Por Rosendo Fraga.
En la segunda quincena de junio, la OTAN realizó el ejercicio militar aéreo más importante de su historia, días antes de que se reuniera la Cumbre de Jefes de Estado de la organización en Vilna, capital de Lituania.
El Secretario General de la alianza militar occidental, el noruego Jens Stoltenberg, al realizar una visita a la base aérea de Hagel, en Alemania, para inspeccionar los ejercicios “Air Defender”, sostuvo que éste trataba de enviar un mensaje a los adversarios potenciales de la alianza militar atlántica. Aseguró que es “una forma de preservar la paz”. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, afirmó a su vez que “la amenaza a nuestra seguridad vuelve a ser real”.
El ejercicio tuvo una duración de dos semanas y se realizó al mismo tiempo que varios países de la OTAN están entrenando tripulaciones aéreas ucranianas para que estén en aptitud de pilotear los cazas F-16, cuando la OTAN decida entregárselos. El proyecto Air Defender nació hace cinco años, como iniciativa del Teniente General Ingo Gerhartz en su primer viaje como inspector de la Fuerza Aérea alemana a los Estados Unidos. La propuesta fue originada entonces por la situación creada con la ocupación de Crimea por parte de Rusia. En ese momento, varios países de la alianza atlántica, incluida la propia Alemania, tenían notorias deficiencias en cuanto al alistamiento y adiestramiento de sus fuerzas aéreas. El ministro alemán fue claro, al decir que “desde una perspectiva militar, nuestros socios estadounidenses marcan la diferencia”, manifestando una realidad incontrastable. El poder militar estadounidense es la clave de la capacidad militar de la OTAN.
Del ejercicio participaron diez mil hombres y doscientos cincuenta aviones de veinticinco países. Estados Unidos envió cuatro cazas F/A-18 Hornet y Finlandia otros cuatro. Los F-35 fueron proporcionados por Estados Unidos (seis), Países Bajos (ocho) y Reino Unido (dos). Alemania aportó treinta cazas Eurofighter, que pueden acelerar al rango supersónico sin combustión y volar a la velocidad supersónica durante un largo periodo de tiempo. También dieciséis Tornados y cinco Airbus A400M. Se llevaron a cabo más de mil quinientos vuelos y cien de los aviones que participaron fueron aportados por Estados Unidos. La ejecución de las órdenes implicó coordinar entre cuarenta y ochenta aviones en cada caso. También el uso de áreas de los mares Norte y Báltico exigió liberar zonas aéreas del tráfico civil para el ejercicio militar. Alcanzaron distintas zonas de Alemania, como Berlín, Sajonia y Baviera.
Este país es el punto de concentración y apoyo logístico de las fuerzas aéreas de la OTAN en caso de entrar en conflicto con Rusia. Tiene la infraestructura necesaria para sostener operaciones durante un largo periodo de tiempo. Tras la Guerra Fría, bases aéreas estadounidenses en territorio alemán, como Rammstein o Spangdahlem, continuaron funcionando. Cabe mencionar que la primera de ellas dio origen en 2022 al llamado “Grupo de Contacto”, que mensualmente se reúne en esta base y coordina los esfuerzos militares de la OTAN y sus aliados regionales en apoyo militar a Ucrania.
Para el caso de una ampliación del conflicto, la Fuerza Aérea estadounidense mostró que no sólo tiene la capacidad de cruzar el Atlántico rápidamente con centenares de aviones, sino que cuenta con los suministros de municiones necesarios en Alemania para prolongar las operaciones. El enemigo figurado se denomina Occasus. Obviamente, el nombre encubre a Rusia. El Jefe de Gobierno alemán, Olof Scholtz, frente a la próxima Cumbre, expresó la necesidad de proporcionar más asistencia militar a Ucrania para compensar la demora de su incorporación. También reiteró el compromiso alemán de alcanzar en 2024 la inversión del 2% del PBI del país en gasto militar, como exige la OTAN (anteriormente la fecha era 2025). Cabe señalar que el país, en 2022, al producirse la invasión rusa a Ucrania, destinaba a Defensa sólo el 1,49% de su PBI.
Claramente, estos ejercicios tuvieron como referencia la mencionada Cumbre de Jefes de Gobierno de la OTAN. En esta reunión se trataron temas trascendentes como la incorporación de Suecia a la alianza atlántica en calidad de miembro pleno, demorada por las objeciones de Turquía. El pedido de incorporación de Ucrania se vio demorado, pese a las expectativas del presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
Es que al entrar en vigencia el artículo 5 del Tratado de la OTAN para cualquier nueva incorporación, implicaría algo que los países de la alianza atlántica quieren evitar: la entrada en guerra con Rusia.