Balance del primer semestre del gobierno de Milei

Por Rosendo Fraga.

El 10 de junio el gobierno de Javier Milei cumplió seis meses y una evaluación del mismo presenta claroscuros y contradicciones. En lo que hace a la política internacional, ha logrado transformarse en una celebridad mundial en Occidente. Cumplió su promesa de ser “Trump, Bolsonaro y el partido Vox de España en Argentina” y que sus dos alianzas iban a ser Estados Unidos e Israel. En los dos conflictos bélicos de impacto global -Ucrania y Gaza- asumió un firme apoyo al presidente Volodimir Zelensky y al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Tiene el récord de ser el presidente que más viajó a los Estados Unidos: lo visitó cuatro veces en este semestre. Así como Milei ha despertado apoyos y entusiasmos en la derecha estadounidense, la Administración Biden ha mantenido una buena relación y ha elevado el nivel político del diálogo con Argentina, pero el presidente estadounidense ha postergado un posible encuentro con el presidente argentino. En Europa ha logrado el apoyo de la “derecha radical” y se ha visto favorecido por su polémica con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, derrotado en las elecciones al parlamento europeo. En junio asistirá a la Cumbre del G7 como invitado y después volverá a Europa para recibir un premio en España, oportunidad en la cual buscará profundizar su cuestionamiento al presidente del gobierno español, con quien se enfrentó duramente en el mes de mayo. Ha sido una política exterior “híper personalizada” que ha buscado también como interlocutores a las grandes personalidades del mundo tecnológico. Estableció una relación preferencial con Elon Musk, pero también lo hizo con Mark Zuckerberg, aunque en un menor nivel. Estos sectores mostraron ser favorables a las propuestas de liberalización del presidente argentino.

En el ámbito interno, su éxito más importante ha sido mantener el apoyo de la mitad de la población cuando ha realizado un ajuste social sin precedentes. El promedio de las encuestas conocidas en los últimos días permite constatar que mantiene el apoyo de la mitad de la población. Ello es aunque no predomina en ella el optimismo respecto a la economía en los próximos meses. Se trata de un hecho que parece difícil de explicar. Una hipótesis es que ha sabido ubicar a la política tradicional, a la que sigue denominando la “casta”, como responsable de la crítica situación de la Argentina. Es que medio siglo atrás, el nivel de pobreza era del 6% y hoy alcanza el 55%. Al finalizar el segundo gobierno de Cristina Kirchner en 2015, el estado nacional distribuía doscientos cincuenta mil planes para asistir a las familias vulnerables. Cuatro años después, en 2019, durante el último año del gobierno de Mauricio Macri, la cantidad se elevaba a seiscientos mil, más de dos veces, y en 2023, al finalizar la gestión de Alberto Fernández, eran un millón doscientos mil, casi cinco veces más que ocho años antes. Milei es la manifestación local de un fenómeno global en la política occidental, que es el surgimiento de la “derecha radical” que cuestiona al sistema político preexistente y lo hace desde posiciones ideológicas conservadoras extraídas de la derecha tradicional. Hasta ahora los conflictos sociales han existido, pero han sido limitados y nunca pusieron en riesgo la gobernabilidad. Los sindicatos realizaron dos paros generales sin torcer la voluntad del Gobierno. A su vez, los movimientos sociales se han debilitado, dividido y disminuido su capacidad de movilización, afectados por denuncias de corrupción.

Pero la mayor vulnerabilidad del oficialismo radica en la incierta gobernabilidad política que muestra: en seis meses no ha logrado la aprobación de ninguna ley, un récord para la historia argentina. Milei asumió el 10 de diciembre de 2023 liderando una fuerza política que no alinea a ninguno de los veinticuatro gobernadores, que tiene sólo siete de setenta y dos senadores, y nada más que treinta y ocho diputados sobre doscientos cincuenta y siete. No ha logrado ni intentado generar una coalición política permanente para sustentar su Gobierno. Dos veces la Cámara de Diputados dio sanción a las leyes reformistas del Poder Ejecutivo, pero no se lograron avances en la Cámara Alta. Al comenzar el segundo semestre, la llamada Ley Bases, que simboliza la capacidad de Milei para hacer reformas, se encuentra en un arduo proceso de negociación, todavía de resultado incierto. El presidente parece haber optado por lograr la sanción de la ley a costa de realizar concesiones a la oposición (dura y dialoguista) para lograr su aprobación en el Senado. En Diputados, la ley deberá ser tratada nuevamente y el presidente tendrá que aceptar las modificaciones para evitar una derrota. Con treinta y siete senadores la oposición podría rechazar el proyecto en el Senado, pero ello no es lo más probable. El problema es que las negociaciones avanzan en un contexto en el cual miembros de Gabinete y hasta el mismo presidente atacan duramente a los legisladores que deben aprobar el proyecto.

Hacia adelante, el presidente Milei se ha puesto como objetivo ganar la elección legislativa que tendrá lugar en octubre de 2025. Aun con una gran victoria, no llegará a controlar el parlamento, pero el aumento en legisladores que obtendría le permitiría enfrentar la segunda parte de mandato desde una posición de mayor fuerza política. Cabe señalar también que el nuevo Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ya ha anunciado que en 2027 Milei irá por su reelección. Puede ser un anuncio muy prematuro, pero apunta a proyectar un escenario de continuidad en el poder. La hermana del presidente, Karina -que ocupa la Secretaría General de la Presidencia con poder creciente-, tiene a su cargo el armado de la estructura política del presidente para la competencia electoral de 2025. Lo hace secundada por los hermanos Martín y Eduardo Menem, sobrinos del ex presidente, quienes constituyen un simbólico puente con el peronismo tradicional. Pero Milei ha puesto en marcha una estrategia para obtener el respaldo de la Suprema Corte a su plan de reforma económica. Ya ha presentado sus dos candidatos para cubrir las dos vacantes que existirán en el Máximo Tribunal al finalizar el año. Con ellos, más uno de los que queden con el cual mantenga buena relación, buscaría compensar un parlamento que seguirá siendo difícil para él.

En conclusión: en el ámbito internacional, en los primeros seis meses de gobierno Milei tiene el récord de viajes al exterior para un presidente argentino: ha viajado siete veces, cuatro de ellas a los Estados Unidos; pese a haber puesto en marcha el mayor ajuste social de la historia, mantiene el apoyo de la mitad de la población, que sigue percibiendo que la crítica situación del país es consecuencia de los gobiernos anteriores; el gran problema de Milei es político y se trata de la gobernabilidad: asumió como el presidente con menos apoyo en los gobernadores y el Congreso, y no ha logrado construir una coalición para resolverlo; por último, hacia adelante, el gobierno se ha fijado como objetivo ganar la elección legislativa de 2025, que aunque no le permitiría controlar el Congreso, le daría impulso político para la segunda parte del mandato.

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