A menos de tres semanas de las PASO

Por Rosendo Fraga.

A menos de tres semanas de las PASO, la campaña electoral domina el escenario político, dejando la economía en segunda lugar, cuando parece haberse encauzado la negociación con el FMI. Esto sucede aunque se trata sólo de unas primarias, pero que concitan la atención de políticos, medios, analistas y empresarios. En parte ello se explica porque, de acuerdo a las encuestas, es probable que gane la coalición opositora denominada Juntos por el Cambio. Además, con una inflación anual que se acerca al 120%, el PBI en caída y un nivel de pobreza que supera ampliamente el 40%, es difícil que el oficialismo gane en cualquier país. Por esta razón, la puja interna dentro del Juntos aparece como el mayor centro de atención, porque se presupone que quien la gane, será el próximo presidente. Por ello, las PASO provinciales de Santa Fe realizadas el domingo 16 de julio tuvieron el efecto de una elección de alcance nacional y también la de Intendente de la capital cordobesa. Una evidente paradoja es que con una economía en crisis, el ministro del área, Sergio Massa, es el candidato presidencial del oficialismo, hoy denominado Unión por la Patria. Es difícil explicar que su fórmula presidencial, que se encuentra por debajo de la principal oposición, que todavía no ha sido electa, ocupe el segundo lugar a no muchos puntos. La elección municipal en la ciudad de Córdoba, que es la segunda del país, arrojó una derrota de Juntos por ocho puntos. Una derrota que compartieron en conjunto Bullrich y Larreta.

En Juntos por el Cambio, las posibilidades de Patricia Bullrich de imponerse se van afianzando, pese al efecto que produjo la derrota de su candidata en las PASO de Santa Fe. Acá aparece otra paradoja: los candidatos de ella se impusieron en la primera ciudad de Santa Fe, que es Rosario -a la vez la tercera del país-; también ganaron en la capital provincial, que es la segunda, y en Rafaela, que es la tercera. Es así como si bien la candidata a gobernadora respaldada por Bullrich, Carolina Losada, perdió por once puntos, los candidatos de la ex ministra de Seguridad, a nivel comunal, ganaron en las tres principales ciudades, que reúnen dos tercios de la población provincial. En cuanto a la elección municipal de la ciudad de Córdoba, no deja un resultado claro en función de favorecer a ninguno de los dos candidatos presidenciales de Juntos por el Cambio en particular. La casi totalidad de los sondeos (durante julio han sido difundidos catorce) dan una ventaja importante a Bullrich sobre Horacio Rodríguez Larreta. Éste insiste con que el “centro”, como concepción política, ganará la elección y dice que él lo representa. Bullrich, por su parte, centra su campaña en el orden, la firmeza y la seguridad, ubicándose como una candidata conservadora. Las diferencias ideológicas son marcadas y la confrontación electoral es creciente e inevitable. En la Ciudad de Buenos Aires, la puja entre los dos candidatos de Juntos por el Cambio también se intensifica. Jorge Macri, con el apoyo de su primo y ex presidente Mauricio, representa también una derecha conservadora, con la cual coincide la mayoría de los votantes del PRO. Por su parte, Martín Lousteau, senador por el partido radical, representa una línea más “progresista” dentro de la misma coalición. Éste ha descontado ventaja en los últimos días porque en forma no oficial Larreta lo está apoyando.

Los sondeos muestran que la fórmula del oficialismo nacional se está tornando competitiva, pese a la crisis económica que vive el país. El mencionado promedio de catorce encuestas publicadas en julio le otorga una diferencia de cuatro puntos a favor de Juntos por el Cambio sobre Unión por la Patria. Es una situación muy diferente a la que se percibía dos meses atrás, cuando la vicepresidenta Cristina Kirchner, en un discurso en la Plaza de Mayo, planteaba como objetivo llegar a la segunda vuelta, cuando en el peronismo se temían los efectos de quedar en tercer lugar. Es así como el oficialismo puede obtener un resultado mayor que el que marcaban las expectativas hasta ahora. Ello sucede cuando la gestión del ministro-candidato camina por el filo de la navaja en su urgencia por evitar el impago de Argentina con el Fondo Monetario Internacional. Respecto a Massa, así como su fórmula se torna más competitiva, su posibilidad de obtener el primer lugar como el candidato más votado se ha alejado un tanto. Es que la competencia de la fórmula Massa-Rossi con la de Grabois-Abal Medina que se da dentro de Unión por la Patria, muestra que esta última está creciendo. Los diversos sondeos le asignan a esta fórmula un promedio de aproximadamente seis puntos. Además, Grabois permite a Massa retener la izquierda del peronismo, en un momento de creciente deterioro social. Hoy no parece fácil que individualmente Massa supere en votos a Bullrich. Desde un punto de vista social, los sindicatos han perdido peso político dentro del peronismo y lo han ganado los llamados “movimientos sociales”, de los cuales el dirigente piquetero es un buen exponente. En cuanto al resultado de Córdoba capital, éste no afecta a Unión por la Patria, ya que el peronismo cordobés, que compitió con el candidato Daniel Passerini, responde al gobernador Juan Schiaretti, históricamente enfrentado al kirchnerismo.

En cuanto a Javier Milei, el derrumbe pronosticado y percibido no se ha dado: el mencionado promedio de catorce encuestas le otorga un 20%. La elección sigue teniendo tres espacios competitivos. Pero si Milei no rectificara este tipo de porcentaje y obtuviera menos, esto se podría modificar. Las declaraciones políticamente incorrectas que caracterizan al dirigente libertario no le hacen perder votos, como sucede con la gran mayoría de los referentes de ultraderecha en Occidente. Su problema central es la incapacidad organizativa. Un ejemplo de ello son las PASO de Santa Fe, donde el programa de Milei fue votado por el 16% del electorado, pero él no logró capitalizarlo. Una legisladora provincial, Amalia Granata, cuyo partido se denomina Libertad y Dignidad, obtuvo el 13% con un discurso centrado en un ataque a la “casta política”. Un partido libertario no reconocido por Milei obtuvo el 3% de los votos. Santa Fe, en los hechos, ha sido el mejor resultado provincial para las ideas del líder libertario, pero no lo capitalizó, y algo de esto puede suceder a nivel nacional. Aunque también es cierto que la estructura peronista de fiscales puede “cuidar” el voto de Milei en el acto electoral, para que mantenga su caudal y evite una fuga que favorezca a Juntos por el Cambio. El retorno de la centroderecha en Argentina en la presidencial de 2023 coincide con el giro en la misma dirección que se acentúa en las elecciones europeas y que puede darse también en Estados Unidos. Pero si pone a Juntos frente a una clara y contundente derrota por ocho puntos en la elección municipal en la ciudad de Córdoba.

En conclusión: a menos de tres semanas de las PASO, el proceso electoral concentra la atención, desplazando a la economía pese a su crítica situación; Juntos por el Cambio mantiene su primer lugar y Bullrich se impone sobre Larreta, profundizándose las diferencias políticas e ideológicas entre ambos; Unión por la Patria se afianza en el segundo lugar, reteniendo el voto de izquierda peronista a través de Juan Grabois, que compite con la fórmula del ministro-candidato; por último, Milei se ubica en tercer lugar pero no se ha derrumbado y promedia el 20% de intención de voto, sin resolver su principal problema, que es más organizativo que discursivo.

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