Tecnología y recursos naturales en geopolítica

Por Rosendo Fraga.

Los chips o semiconductores ocupan un lugar central en la pugna global por el predominio militar y es un campo de batalla entre Estados Unidos y China. La Administración Biden ha suspendido la relación entre los dos países en esta materia, buscando impedir que la potencia asiática avance con el uso militar de este insumo clave para la industria electrónica. La empresa taiwanesa TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) fabrica la mayor parte de los que se utilizan hoy en el mundo (56%). Tiene un valor bursátil de quinientos mil millones de dólares y es la décima empresa con mayor cotización del mundo. Esta compañía se fundó en los años noventa. Por su parte, Taiwán hizo de los chips una suerte de “marca país”. La calidad de sus plantas no ha sido superada ni por Estados Unidos ni China. En un libro reciente del historiador estadounidense Chris Miller, titulado “Chip War”, se advierte de que un solo misil chino contra la fábrica más avanzada de TSMC podría causar grandes pérdidas económicas e interrumpir la provisión de chips en todo el mundo. La empresa taiwanesa está construyendo una fábrica en Arizona y planifica otra en Sajonia, Alemania. La empresa surcoreana Samsung, con un valor de trescientos setenta mil millones de dólares, ocupa el puesto veintiuno en el ranking de empresas y es el segundo productor de chips. El tercero es la estadounidense Nvidia, cuyo valor supera el billón de dólares y es la sexta empresa del mundo por su valor después de Apple, Microsoft, Saudi Aramco, Alphabet y Amazon. ASML es la empresa europea más importante del sector, pero produce sólo el 8% de los chips del mundo. Estos componentes son hoy el elemento clave en el desarrollo de la industria militar avanzada. Hay quienes piensan que el conflicto por Taiwán tiene relevancia por esta razón.

Pero la pugna global se desarrolla también por el acceso y el control de recursos mineros claves. La República Democrática del Congo es el mayor productor de cobalto del mundo. La empresa china CMOC puja por el control del mineral en este país, que está realizando una revisión exhaustiva de todas sus empresas mineras en conjunto. En el caso del níquel, los tres principales países productores son Indonesia, Filipinas y Rusia, que tienen dos tercios de su producción. En cuanto al litio, insumo clave para las baterías de autos eléctricos, los más importantes son Australia, Chile y China, que representan el 90% de la producción global. Las cadenas de suministro se están involucrando en las crecientes tensiones entre Occidente y China, que domina la capacidad de procesamiento del litio, cobalto y tierras raras -un insumo clave para la industria electrónica-, y está planteando restringir las exportaciones dentro de las represalias a Estados Unidos por el aumento de su proteccionismo respecto a Beijing. Los gobiernos occidentales, desde Washington a Bruselas y pasando por Tokio, están buscando fuentes de abastecimiento alternativas a las dominadas por China. Países otrora periféricos que son exportadores de estos minerales han ganado importancia. Sólo en los últimos doce meses, Namibia y Zimbabwe prohibieron la exportación de litio en bruto; Chile aumentó el control estatal sobre la extracción de este recurso; México puso en marcha la revisión de sus concesiones mineras; e Indonesia aumentó el control de las exportaciones de bauxita (clave para el aluminio).

La crisis que se desató en Níger, en la región de África conocida como Sahel, pone en evidencia cómo la pugna global por el control de recursos naturales puede derivar en conflictos militares. Los mandos militares del país depusieron y mantienen detenido al presidente, considerado un aliado de los países occidentales, y especialmente de Francia, la ex potencia colonial en la región. La población que apoyó el golpe hizo flamear banderas rusas como manifestación de rechazo a Occidente. En el país se encuentran estacionados mil quinientos hombres de las Fuerzas Armadas francesas y mil estadounidenses para impedir el avance de Al Qaeda y el ISIS en la región. Mercenarios del Grupo Wagner apoyaron el golpe. En los últimos meses, estos paramilitares apoyaron un golpe en Mali, país en el cual los militares salieron de la órbita francesa, y acentuaron su presencia en la República Centroafricana. Los países occidentales impulsaron la decisión de una decena de países de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, encabezados por Nigeria, de intimar con una intervención militar multinacional al gobierno de facto de Níger. Hasta el año pasado, Francia obtenía de Mali el 70% del uranio que consume su plan nuclear militar y el abastecimiento eléctrico. El golpe prorruso en Mali llevó a Francia a trasladar su abastecimiento de uranio a Níger, que produce el 7% de este mineral a nivel mundial. Rusia ha abierto así un nuevo frente a Occidente en el centro de África, donde el control de un recurso natural clave para la industria nuclear está en juego.

Pero la guerra de Ucrania ha revalorizado la importancia global de dos recursos básicos: la energía y los alimentos. Ambos se han convertido en recursos escasos y han aumentado su valor. Rusia y Ucrania producen un tercio de los cereales que se exportan a nivel global. La militarización del Mar Negro generada por la guerra, la reducción de las exportaciones ucranianas y las restricciones al comercio impuestas por Occidente a Rusia, han reducido el comercio de cereales y un aumento de su precio que ha incrementado el hambre de las poblaciones vulnerables. El acuerdo establecido a través de Turquía y Naciones Unidas para permitir la exportación de grano ucraniano no ha sido renovado por Rusia, como represalia por el ataque de las fuerzas ucranianas contra un puente que une Crimea con este país. Esto ha aumentado nuevamente el precio de los cereales e incrementado la población que sufre hambre en el mundo, desfinanciando los programas de asistencia. El gas también se ha transformado en un teatro de operaciones de la guerra. Los países de la OTAN y sus aliados suspendieron la importación de gas ruso, que junto con el petróleo es la principal exportación de este país. China, Rusia y la mayoría de los países de Asia, África y América Latina no se sumaron a las sanciones. Europa las cumplió, pero haberlo hecho es una de las causas por las cuales este año crecerá menos del 1%. La voladura del gasoducto Nord-Stream 2, recientemente construido para transportar el gas ruso a Alemania, muestra el involucramiento del gas en acciones militares concretas.

En conclusión: los chips son un insumo clave para la industria electrónica y los sistemas de armas, y Taiwán, centro de la puja entre Washington y Beijing, es el mayor productor de ellos; los recursos naturales en general, y en particular los mineros, también son ámbito de la puja entre Occidente y China, como sucede con el cobalto, el litio, el níquel, aluminio, cobre y las “tierras raras”; el golpe militar en Níger es un ejemplo de la pugna geopolítica por el control de los recursos naturales, que en este caso es el uranio, clave para la industria nuclear, y que enfrenta a Rusia con Occidente; por último, la guerra de Ucrania ha mostrado la influencia geopolítica sobre la producción y el comercio de dos recursos claves: los alimentos y la energía.

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