mantenerse como uno de los ejes del sistema de partidos; por último, el sorpresivo triunfo de Milei en las PASO ha generado preocupación en el ámbito internacional e incertidumbre y tensión en los mercados, pero faltan dos meses para la elección y muchas cosas pueden cambiar.