Por Rosendo Fraga.
La pugna entre Estados Unidos y China por la hegemonía global se desarrolla en la carrera espacial, quizás el ámbito más relevante en el largo plazo. Es un área en el cual la ventaja que lleva Estados Unidos es muy importante, por su mayor desarrollo científico-tecnológico y la creciente participación del sector privado en los programas y desarrollos de la NASA. La política estadounidense, por un lado, impulsa un acuerdo ya firmado por 25 países para impedir que éstos pongan en marcha proyectos nacionales, que le permitan ocupar territorios en la luna, Marte, etc. Pero al mismo tiempo, el Congreso estadounidense en 2014 sancionó una ley por la cual reconoce el derecho de propiedad a los ciudadanos y empresas estadounidenses de lo que se apropien en el espacio. Tres años después creó su quinta fuerza militar, la Aeroespacial, previendo que la pugna por la hegemonía global en el espacio puede llevar a conflictos militares. El plan espacial de China está progresando rápidamente y aspira a ser potencia espacial en 2045, cuando cree que estará en capacidad de disputar a Estados Unidos la hegemonía en el ámbito espacial. Pero este año el gobierno chino anunció que va a enviar astronautas a la luna en 2030. Mientras la NASA trabaja para llegar al satélite de la Tierra entre 2025 y 2026, con una misión de dos astronautas. En una misión posterior se enviarán cuatro tripulantes, que podrían permanecer hasta 300 días. A su vez Rusia, pese a la guerra de Ucrania, no abandona su proyecto espacial y mantendrá su presencia en la Estación Espacial Internacional hasta 2028, lo que podría prolongarse hasta 2030.
En 2023 Estados Unidos muestra un claro predominio. Los lanzamientos incluyen un orbital del Starship, que es la misión I de la NASA, y en la que participa la empresa privada SpaceX de Elon Musk. Esta empresa en 2022 tuvo récords de lanzamientos de su más exitoso cohete, el Falcon 9, con 61 despegues. Con la nave Starship, Musk está desarrollando la capacidad de trasladar personas a la luna y a Marte. Por su parte, la empresa United Launch Alliance (ULA) lanza su cohete Vulcan Centaur, alimentado con metano como combustible. En este primer lanzamiento se prevé una misión comercial a la luna. La empresa aeroespacial Boeing lanza la nave espacial CST-100 Starliner con dos astronautas en un cohete ULA Atlas V, desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida. A ello se agrega la misión de la NASA a un asteroide metálico llamado Psyche, con una misión que debía lanzarse en 2022, pero se retrasó debido a problemas con el software del vuelo. La misión se lanzará en octubre desde un cohete Falcon Heavy. El asteroide de 225 kilómetros cuadrados está compuesto principalmente de hierro y níquel. La luna será el punto de interés de varias misiones. Pero la novedad será la primera misión robótica a la luna, utilizando para ello un módulo de aterrizaje lunar Nova-C de Intuitive Machines. Una misión específica tiene por objeto buscar reservas de agua en el satélite de la Tierra. Es desarrollada por el Instituto de Tecnología de California y es una misión reducida, pero con objetivos importantes con vistas a largo plazo, y la presencia permanente de los humanos en el espacio. Se realiza en colaboración con la NASA y su Laboratorio de Propulsión a Chorro. Entre los vuelos turísticos al espacio se destacan los de la empresa Blue Origin.
Por su parte, China tiene en 2023 varios lanzamientos importantes y Rusia buscará volver a la luna. La potencia asiática ya tiene en órbita la estación espacial Tiangong, la que se prepara ya para competir con la veterana Estación Espacial Internacional. Es capaz de albergar a tres astronautas durante seis meses y a seis durante los periodos de “cambio de turno”. Antes de que termina 2023 será lanzada la misión Shenzhou 15, 16 y 17. El objetivo será realizar experimentos de microgravedad, física de fluidos o ciencia de la combustión. Antes de este lanzamiento habrá un despegue no tripulado para acercar nuevas provisiones. También lanzará a finales de 2023 su telescopio espacial llamado Xuntian. Este observatorio operará en una órbita similar a la de la Tiangong y será capaz de repostar y ser actualizado o reparado al poder acoplarse a la estación espacial china. En 1957 Rusia fue el primer país en irrumpir en el espacio. Hoy sería el tercero detrás de Estados Unidos y China en cuanto a su presencia en el espacio. La última misión lunar de Rusia fue Luna 24 en 1976, cuando todavía existía la URSS. Ahora Rusia quiere regresar a la superficie lunar con la misión Luna 25. El lanzamiento tendría lugar en el segundo semestre de 2023, tras años de retrasos. Cuando se lance su cohete Soyuz-2-1b Fregat desde el cosmódromo de Vostochny, Luna 25 apuntará a aterrizar en el cráter Boguslavsky cerca del polo sur selenita, un área de intenso interés internacional, para estudiar el regolito lunar y su tenue luz.
Japón, la Unión Europea y la India también tienen un rol en la carrera espacial. La Agencia Espacial Europea (ESA) tenía previsto el año pasado un lanzamiento a Marte en conjunto con Rusia, la misión ExoMars Rosalind Franklin, que debió ser pospuesta por la invasión a Ucrania. Europa busca retomar su actividad ahora, con el lanzamiento de una misión espacial a Júpiter como objetivo principal. Explorará también las lunas heladas de Europa, Calixto y Ganímedes. El lanzamiento será desde la Guayana Francesa y pasará más de siete años viajando por el espacio profundo, antes de entrar en la órbita de Júpiter en 2031. España tiene previsto para este año el inicio de su programa espacial, como ya lo tienen varios países europeos. Japón realiza su misión a la luna (JAXA). Es un pequeño módulo de aterrizaje lunar de la Agencia de Exploración Aeroespacial japonesa. La nave inteligente (SLIM) buscará investigar la superficie de la luna y aportar más datos para su futura habitabilidad. SLIM se lanzará junto con el XRISM, un nuevo observatorio espacial. A su vez, la India tiene previsto varios vuelos no tripulados. Este país pretende ser la cuarta nación en lanzar astronautas al espacio después de Rusia, Estados Unidos y China, que inició su programa en 2003. El programa Gaganyaan originalmente tenía como objetivo llevar a la tripulación al espacio en 2022, pero marcar el 75° año de la independencia india, pero ha sufrido retrasos, incluidos los provocados por la pandemia de Covid. El primer de dos vuelos de prueba sin tripulación, Gaganyaan G1, se lanzaría en el último trimestre de 2023 en un cohete LVM 3 apto para humanos. El objetivo de la Organización Espacial de la India (ISRO) a partir de ahí sería avanzar hacia un primer vuelo tripulado actualmente programado para el cuarto trimestre de 2024.
En conclusión: la carrera espacial es probablemente el tema más trascendente para la humanidad, pensando en el largo plazo, y la pugna de las potencias por llegar primero domina los programas nacionales en este ámbito; Estados Unidos tiene una clara ventaja en la carrera espacial y la participación de las empresas privadas como SpaceX y Blue Origin en los programas de la NASA constituyen una ventaja importante; China inició su programa espacial en 2003 y aspira a poder disputar la hegemonía en este ámbito en 2045, mientras que Rusia intenta retomar su programa espacial pese a las dificultades que enfrenta; por último, Europa y Japón -hoy aliados de Washington- realizan programas espaciales particulares, pero vinculados a los de Estados Unidos, mientras que India aspira a ser el cuarto país en enviar astronautas al espacio.